Ya es hora de que la juventud nigeriana recupere sus sueños robados

Opinions

La semana pasada, Nigeria fue declarada la mayor economía de África. ¿Pero qué significa tener un PIB de 510 millones de USD para una vendedora del mercado que forma parte del 60 por ciento de la población que gana menos de un dólar al día?

¿Qué se consigue con ser una economía mayor que Sudáfrica cuando los nigerianos literalmente se dejan la vida intentando encontrar un empleo?

El mes pasado, 19 nigerianos solicitantes de empleo murieron tras producirse una avalancha humana durante una convocatoria de empleo a nivel nacional por parte del Servicio de Inmigración Nigeriano.

Más de medio millón de personas desembolsaron 1000 nairas (6 USD) para poder presentar su solicitud para acceder a apenas 4.500 puestos de trabajo. Cuatro mujeres embarazadas figuraban entre las víctimas.

Tras la tragedia, se revelaría que la mayoría de los empleos habían sido ya asignados a personas cercanas a distintos ministros del Gobierno.

Nosotros, los jóvenes nigerianos, decimos basta.

Dijimos basta cuando cayó la primera víctima asesinada por Boko Haram.

Dijimos basta cuando nuestros líderes parásitos se apropiaron del primer kobo, con la ayuda de sus secuaces extranjeros.

Dijimos basta cuando la primera multinacional saqueó nuestro petróleo y destruyó nuestras tierras.

Pero ha llegado el momento de empezar a hablar de cambiar; ha llegado el momento de que nos encarguemos de hacerlo.

Es por ello que saldremos a las calles de Nigeria con ocasión del Día Internacional de los Trabajadores/as el 1 de mayo, para tomar parte en la protesta Sueños Robados.

Lo que celebramos ahora como Día del Trabajo empezó en 1886 como parte de la lucha reclamando la jornada de ocho horas en Chicago. En 2014, muchos nigerianos ni siquiera tienen eso.

Oficialmente, Nigeria tiene una tasa de desempleo juvenil del 54 por ciento, aunque en realidad la cifra podría llegar incluso al 80 por ciento.

Los 100 millones de jóvenes que tiene Nigeria podrían convertirse en su más valioso recurso ¿por qué se desperdician nuestras vidas?

Podemos seguir lamentándonos por los niveles de desempleo en nuestro país y pidiendo ideas radicales sobre creación de empleo, pero esa retórica está ya gastada.

Necesitamos más bien centrarnos en desarrollar a los jóvenes para crear y construir la mano de obra necesaria en el mundo actual.

 

“Nadie gana bastante”

En nuestro país tenemos millones de graduados que no pueden encontrar empleos decentes.

Tenemos millones de estudiantes universitarios que no pueden llegar a graduarse porque sus profesores están en huelga para reclamar mejores salarios y condiciones de trabajo.

Y tenemos un sistema escolar sobrecargado e insuficientemente financiado, lo que implica que únicamente aquellos que pueden permitirse pagar para asistir a las mejores escuelas tendrán acceso a una educación de calidad.

Cada año, miles de nuestros trabajadores más cualificados – médicos, enfermeras, docentes, científicos, ingenieros, abogados – abandonan Nigeria para irse a trabajar al extranjero.

¿Cómo es posible que haya más del doble de doctores nigerianos viviendo en el Estado de Nueva York que en toda Nigeria? ¡Estamos hablando de un país de 170 millones de habitantes!

Para Nigeria, la gente es el recurso más preciado, pero nuestro Gobierno no quiere darse cuenta.

Nuestro Gobierno ha dado siempre prioridad a las necesidades de las empresas por encima de las de sus ciudadanos.

Este enfoque ‘padi padi’ ha conducido a la total explotación del trabajador nigeriano, hasta tal punto que la gente apenas consigue ganar suficiente para sobrevivir, ni siquiera el salario mínimo mensual establecido en 18.000 NGN (unos 110 USD).

Prácticamente todas las personas que conozco tienen al menos dos trabajos para poder mantenerse y mantener a sus familias.

