Es hora de centrarse en la alfabetización informacional de los trabajadores

Se oye mucho la frase “la información es poder”, pero cuando hablamos de “alfabetización informacional” es importante preguntarse qué queremos decir con dicha expresión y, sobre todo, qué significado tiene para los trabajadores.

La alfabetización informacional es un concepto que se originó en la década de 1970 en Estados Unidos, a raíz del desarrollo de la tecnología de la información y de la consiguiente explosión informativa, además del progreso económico y el viraje hacia el neoliberalismo. Estas tendencias requerían competencias y conocimientos para navegar por la sobreabundancia de información, así como para fomentar una mayor productividad, la competitividad, mayores beneficios y un progreso más rápido.

Hoy en día, sin embargo, la alfabetización informacional se percibe, cada vez más, no sólo como un conjunto de competencias para encontrar y utilizar información, sino también para evaluarla, es decir, para posibilitar una conciencia crítica y un uso ético de la información. Según esta interpretación, la alfabetización informacional está estrechamente vinculada al empoderamiento, a la justicia social y al activismo cívico, consolidándose así su función y su valor en un contexto social más amplio.

Sin embargo, apenas se ha estudiado la correlación que existe entre la alfabetización informacional y los derechos de los trabajadores, la perspectiva de los trabajadores y cómo la alfabetización informacional puede empoderarles para proteger sus derechos. Esta laguna es la que me motivó a investigar el valor de la alfabetización informacional en el contexto de los derechos de los trabajadores.

En abril de 2021 realicé una encuesta en línea en la que participaron 500 trabajadores que tenían contrato laboral y representatividad a escala nacional, con datos recopilados por la agencia de estudios de mercado Hendal y ayuda financiera de la fundación alemana Friedrich Ebert Stiftung.

En la investigación se examinaron las pautas de comportamiento informacional de los trabajadores y su autovaloración respecto al nivel de información que reciben sobre sus derechos, así como de las competencias informativas. Otro de los objetivos era determinar si existen diferencias en el nivel de información que se recibe y en el comportamiento informacional según las diversas categorías de trabajadores, en particular si están afiliados a un sindicato.

Los afiliados a un sindicato están mejor informados sobre sus derechos

La investigación arrojó una serie de resultados interesantes que se presentan parcialmente en el presente artículo. Los resultados completos del estudio están disponibles en el documento de 2022, redactado en colaboración con la supervisora de mi doctorado, la Dra. Sonja Špiranec, Informed, active, empowered: research into workers’ information literacy in the context of rights at work (Informados, activos, empoderados: investigación sobre la alfabetización informacional de los trabajadores en el contexto de los derechos en el trabajo).

En primer lugar, el estudio demostró que la mayoría de los trabajadores estiman estar bastante bien informados sobre sus derechos, y que los afiliados a sindicatos cuentan con un nivel de información sobre los derechos de los trabajadores significativamente superior al de los no afiliados. Los afiliados a un sindicato también son menos propensos a pensar que se les ha negado información deliberadamente, que no disponen de suficiente información, o que no saben cómo evaluar qué información es relevante o dónde buscar información sobre sus derechos. La actividad sindical a nivel del empleador suele repercutir de manera positiva en el nivel de información que se facilita a los trabajadores: en comparación con los lugares de trabajo no organizados, los trabajadores de un lugar de trabajo organizado por un sindicato manifiestan contar con un mayor nivel de información sobre sus derechos.

Estar informado sobre los derechos de los trabajadores guarda una estrecha relación con la violación de los derechos y la lucha activa por los mismos. El 38% de los encuestados señala haber experimentado una violación de sus derechos, y el 19% afirma no saber si sus derechos han sido vulnerados alguna vez. Los trabajadores que valoran de manera más positiva el nivel de información que reciben con relación a sus derechos son más propensos a afirmar que estos no se han visto vulnerados, mientras que la incidencia de violaciones de derechos registrada es mayor entre los encuestados que consideran que el nivel de información que reciben es menor. Asimismo, los encuestados que están mejor informados sobre los derechos de los trabajadores tratan con mayor frecuencia de proteger sus derechos y son más propensos a hacerlo mediante la interposición de una demanda con la ayuda de su sindicato.

Los trabajadores que conocen mejor sus derechos también tienden a defenderlos, fundamentalmente proponiendo modificaciones en las normas del trabajo y en los convenios colectivos, así como participando activamente en los sindicatos.

