¿Va a ejecutar el Gobierno saudita a todo aquel que se interponga en sus planes de construir una “ciudad del futuro”?

¿Va a ejecutar el Gobierno saudita a todo aquel que se interponga en sus planes de construir una “ciudad del futuro”?

Saudi Crown Prince Mohammed bin Salman (right) receives Sultan Haitham of Oman, for a tour at the Neom Centre for Knowledge Enrichment, in Neom, Saudi Arabia, on 11 July 2021.

(Balkis Press/Abacapress.com/Alamy)
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La noticia de que un tribunal saudita ha condenado a muerte a tres miembros de la tribu huwaitat por oponerse a su desalojo con el fin de permitir la construcción de un controvertido “gigaproyecto” en el desierto ha sido recibida con indignación por los grupos de derechos humanos, que han calificado el veredicto de “extremadamente impactante”.

Según un informe de ALQST, una ONG con sede en Londres que trabaja por la defensa de los derechos humanos en Arabia Saudita, Shadli al-Huwaiti, Ibrahim al-Huwaiti y Ataullah al-Huwaiti fueron condenados el 2 de octubre de 2022 por el Tribunal Penal Especializado de Arabia Saudita por organizar la resistencia al desalojo de la población local en la provincia de Tabuk, en el noroeste de Arabia Saudita, para dar paso a Neom, una urbanización futurista de 500.000 millones de dólares que se está construyendo actualmente.

El polémico proyecto, cuyo elemento central será una megaciudad “inteligente y sostenible” de 170 kilómetros conocida como The Line, ha recibido un fuerte apoyo del príncipe heredero Mohamed bin Salmán (también conocido como MBS) en el marco de la Visión 2030 del Reino, un plan para introducir una transformación social y alejar al petroestado del petróleo, supuestamente hacia una economía más sostenible.

Sin embargo, las autoridades sauditas han intentado desalojar a los habitantes de zonas de Tabuk, cuya mayoría pertenece a la antigua tribu nómada huwaitat, asentada en la zona desde hace siglos, así como en zonas de Jordania y el Sinaí egipcio. Se calcula que unos 20.000 huwaitat se enfrentan al desalojo de Tabuk para dar paso a Neom, aunque la cifra real podría ser mucho mayor, ya que la falta de transparencia y la ausencia total de organizaciones locales de derechos humanos hacen imposible obtener datos precisos.

Lina Alhathloul, destacada activista saudita y responsable de seguimiento y comunicación de ALQST, calificó el veredicto de “extremadamente impactante”. “Dice mucho del proyecto, de cómo se está construyendo sobre la sangre de la población”, avanza para Equal Times.

Y describe a Neom como un “espectáculo de un solo hombre sin respeto por los derechos humanos fundamentales”, refiriéndose a MBS, conocido por su ominoso historial en materia de derechos humanos marcado por las detenciones masivas y el aumento de las ejecuciones desde su ascenso al poder en 2017, así como por sus presuntos vínculos con el terrible asesinato del periodista saudita Jamal Khashoggi.

ALQST manifestó su firme rechazo a las condenas a muerte y al uso de la pena de muerte, y pidió la liberación inmediata e incondicional de los condenados. Sus llamamientos han sido apoyados por otros grupos de defensa de los derechos.

“Estas sentencias son un paso más del reino saudita para decir a los ciudadanos que cualquiera que se atreva a expresar públicamente sus críticas al Gobierno debe ser silenciado, pues de lo contrario se enfrentará a décadas de prisión o incluso a la pena de muerte”, afirma Duaa Dhainy, investigadora y defensora social de la Organización Europea Saudita para los Derechos Humanos (ESOHR).

Una pesadilla de cinco años, y cada día es peor

La idea de Neom fue enunciada por primera vez por el príncipe heredero en octubre de 2017, cuando se respaldaron los planes de una “ciudad del futuro” con la promesa de llevar el progreso a la zona históricamente subdesarrollada de la costa noroeste de Arabia Saudita.

