En Mosul, un ambicioso espectáculo musical celebra la diversidad étnica y religiosa y busca la cohesión social

En Mosul, un ambicioso espectáculo musical celebra la diversidad étnica y religiosa y busca la cohesión social

Violinist Mohammad Mahmood is one of 68 Iraqi musicians taking part in the Nineveh Operetta, an ambitious, in-progress artistic project aimed at bringing the various ethnic and religious groups of Nineveh province - home to the ancient city of Mosul - together.

News

En 2019, dos años después de que la ciudad de Mosul, al norte de Irak, fuera liberada de los tres años de control de la organización terrorista Estado Islámico (EI, también conocido como EIIL, EIIS y Dáesh), Younis Qays, un mosulí (o maslawi, como se conoce a la gente de Mosul) nacido en una familia de artistas, empezó a soñar con un proyecto para ayudar a recuperar la cohesión que un día existió entre los múltiples grupos étnicos y religiosos que pueblan la gobernación de Nínive.

La provincia es famosa por su diversidad cultural. Entre sus cerca de cuatro millones de habitantes conviven árabes, asirios, turcomanos, kurdos, yazidíes, armenios y shabaks, cuyas creencias religiosas van desde el islam suní y chií, al cristianismo y el yazidismo. “Yo estaba intentando encontrar la manera de involucrar a los diversos componentes de la población de Nínive y su mezcla de expresiones culturales”, explica a Equal Times este joven de 28 años. Entonces conoció a Sipan Mizori, un compositor musical, también de Mosul, que quería producir un vídeo musical mostrando a su ciudad natal, en ruinas desde la salida de EI, esforzándose por pasar página.

Pero Qays tenía en mente algo más grande. Así surgió la idea de la Opereta de Nínive, una obra musical y audiovisual colaborativa que pone de relieve la enorme diversidad de lenguas, estilos musicales, instrumentos, canciones, poemas y vestimentas tradicionales que cohabitan en toda la provincia.

La producción del proyecto –el primero de estas características– comenzó en 2020. Tras seleccionar a algunos de los músicos, cantantes y compositores más virtuosos de Nínive y presentarles la idea, Qays puso en contacto a cada uno de los 68 artistas con Mizori, quien compuso las melodías, les instruyó sobre cómo interpretarlas y les invitó a incorporar sus propias creaciones.

Durante los más de 18 meses de preparación, el conjunto musical se formó y ensayó, se grabaron todas las canciones y pistas y se filmó la grabación en el estudio. El objetivo final del proyecto es lanzar un vídeo en el que aparezcan todos los artistas actuando, pero su finalización depende de la obtención de más fondos.

“Poseemos una larga historia de convivencia armoniosa”

Qays está convencido de la trascendencia de la creación artística colectiva para superar el estigma de que Irak –un territorio que ha padecido el yugo del extremismo violento y la destrucción– es un lugar peligroso plagado de divisiones sectarias, y recuperar la paz y la unidad en esta región iraquí, la de mayor diversidad étnica y religiosa. Esto es especialmente cierto en Mosul, antiguo bastión de EI, famosa antes de que los insurgentes islámicos la ocuparan, por su vibrante vida artística y social, propiciada por la diversidad, el pluralismo y la coexistencia que caracterizan a la región desde hace milenios.

“Intentamos transmitir el mensaje de que nuestra provincia posee una larga historia de convivencia armoniosa entre múltiples religiones y sectas”, explica a Equal Times Mizori, coordinador musical del proyecto.

Criado en Mosul y afincado en los Estados Unidos, Mizori recuerda cuando era joven. Entonces, “los suníes convivíamos con cristianos y chiíes. Manteníamos buenas relaciones. Por ejemplo, solíamos felicitar la Navidad y los no musulmanes nos felicitaban en la Fiesta del Cordero o durante el Ramadán”.

La opereta se abre con una representación ambientada en la antigua ciudad de Hatra, donde Maria Farhad, miss Irak en 2021, aparecerá ataviada con el traje tradicional de una reina asiría y, acompañada de un solo de piano interpretado por Ramy Omer, recitará un poema de Muhammad Al-Ghabshael que describe la belleza de la historia, la civilización y el patrimonio de la provincia.

“Para mí es un placer interpretar un papel en la opereta. Lo que más me gusta es cómo revive el patrimonio de todos los componentes de las llanuras de Nínive”, dice a Equal Times la ex miss Irak, de 21 años, nacida en una familia cristiana asiria de Qaraqosh. “Encarnar esta unidad y reconciliación es importante después de tanta opresión y violencia sufrida por nuestra provincia durante la época de EIIL”, afirma Farhad, que se vio obligada a abandonar Mosul en 2014.

Tras esta primera escena, actuarán en la opereta artistas de cada estilo específico y diferenciado de la región de Nínive, que cantarán y tocarán instrumentos con estilos, lenguas y dialectos diversos, vestidos en sus trajes tradicionales. Parte de la representación se filmará en enclaves históricos y arqueológicos, como Hamdaniya, Bartella, Bashika, Tal Afar, Sinjar, Hatra y Qayyarah, y cada grupo de artistas aparecerá actuando en sus ciudades y pueblos de origen. La última parte de la opereta muestra al conjunto de intérpretes en un enclave histórico de Mosul, donde se incorporan músicos, raperos y cantantes extranjeros procedentes de Italia, Estados Unidos, Francia y Pakistán.

“EI no nos ha cambiado”

Loubna Al Khalily, yazidí de 28 años, originaria de la ciudad de Bashika, es una de las cantantes del proyecto. Trabaja como profesora de inglés, canta desde los 10 años y empezó a actuar en público hace tres.

Tras escribir la letra y ensayar varias veces en línea, bajo la batuta de Mizori, Al Khalily grabó en el estudio su tema. “La canción que compuse trata de la gente de Bashika viviendo en paz, del sentimiento de pertenencia a nuestra ciudad natal y de nuestro amor por Nínive en general”, explica.

Ha sido la primera vez que esta vocalista novel ha cantado en su propia lengua (kurmanji) y con estilo de música tradicional, una experiencia que dice haber disfrutado mucho. En su opinión, poner en valor la riqueza cultural de Nínive a través de un proyecto musical es una forma eficaz de llegar al pueblo iraquí y de transmitir un mensaje de paz:

“Es importante mostrar que seguimos siendo el mismo pueblo, que vivimos en armonía. Que EI no nos ha cambiado y que nada conseguirá que nos odiemos unos a otros”. Y añade: “Quiero que todos los iraquíes sepan que en esta región seguiremos unidos, pase lo que pase”.

Mizori señala lo entusiasmados que están los artistas por participar en el proyecto. Con su estilo único, cada uno está contribuyendo, a través de sus solos, dúos o formando parte del conjunto orquestal, en dar a conocer la diversidad de géneros musicales. “Les entusiasma la idea. Mostrar al público todas las culturas que hay en la sociedad iraquí es algo que nadie ha hecho antes”, explica.

También destaca la participación de varias intérpretes femeninas en la obra: “Es la primera obra conjunta en la que intervienen niñas y mujeres de Mosul”, afirma orgulloso el director del proyecto, que espera que esto contribuya a animar a las mujeres a participar en las artes y en otros ámbitos de la vida pública.

Qays financió de su bolsillo toda la fase de preparación de la opereta y ahora está buscando financiación externa para completar, estrenar y distribuir la obra a un público más amplio. Una vez conseguidos los fondos, se producirá un documental sobre la opereta, que incluirá entrevistas con los artistas participantes.