Todos a una en contra de la austeridad en el Reino Unido

 

Cuando Maria Brabiner se describe a sí misma como una persona “común y corriente” muy pocos de los que la conocen estarían de acuerdo con ella.

La historia de esta mujer de 47 años no es diferente a la de miles de personas que viven en todo el Reino Unido, aunque a diferencia de todas ellas, Maria Brabiner ha hecho oír su voz.

Durante meses ha estado haciendo campaña contra los recortes del Gobierno a las prestaciones para vivienda basándose en su experiencia personal como mujer sin empleo para debatir sobre la política de bienestar a la par de políticos experimentados y comentaristas de la televisión nacional.

 

[caption id="attachment_9377" align="alignnone" width="530"] Miles de personas en todo el Reino Unido se han visto afectados negativamente por Ley de Reforma de Bienestar Social (Photo/The People’s Assembly) 

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“He trabajado toda mi vida desde que tenía 16 años.

Dejé mi trabajo cuando tenía casi 40 para cuidar a mi madre porque tuvo una apoplejía y me encargué de cuidarla a tiempo completo durante cinco años”, explica. Cuando su madre falleció en 2010, Brabiner no pudo encontrar trabajo y le aconsejaron que pidiera el subsidio para los solicitantes de empleo.

Durante dos años luchó por sobrevivir con sus ahorros porque le dijeron que su prestación como cuidadora de una persona con discapacidad no pagaba la totalidad de sus contribuciones al seguro nacional.

Finalmente, el año pasado, cuando ya cumplía con los requisitos para recibir la ayuda, el Gobierno aprobó la Ley de Reforma de Bienestar Social, que incluye el recorte de los subsidios de vivienda que recibían los ocupantes de viviendas de protección oficial que tenían una o más habitaciones libres.

“Yo estaba al tanto de los cambios, pero pensé que encontraría trabajo antes de que entrara en vigor”, recuerda. Sin embargo, el tiempo pasaba y ella seguía sin encontrar trabajo.

Hace dos meses, Maria Brabiner se sumó a los aproximadamente 660.000 hogares (muchos de ellos ocupados por personas con discapacidades) que han sido víctimas del tan temido impuesto del dormitorio.

Este impuesto no es sino uno de los innumerables ejemplos de recortes del gasto público que afectan principalmente a las personas pobres y con discapacidad en el Reino Unido.

A pesar de las repetidas advertencias del FMI y de las lamentables previsiones de crecimiento de la OCDE, el Gobierno de coalición sigue decidido a seguir adelante con su programa de austeridad.

Entre tanto, la oposición a las medidas de austeridad ha sido dispersa y desorganizada.

La dirección del partido laborista todavía tiene que enviar un mensaje claro contra la política de austeridad, y las voces de los más afectados se ven esencialmente ahogadas en los medios de comunicación por los innumerables informes que hablan de ellos como esos “parásitos” determinados a sangrar al país.

 

 “Un movimiento de millones”

Ahora empiezan a verse indicios de que esta situación puede estar a punto de cambiar. Brabiner ha unido sus fuerzas con un movimiento cada vez más numeroso, encabezado por una coalición de partidos políticos de izquierda, organizaciones, sindicatos y periodistas, en un esfuerzo por unir a numerosas facciones disidentes del país para oponerse a la austeridad.

Se hacen llamar la Asamblea Popular, y sus objetivos son ambiciosos.

“Queremos crear un movimiento de millones de personas que puedan ejercer presión sobre el Gobierno. Un movimiento que sea tan grande y tan amplio que incluya a todos los sectores de la sociedad”, afirma Sam Fairbairn, secretario de la Asamblea Popular.

Los planes del movimiento se dieron a conocer por primera vez en febrero con una carta abierta en el diario británico The Guardian, en la que hacían un llamamiento a millones de personas para que se unieran a la Asamblea, la cual “proporcionaría un foro nacional de puntos de vista contra la austeridad que, aunque cada vez son más generalizados, apenas están representado en el parlamento”.

Entre sus firmantes incluye a casi todas las voces más destacadas de la izquierda británica, desde el veterano político Tony Benn, hasta el cineasta Ken Loach. Un mes más tarde se les unieron 60 economistas que publicaron otra carta en The Guardian prometiendo su apoyo.

