Gases lacrimógenos para los kenianos que manifiestan en pos de mejores empleos

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Gases lacrimógenos y balas de goma fue lo que recibieron hoy en Nairobi los kenianos que manifestaban contra la corrupción política, el desempleo masivo y la pobreza tras las afirmaciones del Gobierno de que los organizadores de la protesta formaban parte de un complot financiado por la Agencia para el desarrollo internacional de EE.UU. (USAID) para socavar la seguridad nacional.

Las protestas debidas al “Estado de la nación”, organizadas por el activista social y periodista gráfico Boniface Mwangi, habían recibido previamente el visto bueno de la policía.}}}

Sin embargo, solamente una hora antes de la hora prevista para que las protestas se pusieran en marcha, los organizadores leyeron informes en los medios de comunicación donde se afirmaba que la manifestación había sido prohibida para evitar que los “terroristas” se incorporaran a la marcha.

Decenas de personas ya estaban en camino rumbo al punto de reunión en el Parque Uhuru, cuando se encontraron con policías fuertemente armados que dispararon balas de goma y gases lacrimógenos para dispersar a la multitud.

No hubo heridos, pero tres manifestantes fueron detenidos y acusados de incitación a la violencia y alteración del orden público.

La prohibición tuvo lugar tras una categórica declaración del Comité Consultivo de Seguridad Nacional de Kenia, el miércoles por la noche, en la que afirmó que algunos individuos, incluyendo un tal “Boniface M.”, estaban siendo financiados por la agencia donante estadounidense USAID para “socavar [la] soberanía de un gobierno legítimo y democrático e interferir en los asuntos internos”.

Sin embargo, Boniface Mwangi señaló que la prohibición era “inconstitucional e inspirada por un Gobierno impopular por temor a asumir su responsabilidad ante el pueblo”.

Mwangi, quien se encuentra actualmente en la clandestinidad después de escapar de la detención al saltar desde la parte trasera de una furgoneta de la policía según testigos presenciales, confió a Equal Times que “Como lo requiere la ley notificamos a la policía la celebración de manifestaciones pacíficas.

Tenemos derecho a protestar y ese derecho está consagrado por la Constitución.

“Kenia se está convirtiendo en un estado policial. ¿Por qué el Gobierno tiene miedo de que ciudadanos pacíficos expresen sus opiniones y quejas?”

 

Sentimientos de frustración

Según la Oficina Nacional de Estadística de Kenia, la tasa de desempleo del país se sitúa en un 40 por ciento, mientras que el salario medio anual de 1.700 USD condena a millones de trabajadores a una vida de pobreza.

El Presidente Uhuru Kenyatta asumió el poder el pasado mes de abril con la promesa de mejorar la economía, crear puestos de trabajo y luchar contra la corrupción del Estado.

Sin embargo, la población tiene la impresión de que poco ha cambiado.

Cuando con 26 años John Paul Muteshi se graduó de la Universidad Maseno de Kenia, el año pasado, tenía grandes esperanzas de conseguir un empleo bien pagado.

Varios meses y cientos de solicitudes de trabajo después, las esperanzas de este diplomado en ciencias y tecnologías de la información de conseguir un empleo remunerado en su campo están esfumándose rápidamente.

“Yo esperaba conseguir un trabajo lo más rápido posible, pero no ha sido así”, afirma Muteshi abatido, quien ahora trabaja con un contrato a corto plazo como asistente de investigación en una ONG internacional.

Al igual que muchos otros kenianos, Muteshi se siente frustrado.

“El Gobierno sigue haciendo grandes discursos, pero no ha cumplido sus promesas.”

 

Importantes retos

Según Erick Matsanza, activista social y Secretario Nacional de partido laborista de Kenia (LPK), las manifestaciones tenían como finalidad mostrar al Gobierno que ha llegado el momento de abordar seriamente los problemas y dificultades que enfrentan los ciudadanos de a pie.

“La élite gobernante ha hecho un mal uso de su mandato al destruir el tejido social, económico y político del país”, aseveró.

“Nuestro presidente dice que hay carteles corruptos en su Gobierno, ¿qué quiere decir? A él le corresponde tomar la delantera y destituirlos, porque esa es una de las razones por la que los kenianos votamos por él.”

En una protesta organizada también por Boniface Mwangi el año pasado, los manifestantes soltaron una camada de cerdos a las afueras del edificio del parlamento nacional para protestar contra los aumentos de remuneración asignados a los parlamentarios.

“[Nuestro Gobierno] se comprometió a salvaguardar los principios de la libertad y la democracia”, indica el analista político Joseph Lister Nyaringo.

“Se comprometieron a respetar la Constitución, a luchar contra la impunidad y a poner un alto a la corrupción y los sobornos. Pero lo que estamos presenciando es una metamorfosis completa.

“La corrupción ahora está por las nubes. Se manipula la libertad y se escamotean los puestos públicos; no existe o se tiene muy poco en cuenta el equilibrio regional, la juventud, las mujeres y la meritocracia”, afirmó Nyaringo a Equal Times.

 

Temores

Esta creciente frustración quedó plasmada en una reciente encuesta realizada por la firma de investigación mundial Ipsos Synovate, la cual mostró que la mayoría de los kenianos se esperan a un aumento en el costo de la vida durante el próximo año (70 por ciento) y a una disminución de las condiciones económicas generales (60 por ciento).

La encuesta también reveló que más de un tercio (37 por ciento) de la población piensa que el mercado de trabajo del país incluso va a empeorar.

“La creación de empleo en Kenia sigue siendo una tarea insuperable, tanto en el sector formal como en el informal”, afirmó Margaret Ireri, Directora General de Ipsos Kenya, a Equal Times.

Una situación plausible a pesar de los indicadores de crecimiento económico favorables que muestran que la economía está a punto de mejorar.

Las proyecciones del Banco Mundial indican que la economía de Kenia crecerá en torno al 5,1 por ciento en 2014.

El Secretario General de la central sindical COTU (Central Organisation of Trade Unions), Francis Atwoli, insta a la población a tener paciencia con el Gobierno mientras implanta sus programas económicos.

Sin embargo, también insta al Presidente Kenyatta a actuar con rapidez para poner en marcha programas destinados a mejorar la vida de los ciudadanos de a pie.

“El presidente Kenyatta y su vicepresidente ya no tendrán excusa si después de un año en el poder no han organizado el gobierno. Los kenianos no pueden mostrarse pacientes por tanto tiempo”, afirmó Atwoli a Equal Times.

Atwoli también ha instado al Gobierno a reprimir la corrupción, cuyo costo estimado asciende a casi 4 mil millones de USD para los kenianos.

“El presidente Uhuru Kenyatta debe exponer y destituir a todos los poderosos que fomentan la corrupción en su Gobierno. No debe perder más tiempo”, ratificó Atwoli.