Las aguas subterráneas en África subsahariana, un potencial económico subexplotado

Las aguas subterráneas en África subsahariana, un potencial económico subexplotado

A farmer in Ghana uses an electric pump system to irrigate his carrot crops with groundwater.

(Nana Kofi Acquah/International Water Management Institute)

“En la región de Dakar, muchos pequeños agricultores tienen dificultades para sacar el mayor provecho de la agricultura, ya que no pueden permitirse pagar una plataforma de perforación para explotar los acuíferos profundos”, lamenta Fatimatou Sall, geógrafa, directora del programa WASH (acrónimo en inglés de agua, saneamiento e higiene) de la ONG Catholic Relief Services y presidenta de la Asociación de jóvenes profesionales del agua y el saneamiento en Senegal. Al igual que en el resto del continente africano, las aguas subterráneas son aquí “invisibles, poco conocidas, se tienen poco en cuenta en las decisiones y son poco comprendidas por la población”, subraya Abu Amani, director de la División de Ciencias del Agua de la UNESCO. Sin embargo, representan un potencial económico en gran parte subexplotado.

Según el informe de 2022 de las Naciones Unidas sobre el desarrollo de los recursos hídricos en el mundo (elaborado por la UNESCO), solo el 5% de los terrenos equipados para el riego en África subsahariana utiliza el agua subterránea, en comparación con una media del 38% a nivel mundial, el 59% en América del Norte, el 57% en el sur de Asia y el 35% en el norte de África. En la industria, las captaciones de agua subterránea utilizada en la extracción y procesamiento de minerales, así como en los sectores textil y energético varían del 5% en África al 57% en Europa y al 17% a escala mundial.

En todo el mundo, las aguas freáticas, que constituyen casi el 99% del total de reservas de agua dulce líquida del planeta, proporcionan la mitad del volumen de agua captada para el agua potable, la agricultura y la industria. La parte que se explota en el continente africano es ínfima. Sin embargo, contrariamente a la idea generalmente aceptada, la región de África subsahariana está dotada de vastos acuíferos. Los investigadores estiman que el volumen de las reservas de agua subterránea es cien veces superior a la renovación anual de los recursos de agua dulce superficial de la región. Según el informe, África dispone de 2,72 millones de km3 de agua dulce líquida, situados a una profundidad media de 90 metros, situándose detrás de Asia (3,69 millones de km3), pero por delante de América del Sur (1,29 millones de km3) y Europa (541.000 km3). África central, en particular, dispone de recursos muy importantes.

El potencial de estos recursos hídricos subterráneos debería desarrollarse, sobre todo porque los del continente africano son resilientes al cambio climático y de buena calidad, señala el Instituto francés de Investigación y Desarrollo (IRD) en un estudio realizado con el University College de Londres en 9 países africanos (Benín, Burkina Faso, Níger, Ghana, Tanzania, Uganda, Zimbabue, Namibia y Sudáfrica).

Faltan inversiones

“En África, los recursos hídricos subterráneos son muy variados. Se encuentran en abundancia en cuencas sedimentarias, en rocas porosas que se comportan como grandes esponjas, por ejemplo, en la región de Dallol en Níger, o en Senegal. Estas aguas subterráneas también se alojan en las zonas de zócalo, en las fracturas y grietas de la roca madre, mucho más difíciles de movilizar, y cuyo volumen es difícil conocer en el estado actual de los estudios. Este es el caso de Guinea, una zona de esquisto, rocas madre degradadas a profundidades importantes”, comenta Christophe Léger, hidrogeólogo director general adjunto de Vergnet Hydro, empresa francesa especializada en el suministro de agua potable en África.

Además de la falta de un conocimiento profundo de los recursos, la explotación de las aguas subterráneas africanas se ve limitada por la falta de inversiones en infraestructura, en las instituciones, en la formación de profesionales y la búsqueda de soluciones innovadoras.

“El abundante agua subterránea en las cuencas sedimentarias está poco explotada y podría aprovecharse mejor para la agricultura si los agricultores pudieran utilizar medios modernos como el riego por goteo subterráneo aplicado directamente a las raíces, evitando la evapotranspiración del agua”, destaca el subdirector de Vergnet Hydro.

“Así, 20 millones de hectáreas en África podrían dedicarse al riego agrícola utilizando aguas subterráneas, nueve veces más de lo que se riega actualmente”, añade Yvan Altchenko, profesor investigador del instituto y escuela de ingeniería AgroParisTech.

“No resulta muy costoso buscar agua a cien metros de profundidad. Un sondeo cuesta alrededor de 10.000 dólares [USD]. Sin embargo, luego necesitas una bomba y energía para extraer el agua. También hay que contar el mantenimiento de la instalación. Para garantizar la rentabilidad sería preciso cubrir estos gastos y el costo de la energía. No existe un modelo económico clásico para este tipo de obras”, subraya Christophe Léger de la empresa Vergnet Hydro.

