Superar la brecha en educación y empleo

 

Las diferencias en el nivel de empleo entre los jóvenes con estudios y los que abandonaron la escuela a una temprana edad se han acrecentado durante la actual crisis económica, según indica un nuevo informe.

La última edición del estudio “Panorama de la Educación 2013” de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) analiza la educación en los 34 países miembros de la OCDE, así como en Argentina, Brasil, China, india, Indonesia, Rusia, Arabia Saudita y Sudáfrica.

El estudio hace hincapié en que un buen nivel de educación es la mejor garantía contra el desempleo, citando estadísticas que demuestran que un promedio de tan sólo el 5% de los desempleados tienen estudios superiores, frente al 13% de los que no completaron sus estudios de secundaria.

Por otra parte, entre 2008 y 2011 el desempleo entre los licenciados aumentó apenas un 1,5%, frente al 4% entre los que carecen de titulación.

La brecha salarial entre las personas que sólo completaron la educación primaria y las que completaron con éxito unos estudios universitarios y de postgrado aumentó también a un 90% en 2011; mientras que en 2008 se situaba en un 75%.

El informe concluye además que la formación profesional es crucial en la lucha contra el desempleo.

En países como Austria, Alemania, Luxemburgo y Suiza – donde existen altos niveles de titulados en formación profesional – se han observado unos aumentos menores en el desempleo, y en algunos casos incluso una disminución, en comparación con países donde se observa una preferencia por las cualificaciones genéricas de secundaria superior.

Al mismo tiempo, el gasto público en educación ha disminuido en un 1% durante el mismo período, y 15 de los 34 países de la OCDE han recortado sus presupuestos educativos entre 2011 y 2012, frente a los cinco países que lo hicieron en el período entre 2008 y 2010.

En cuanto a los salarios de los docentes, entre 2009 y 2011 disminuyeron por primera vez en un 2%, mientras que el tiempo de enseñanza en las escuelas de primaria y secundaria aumentó entre 2000 y 2011 en casi un 50% de los países analizados.

 

 

Inquietudes

Pero no todo es un lecho de rosas: según una importante encuesta europea realizada por el Instituto Trendence de Alemania, los licenciados tienen que presentar hasta 60 solicitudes antes de conseguir un empleo, y el tiempo de espera entre el momento en que empiezan a buscar trabajo y el momento que lo encuentran se aproxima a los seis meses.

Y más relevante todavía: más de la mitad de los licenciados europeos están preocupados por su carrera futura, un porcentaje que alcanza el 80% en los países PIGS (Portugal, Italia, Grecia y España).

Volviendo a los resultados del estudio de la OCDE, éste ha recibido las críticas de representantes de docentes y estudiantes así como de expertos de la educación, que dicen que el estudio sólo expone una parte de la situación, centrándose en indicadores cuantitativos y no teniendo en consideración la calidad de la educación.

La Internacional de la Educación (IE), una organización que representa a más de 30 millones de docentes en 170 países, ha calificado el informe como una “señal de alerta” para los responsables políticos, puesto que pone de relieve el desequilibrio entre la reducción del gasto público en educación y el aumento de las horas de clase.

No obstante, el Secretario General de la IE, Fred van Leeuwen, ha dicho que el informe no hace hincapié en el vínculo existente entre la educación de calidad, la creación de empleo y la recuperación económica.

“Si carecemos de una profesión docente altamente cualificada y adecuadamente respaldada que ofrezca un servicio educativo de calidad, y si no hacemos que la docencia sea una opción profesional atractiva para los jóvenes, no se logrará una recuperación ni un desarrollo económicos robustos”.

Tras la publicación del informe de la OCDE, la Unión Europea de Estudiantes también instó a la UE a que tenga en cuenta la educación y la considere una prioridad máxima a la hora de diseñar políticas futuras.

“Estamos contentos de que la OCDE se centre en los beneficios de la educación como motor potente para luchar contra el desempleo, pero queremos señalar que, por otra parte, no examina todos los resultados positivos que representa para la sociedad, como por ejemplo una base de conocimientos mejorada, sensibilización cultural y una participación activa en la sociedad civil”, dice Taina Moisander, Vicepresidenta de la Unión Europea de Estudiantes (ESU).

 

 

Hacer bien las cuentas

Según Lejf Moos, Presidente de la Asociación Europea de Investigación Educativa (EERA), las cifras de la OCDE relativas a Europa deberían considerarse con ciertas reservas: “Los sistemas educativos europeos todavía no se han adaptado completamente a la manera que tiene la OCDE de considerar la educación”, dice.

“Las medidas que se utilizan anticipan las respuestas que se obtienen: la OCDE adopta un enfoque global basado en el éxito, que no todos los sistemas, políticos o profesionales de la educación comparten.

Considero muy positivo que haya una tendencia – evidente en varios sistemas educativos – a centrarse más en la creatividad, en la justicia social y en otros de los denominados valores subjetivos, en lugar de centrarse exclusivamente en las ciencias exactas.

No deberíamos descuidar las humanidades ni los factores humanos y pienso que un cambio por parte de la UE en este sentido es algo que debería haberse hecho hace mucho tiempo y que será más que bienvenido”, dice Moos.

Magali Ballatore, investigadora en sociología en la Universidad Católica de Lovaina, en Bélgica, está completamente de acuerdo con la teoría de Moos: “Es dificilísimo encontrar maneras de medir la calidad de la educación”, afirma.

“Y hay una carencia de estudios relativos a cómo comparar los programas de estudios, la movilidad organizada y no organizada de los estudiantes y los docentes, cómo medir lo que uno realmente aprende, etc.

Hasta ahora hemos estado midiendo la calidad de un sistema educativo sobre la base de sí logra preparar adecuadamente a las personas para el mercado laboral, sin pensar en que debería contribuir, en primer lugar y antes que nada, a que los jóvenes se conviertan en buenos ciudadanos y ciudadanas.”