“Lo hemos perdido todo”, dicen los campesinos de Punjab

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Tahir Mehmud es un agricultor de 40 años, de un pueblo del distrito de Sialkot, en la provincia de Punjab, Pakistán.

Este año estaba seguro de que iba a tener una abundante cosecha de arroz paddy. Hasta que llegaron las lluvias.

“Había plantado 50 acres de paddy (arroz con cáscara), y la cosecha prometía. La primera semana de septiembre empezó a llover fuertemente, lo cual me alegró porque la lluvia es buena para este tipo de arroz. Pero en cuestión de pocos días la lluvia se transformó en catástrofe”, explica.

El 5 de septiembre los campos de Tahir estaban completamente inundados.

Su pueblo, situado a 15 km de la frontera india, estuvo dos semanas cubierto por el agua.

“Había agua por todas partes. No tuvimos más remedio que refugiarnos en el tejado de nuestra casa. El pueblo se había convertido en un pantano.”

Tahir dice que tres miembros de una familia, entre ellos un niño, fallecieron cuando su casa colapso. Decenas de casas de este pueblo de 300 familias han resultado dañadas.

“Lo hemos perdido todo. La cosecha, el ganado, la casa. En mi vida había visto semejantes inundaciones. Esto va a ser la miseria para nosotros.”

Pero el pueblo de Tahir es sólo uno de los más de 3.100 pueblos de Punjab, la provincia más grande de Pakistán, que han quedado devastados por las inundaciones provocadas por uno de los peores monzones en décadas.

Más de 500 personas han perdido la vida en Punjab y en la región india de Cachemira, mientras que miles más se han quedado sin casa.

Según las estimaciones del Gobierno, más de 3 millones de personas (aproximadamente 2,3 millones en Pakistán) se han visto afectadas por la catástrofe en ambos países.

Las inundaciones han asolado algunas de las ciudades más industrializadas de Pakistán, entre ellas Lahore, Faisalabad y Sialkot, lo que ha provocado el cierre de numerosas pequeñas y medianas unidades industriales.

 

Los más afectados son los campesinos

El sector agrícola es el que ha resultado peor parado. La Autoridad Nacional de Gestión de Desastres (ANGD) de Pakistán calcula que, únicamente en la provincia de Punjab, los daños rondan los 2,4 millones de acres de plantaciones de arroz, algodón y caña de azúcar.

Los cítricos y los mangos, que proporcionan a Pakistán una considerable fuente de divisas y que crean decenas de miles de puestos de trabajo estacional para los que recogen y empaquetan la fruta, también se han visto afectados.

“Más de 2.000 cabezas de ganado han perecido en las inundaciones de Punjab, mientras que grandes cantidades de ganado han resultado perjudicadas debido a la falta de forraje durante varios días – en algunos casos durante dos semanas”, dice Ahmed Kamal, portavoz de la ANGD.

“Las pérdidas para la agricultura han sido enormes. Miles de personas han perdido sus medios de vida. Pasarán años hasta que logren recuperar lo que han perdido.”

Kamal dice que el Gobierno ha anunciado planes de proporcionar, a lo largo de las próximas dos semanas, 25.000 rupias (250 USD) a cada uno de los hogares afectados por las inundaciones.

“La operación de rescate ya casi se ha terminado. Ahora nos estamos centrando en las tareas de rehabilitación”. Un ejemplo ha sido la vacunación de más de 19 millones de cabezas de ganado para evitar que mueran de enfermedades.

Pero los organismos de los campesinos dicen que la situación sobre el terreno es mucho peor de lo que indican las estadísticas oficiales.

“Por lo menos 3,7 millones de acres de cultivos han resultado afectadas por las inundaciones”, declaró a Equal Times Khalid Mehmud Khokhar, Presidente del Pakistan Kisan Ittehad (sindicato de agricultores).

Dice que 3,5 millones de acres de cultivos han sufrido dañados en diversos grados y que se han perdido cantidades significativas de ganado, lo que asciende a unas pérdidas financieras de 100.000 millones de rupias (1.000 millones USD) en lo que respecta a los cultivos.

“El 70% de los campesinos de Pakistán son pequeños agricultores propietarios de menos de cinco acres, y por lo general ni tienen ahorros para cultivar su próxima cosecha. Me temo que muchos de ellos no van a poder cultivar su próxima cosecha a menos que el Gobierno les ayude a tiempo.”

La última vez que Pakistán se vio afectado por unas inundaciones tan graves fue en 2010.

El Banco Mundial y el Banco Asiático de Desarrollo estimaron que las pérdidas para la economía paquistaní en 2010 ascendían a 9.700 millones USD, lo que redujo el crecimiento del PIB del país en un 2,6%, frente al objetivo fijado del 4,5%.

La Comisión de Derechos Humanos de Pakistán estimó que 5,3 millones de empleos se perdieron o resultaron afectados como consecuencia de las inundaciones de 2010.

Pero las repercusiones de las inundaciones de este mes podrían ser peores, puesto que los distritos industriales de Punjab han resultado gravemente perjudicados.

La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU y los gobiernos provinciales de las zonas afectadas están llevando a cabo una Evaluación Multisectorial Inicial Rápida.

La próxima semana debería publicarse un informe preliminar. Y los funcionarios se están preparando para recibir malas noticias.

“Me temo que los daños para la economía podrían superar en esta ocasión los 10.000 millones USD”, ha expresado un alto funcionario del Ministerio Federal de Seguridad Alimentaria.