Según la campaña Justicia para las Víctimas de Neom, los vídeos promocionales difundidos por Neom afirmaban falsamente que el proyecto se construiría en tierras vírgenes. Sin embargo, “la tribu huwaitat lleva cientos de años viviendo en varias extensiones de esta tierra. El pueblo huwaitat no está en contra de la construcción de la ciudad, pero tiene el derecho y el deseo de ser incluido en su construcción y de beneficiarse del uso de sus tierras ancestrales. Lamentablemente, a pesar de muchas promesas, no ha sido así”, afirma el grupo de la campaña.

En 2020, los funcionarios gubernamentales encargados de conseguir terrenos en Tabuk para el proyecto empezaron a ofrecer a los lugareños una indemnización de entre 27.000 y 265.000 euros por sus tierras, aunque algunos informes detallan ofertas de indemnización de tan solo 3.000 euros, lo que está muy por debajo del valor de mercado. Después de que la población se negara a trasladarse, las fuerzas de seguridad desataron una campaña de amenazas, acoso, secuestros, desplazamientos forzosos e incluso fuerza armada. Shadli, Ibrahim y Atallah al-Huwaiti fueron detenidos.

“Condenar a los lugareños por negarse a ser expulsados de sus propias casas y excluirlos de cualquier debate real sobre la construcción de una ciudad en sus tierras nos indica que desde el principio el plan no estaba previsto para la comunidad”, afirma Alhathloul.

Shadli al-Huwaiti es hermano de Abdul Rahim al-Huwaiti, muerto a tiros por las fuerzas especiales sauditas en abril de 2020 tras protestar en vídeos publicados regularmente en YouTube contra el desplazamiento de los residentes de Tabuk por parte de las autoridades gubernamentales. Shadli, quien también es conocido en las redes sociales, inició una huelga de hambre a finales de mayo de 2022 para protestar por los malos tratos que recibía durante su detención, particularmente el aislamiento; dos semanas después la administración de la prisión de Dhahban lo alimentó por la fuerza.

Ibrahim al-Huwaiti formó parte de una delegación de residentes locales que se reunió en 2020 con funcionarios gubernamentales encargados de conseguir terrenos para el plan Neom, mientras que a Atallah al-Huwaiti se le ha visto en varios vídeos denunciando la difícil situación de esta familia y de todos los demás residentes desplazados.

Su condena se produce tras una campaña cada vez más intensa de las autoridades sauditas para expulsar completamente a los huwaitat de su tierra. Desde diciembre de 2021, los miembros de la tribu huwaitat que permanecen en Tabuk han denunciado la creciente presión ejercida por las autoridades, consistente en acciones como el corte sin previo aviso del suministro de agua y electricidad, el uso de drones de vigilancia aérea sobre las residencias y la estrecha vigilancia de las cuentas de teléfonos móviles y redes sociales. En septiembre, Middle East Eye informó que, hasta la fecha, 150 miembros de la tribu huwaitat han sido detenidos por su lucha contra Neom.

Dos de ellos, Abdullah y Abdulilah al-Huwaiti, fueron condenados el mes de agosto a 50 años de prisión y a la prohibición de viajar durante 50 años. Informaciones no verificadas afirman que una tercera persona, Maha Suleiman Al-Qar’ani al-Huwaiti, fue condenada a 23 años por tuits en los que denunciaba los desplazamientos provocados por el proyecto.

“Una situación que da mucho miedo”

En un comunicado, ALQST expresó su grave preocupación por las penas de cárcel excesivamente largas impuestas a los manifestantes de la tribu Huwaitat, y afirmó que “considera que estas recientes sentencias señalan una nueva fase de flagrantes violaciones de los derechos humanos en Arabia Saudita, especialmente desde la visita del presidente estadounidense Joe Biden en julio”.

Zaki Sarraf, trabajador de la ONG contra la pena de muerte Reprieve en la región de Oriente Medio y norte de África, destacó el peligro que supone que los líderes mundiales normalicen las relaciones diplomáticas con Mohamed bin Salmán sin pronunciarse sobre las graves violaciones de los derechos humanos en Arabia Saudita.