Durante el mes pasado, la Asamblea organizó manifestaciones en varias ciudades del país, y el 22 de junio se organizará una reunión nacional frente a las cámaras del Parlamento en Westminster.

El mes pasado, atrajo una audiencia aún mayor a un evento en Manchester, donde Brabiner compartió una plataforma con el columnista Owen Jones y el humorista Mark Steel.

Ante unos 650 simpatizantes Steel sintetizó la injusticia que resentían sus compañeros y compañeras:

“Las capas superiores de la sociedad odian la idea de un servicio de salud que pagamos todos colectivamente y que sea utilizado por la gente de acuerdo con sus necesidades y no conforme a lo que gana... al tiempo que el Gobierno afirma que no es posible introducir un impuesto sobre las mansiones para aquellos que poseen una.

Sin embargo, podemos tener un impuesto sobre los dormitorios para las personas que dependen de las prestaciones y presentan discapacidades.”

 

Austeridad

Todos los miembros de la plataforma de Manchester fueron muy aplaudidos por un público que compartía sus ideas, pero el éxito más rotundo del movimiento dependerá en gran medida de la opinión pública.

Una encuesta realizada por Opinium y el Observer concluyó que el 58% de los votantes cree que el programa de austeridad del Gobierno está perjudicando a la economía, mientras que solamente el 20% está convencido de que se trata de la política correcta.

Sin embargo, algunos sectores de los medios de comunicación consideran que el Gobierno no va lo suficientemente lejos en la reducción del gasto público y este sentimiento se reflejó en las elecciones locales del mes pasado, donde el Partido por la Independencia del Reino Unido (UKIP), un partido de derechas que prometió recortes más profundos y más rápidos si ganaban las elecciones, obtuvo una impresionante media del 26 por ciento de los votos en los distritos donde se presentó.

La diputada ecologista Caroline Lucas, una de las principales portavoces de la Asamblea, afirma que el movimiento puede ayudar a contrarrestar las voces a favor de la austeridad en los medios de comunicación de derechas.

“No es de extrañar que mucha gente se siente confundida debido a los mensajes completamente falsos que están recibiendo de la derecha. Creo que existe una oportunidad real, no solamente de movilizar a aquellos que ya se oponen a la austeridad, sino ayudar con argumentos irrefutables a demostrar cuán errados están los que se encuentran a favor de la austeridad.

Sam Fairbairn está de acuerdo, y destaca la desilusión de la población con los políticos tradicionales como un factor importante del éxito de los partidos de derecha como el UKIP.

“De ninguna manera creo que haya un gran giro a la derecha en el Reino Unido”, asevera.

“Creo que la gente ha perdido la fe en el ámbito político en general de muchas formas, lo que explica por qué las pequeñas organizaciones de derechas obtienen ahora mejores resultados en las urnas.”

Con el fin de capitalizar este desencanto político, la Asamblea de Londres del 22 de junio durará una jornada completa e incluirá talleres y debates sobre diversos temas relacionados con la austeridad.

Los organizadores también propondrán varias acciones para dar seguimiento al evento, incluyendo una manifestación nacional en otoño y un día de desobediencia civil.

Los delegados de los movimientos de toda Europa han sido invitados a una conferencia europea especial al día siguiente para discutir la posibilidad de sincronizar las movilizaciones y acciones sindicales. La Asamblea también está trabajando en estrecha colaboración con los líderes del movimiento Occupy, cuyo éxito intentan emular.

“El movimiento Occupy fue muy inspirador para millones de personas, obtuvo mucha atención de los medios”, señala Fairbairn.

“Es evidente que las tácticas que han utilizado y los elementos que han hecho su éxito es algo que vamos a querer repetir en el futuro.”

Brabiner se muestra igualmente optimista. Desde que empezó a contar su historia en la televisión y la radio con frecuencia la abordan en la calle desconocidos para la felicitarla por su valentía y expresarle solidaridad con su causa.

Ella espera que su calvario personal se acabe pronto, pero su deseo de seguir luchando en favor de las víctimas más vulnerables de los recortes encarna el movimiento del que ahora forma parte.

“La razón por la que la Asamblea Popular está atrayendo a tanta gente es la enorme gravedad de los recortes”, afirma.

“Conservo la esperanza de que yo voy a salir de esta situación consiguiendo un trabajo pronto, pero no por eso dejaré de hacer campaña para ayudar a los demás.”