Otros muchos millones ese ven obligados a trabajar en la economía informal, donde no tienen protección ni perspectiva alguna.

Desde porteros a banqueros o pilotos – nadie gana bastante.

Pero no sólo toleramos estos bajos salarios, sino que además nos quedamos sentados viendo como los expatriados occidentales ganan hasta cinco veces más que nosotros por realizar el mismo trabajo, simplemente porque ellos se consideran ‘expertos’.

Esta vergonzosa situación implica que 53 años después de la independencia, seguimos sin haber conseguido contar con la mano de obra necesaria para hacer funcionar nuestros países.

Sencillamente, los Gobiernos previos y el actual han aplastado el progreso y el potencial innovador de la juventud nigeriana.

Al igual que muchas otras naciones africanas, el Gobierno nigeriano no ha sido capaz de formar a su población para el futuro – y este es su mayor fracaso.

Si los ciudadanos de un país están adecuadamente educados y preparados para participar en el mundo moderno, el Gobierno verá a sus ciudadanos como un recurso. Recursos que deben ser protegidos y valorados.

Pero para nuestro Gobierno nuestras vidas no valen nada. Ya sea en accidentes de carretera, al intentar entrar ilegalmente en Europa o asesinados en ataques terrorista, morimos y nadie dice nada.

 

Una Nigeria diferente

¿Se imaginan si las cosas fueran diferentes? ¿Si Nigeria fuese un país seguro – y la seguridad estuviese garantizada por nigerianos?

¿Si tuviésemos centralitas de emergencia que respondiesen a las 774 áreas de Gobiernos locales en toda la federación?

¿Si hubiese centros de formación para personal paramédico o de servicio de emergencia en caso de desastres naturales?

Desde empleos en medicina forense a analistas de datos o agentes de patrulla – el potencial para contratar jóvenes en este sector es enorme.

Invertir en estas áreas no sólo crearía puestos de trabajo para los nigerianos, sino que además aumentaría la seguridad, creando el espacio para que otros sectores hagan lo mismo.

Los recursos deben ser sanos.

Estamos cansados de ver a nuestros hermanos y hermanas morir en accidentes de tráfico, cuando podrían haber sido salvados si la asistencia hubiera llegado a tiempo – o al menos hubiera llegado.

Esto no es más que un ejemplo. Hay muchas otras áreas donde podrían crearse millones de empleos, permitiendo que las personas pudieran efectuar un trabajo gratificante y provechoso.

Pero el desarrollo de este tipo de industrias implicaría que el Gobierno se lance a un auténtico trabajo de construcción nacional. Implicaría consultas y estudios.

Y este tipo de trabajo arduo y laborioso no es lo que busca la mayoría de nuestros políticos cuando se presentan para ocupar cargos públicos.

Constantemente se nos dice que tenemos que atraer inversión extranjera.

Pero echando un vistazo a las grandes compañías que vienen a Nigeria, veo que hacen muy poco por desarrollar el país.

Exceptuando unos pocos, la mayoría de los nigerianos esencialmente viven bajo control extranjero.

Nuestro Gobierno acaba de aprobar una ley contra la homosexualidad, pero el verdadero mal ocasionado por la influencia extranjera no reside ahí.

En realidad reside en el hecho de nuestra economía haya sido diseñada de tal manera que las multinacionales son capaces de extraer nuestros más preciados recursos naturales en beneficio de los accionistas en el extranjero, mientras que nuestros jóvenes caen como ovejas que van al matadero cuando se presentan para solicitar un empleo que en realidad no es lo que desean y que además nunca podrían conseguir.

Las políticas neo-coloniales de nuestro Gobierno sólo benefician a la minoría – y la gente lo sabe.

Es por eso que saldremos a la calle el 1 de mayo.

Somos demasiados para repartirnos unas pocas migajas. Ya es hora de que recuperemos nuestros sueños robados.

 

Para saber más sobre la protesta Sueños Robados, seguir el hastag #StolenDreams en Twitter y Facebook, o visitar www.changemovementng.org