“Este no es un país que vaya hacia la reforma y el cambio. De hecho, la situación de los derechos humanos en el país se está deteriorando de forma muy significativa”, señaló el defensor social a Equal Times, indicando que, en lo que va del año 2022, las autoridades sauditas han llevado a cabo 122 ejecuciones, más que la suma de los dos últimos años. Solo el mes de marzo fueron ejecutados 104 presos, 81 de ellos en un solo día, de los cuales más de la mitad eran manifestantes que pedían reformas. “Es una situación que da mucho miedo”, comentó, especificando que 69 de los 81 detenidos ejecutados en masa no eran conocidos por los grupos de derechos humanos, lo que permitió a la seguridad del Estado saudita actuar con impunidad.

El uso de la pena de muerte y las largas condenas de cárcel en Arabia Saudita como herramienta para reprimir la oposición a la familia real está bien documentado. Sin embargo, desde que MBS asumió al poder en 2017, el alcance de los abusos ha aumentado.

Sarraf mencionó el caso de Hassan al-Maliki, un conocido erudito islámico que fue detenido hace cinco años y que sigue sometido a un juicio prolongado debido a que sus audiencias ante los tribunales han sido aplazadas 16 veces y ahora se enfrenta a una posible condena a muerte por el contenido de su biblioteca. También destacó la difícil situación de Abdullah al-Howaiti (distinto a la persona mencionada antes), que corre el riesgo de ser ejecutado por actos delictivos presuntamente perpetrados cuando tenía 14 años. Fue detenido en 2017 acusado de asesinato y robo a mano armada tras ser torturado para que confesara unos delitos que no podía haber cometido, basándose en las imágenes de las cámaras de seguridad que muestran que no estaba en la escena del crimen.

De las 150 personas de la tribu huwaitat que se calcula que han sido detenidas por su resistencia al proyecto Neom desde 2020, ALQST ha documentado 46 casos, nueve de los cuales incluyen condenas de prisión de entre 27 y 50 años. La organización ha recibido información no confirmada de que, además de los huwaitat, al menos otra tribu, los bali, se ha visto afectada por las expropiaciones en curso.

La ambiciosa ciudad inteligente, cuyo tamaño previsto equivaldría a 33 veces la ciudad de Nueva York, afirma que combinará tecnologías de vanguardia y recursos 100% renovables, y tendrá capacidad para albergar hasta nueve millones de residentes. Aunque en un principio su finalización estaba prevista para 2030, apenas se han iniciado las obras, y algunos informes apuntan a una nueva fecha de finalización en 2050.

El proyecto ha suscitado una gran controversia, no solo por el desplazamiento forzoso, sino también porque se le ha acusado de maquillar el terrible historial medioambiental de Arabia Saudita y de mantener las condiciones de esclavitud del sistema kafala, en cuyo marco deberán trabajar los trabajadores migrantes contratados para construir Neom.

“Arabia Saudita está intentando lavar su reputación mundial con proyectos como Neom mientras desvía la atención de lo que realmente está ocurriendo sobre el terreno”, afirma Sarraf.

La investigadora de la ESOHR Duaa Dhainy afirma que el príncipe heredero está tratando de renovar la imagen del reino en la escena mundial, al tiempo que reitera que este desarrollo de alta tecnología se construye sobre la vida de las personas, lo que refleja una política general orientada a la construcción de un espacio futurista en el que no hay “sitio” para los derechos de los ciudadanos.

En declaraciones a Equal Times, Alhathloul destacó la importancia de ejercer presión sobre los funcionarios sauditas para que cooperen con la comunidad internacional, los gobiernos extranjeros, las organizaciones de derechos humanos y las empresas que trabajan sobre Neom. “Si existe una presión suficiente, Neom no será bien vista. Es entonces cuando podría existir una oportunidad de ver anuladas las recientes condenas”, concluye.