Los trabajadores que están más informados de sus derechos creen que esto influye en la calidad general de su trabajo. Por otra parte, la mayoría de los encuestados que no se sienten preparados para luchar activamente por la protección y la mejora de los derechos de los trabajadores afirman disponer, según su propia valoración, de unas competencias informativas y un nivel de información sobre estos derechos más reducidos. Las principales razones por las que estos trabajadores no se sienten preparados para buscar protección y luchar activamente por la mejora de sus derechos son el miedo, el derrotismo y el fatalismo. Como era de esperar, y es algo que resulta preocupante, los trabajadores buscan de manera activa información sobre sus derechos únicamente cuando creen que se han vulnerado o cuando no están seguros de qué derechos disponen, al tiempo que afirman no percibir la necesidad de información.

Cuando se les pregunta por los principales retos a la hora de mantenerse informados, los encuestados señalan los frecuentes cambios de normativa, la sensación de no estar obteniendo información completa y veraz, y la sensación de que se está ocultando información deliberadamente. Sin embargo, aunque valoran relativamente bien sus propias competencias en materia de información, los trabajadores siguen reconociendo la necesidad de formación y apoyo adicionales en este ámbito, sobre todo en lo que respecta a dónde encontrar información sobre sus derechos y, especialmente, sobre cómo proteger dichos derechos.

¿Qué significa esto para los sindicatos?

La investigación realizada confirma las conclusiones de anteriores estudios sindicales, pero también algo bien sabido en la práctica: que los sindicatos marcan la diferencia. Los afiliados a un sindicato están mejor informados sobre sus derechos y son conscientes del valor de esta información. Cuando los sindicatos actúan, las violaciones de los derechos de los trabajadores son menos frecuentes, y los trabajadores están más dispuestos a luchar activamente por ellos. Los sindicatos deben perseverar en informar, concienciar y educar a los trabajadores sobre la importancia de la organización sindical y la función de los sindicatos, la credibilidad y fiabilidad de la información, así como la importancia de estar informados sobre los derechos.

Por ejemplo, esta necesidad fue reconocida por la confederación sindical croata SSSH (Asociación de Sindicatos Independientes de Croacia), que elaboró el recurso en línea Conoce tus derechos en el marco de su campaña sobre trabajo decente y su concepto de “Trabajo adecuado para las personas”. La información es realmente poder; las competencias y los conocimientos necesarios para encontrarla, evaluarla de manera crítica y utilizarla (alfabetización informacional) son indispensables en la actual era de la posverdad y en el entorno informativo, social y político caracterizado por la crisis de confianza y democracia.

Las implicaciones de esta investigación incluyen, entre otras cosas, la necesidad de abordar una situación casi paradójica: por una parte, el empleador es una autoridad clave para los trabajadores a la hora de informarles sobre sus derechos; pero, al mismo tiempo, el empleador es también una razón clave por la que estos no se informan ni luchan de manera más activa por sus derechos (por miedo al despido, a las represalias y a consecuencias similares).

Por ello, los sindicatos en particular, pero también las autoridades, tales como las inspecciones de trabajo, deben examinar las razones de estos hechos, así como investigar los obstáculos a la organización sindical con el fin de eliminarlos. Esto plantea a los sindicatos la importante tarea de desarrollar una conciencia crítica entre los trabajadores con el fin de empoderarlos para reconocer y combatir la opresión y la explotación.

Esta investigación ha demostrado que los trabajadores no suelen ser conscientes de que están siendo oprimidos ni que están actuando en contra de sus propios intereses. Esta falta de conciencia crítica y fatalismo es especialmente preocupante en el contexto de la protección de los derechos de los trabajadores, porque muchos trabajadores no reconocen las injusticias ni creen que el cambio sea posible. Concienciar sobre los resultados y efectos positivos de la labor sindical es crucial para acabar con estos prejuicios y, por tanto, para avanzar en el ámbito de los derechos de los trabajadores en general. No debemos olvidar la importancia de reforzar la democracia en el lugar de trabajo para que los trabajadores puedan expresarse e influir en las condiciones y la organización del trabajo, algo por lo que ellos mismos han expresado su disposición a abogar activamente. Contar con trabajadores activos e informados, y entender el poder de la información, constituyen un requisito previo fundamental para conseguir mejores derechos y justicia social, así como una vida digna. El papel de los sindicatos en este sentido es irremplazable.