Una solución para una agricultura sostenible y creadora de empleo

Las aguas subterráneas no solo permitirían abastecer de agua potable a la población, sobre todo en las zonas rurales, y satisfacer sus crecientes necesidades, también harían posible promover la agricultura sostenible (aumento de las zonas de regadío, mayor productividad y rendimiento, diversificación de los cultivos) y desarrollar un sector industrial en torno a la captación de estas aguas, desarrollar la acuicultura, la industria textil y crear puestos de trabajo.

Dentro de pocos meses, en diciembre de 2022, los 21.000 habitantes de los distritos de Fakouna, Karo y Lah, en la provincia de Mouhoun en Burkina Faso, tendrán acceso a un agua potable segura y controlada, extraída del subsuelo gracias a bombas eléctricas conectadas a parques solares fotovoltaicos instaladas por Vergnet. Estos tres nuevos suministros de agua potable crearán casi 150 nuevos empleos. En Burkina Faso, la empresa francesa ya emplea a 400 personas.

“Contratamos responsables de surtidores de agua, lectores de índices, responsables de centros, electromecánicos, fontaneros, cajeros, vigilantes, y recurrimos al empleo local en la mayor medida de lo posible”, especifica Lucie Kabore, responsable de operaciones de Vergnet Hydro en Uagadugú.

A sus 32 años, esta ingeniera en infraestructuras y redes hidráulicas, formada en Burkina Faso y Marruecos, coordina la actividad operativa en cinco regiones, con cinco jefes de operaciones, unos cincuenta responsables de centros y unas 350 personas que se ocupan de la instalación y mantenimiento de surtidores de agua, todos bajo su control. “Aprovechamos al máximo el empleo local, contratamos en los distritos. Sin embargo, hay dificultades para encontrar algunos perfiles. En mantenimiento, estamos buscando operarios para trabajar en las redes, lo que requiere conocimientos más amplios que la simple fontanería sanitaria, también estamos buscando técnicos en energía, electromecánicos para ocuparse de generadores o centrales fotovoltaicas”, enumera Lucie Kabore.

Asimismo, se plantea la cuestión de la estabilidad laboral. Una trabajadora que se ocupa de un surtidor de agua cobra en función de un porcentaje de los ingresos: alrededor del 10%, lo que puede no ser suficiente para mantenerse si la demanda en el surtidor no es suficiente.

La continuidad y la sostenibilidad del modelo de explotación de las aguas subterráneas también requiere atención. En Sudáfrica, el 70% de la población, es decir, unos 45 millones de personas, dependen de las aguas subterráneas. En el país, la industria minera, que necesita agua para desarrollar sus actividades, se enfrenta cada vez más a la hostilidad de las poblaciones locales.

“La mayoría de los países de África occidental y central tienen poco almacenamiento de aguas subterráneas, pero una elevada pluviometría anual y, por tanto, una recarga regular. Por el contrario, muchos países del sur de África tienen un considerable almacenamiento de aguas subterráneas, a pesar de que los niveles de recarga son muy bajos. Este almacenamiento proporciona una importante franja de amortiguación. Sin embargo, el actual bombeo de aguas subterráneas en el sur de África será a expensas de las generaciones futuras y no deben pasarse por alto los aspectos económicos, financieros y medioambientales del agotamiento del almacenamiento”, advierte Richard Connor, editor del Informe de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos en el Mundo, en la UNESCO.

Competencia entre las diferentes necesidades de agua

En la provincia del Cabo Occidental, una batalla legal opone desde 2017 a una asociación de residentes, la West Coast Environmental Protection Association (WCEPA) y a la empresa Kropz en relación con la puesta en marcha de su mina de fosfato. Aunque desestimada por el Tribunal del Agua en septiembre de 2021, la WCEPA continúa impugnando la legalidad de una licencia de uso de agua, esencial para el procesamiento del mineral y que permite a Kropz extraer agua del acuífero de Elandsfontein.

“En los lugares donde la recarga es baja, es preciso controlar actividades como la minería. La prohibición total es un poco drástica, porque los volúmenes de agua disponibles son muy vastos. Pero cuanto más agua subterránea se extrae, más bajo es el nivel freático y su bombeo requiere más energía, lo que podría convertirse en un problema para los usuarios no profesionales que no puedan permitírselo”, señala Richard Connor.

Desafíos que se intensificarán con el calentamiento global, la presión demográfica, el aumento de la urbanización. En la región de Dakar, que capta casi el 30% de sus recursos hídricos de los acuíferos, gran parte de las aguas subterráneas son explotadas para el suministro de agua potable, la agricultura y, cada vez en mayor medida, para la industria.

Estos recursos hídricos subterráneos son esenciales para Senegal, pero están amenazados porque se utilizan para diferentes fines y por su sobreexplotación. Asistimos a fenómenos de salinización, al descenso del nivel de las capas freáticas y a su contaminación con aguas residuales debido a la ausencia de infraestructuras de saneamiento”, advierte Fatimatou Sall.

This article has been translated from French by Patricia de la Cruz