Los sindicatos de República Dominicana quieren que se reconozca la conciliación entre la vida laboral y la personal

Los sindicatos de República Dominicana quieren que se reconozca la conciliación entre la vida laboral y la personal

Balancing the responsibilities of work and family life is on the list of trade union proposals put forward for consideration in the reform of the Dominican Labour Code. Although women shoulder most of the family responsibilities in the Caribbean country – as is the case in much of the world – trade unions are also pressing for men to benefit from a better work-life balance.

(Pedro Bazil)

Los sindicatos de trabajadores dominicanos quieren que en su país haya una conciliación entre la vida laboral y la familiar. Esa armonización es una de las propuestas que han llevado a la discusión –en curso– sobre la reforma del Código de Trabajo, un texto legal vigente desde hace 30 años.

Más tiempo de licencia de maternidad y paternidad, y que se prohíba al empleador poner término al contrato de trabajo de un empleado por razón de las responsabilidades familiares de éste, o que por estas mismas razones le discrimine o coaccione directa o indirectamente para que ponga término a su contrato; son algunas de las propuestas que los sindicatos han llevado a la mesa de las negociaciones en el diálogo tripartito que incluye también al gobierno y los empresarios.

Pero estos últimos ven el panorama complejo para aplicar las propuestas, pues consideran que al final terminarían siendo unas licencias que aumentarían los costos laborales, cuando los patronos aspiran a disminuirlos en una masa laboral que supera los 4 millones de personas –estando la mitad de estos en el segmento informal–, en un país cuya población ronda los 11 millones de habitantes.

Sin embargo, es probable que Verónica aún siguiera con empleo si el Código de Trabajo dominicano ya reconociera –como han propuesto los sindicatos– que son trabajadores con responsabilidades familiares quienes tienen bajo su dependencia y cuidado a hijos menores de edad, adultos mayores que no pueden valerse por sí mismos y personas con alguna diversidad funcional o discapacidad, o una enfermedad que requiere de cuidados especiales.

Esta madre, que prefirió usar un seudónimo para preservar su identidad, renunció a su empleo en febrero pasado cuando no pudo lograr que su empleador aceptara su propuesta de trabajar dos mañanas a la semana desde su hogar, en modalidad de teletrabajo, y el resto en presencial. La finalidad de la solicitud era poder cuidar en esas horas en su casa a sus dos hijas de 10 y seis años, y a su madre de 75 afectada por un accidente cerebrovascular.

“Me dijeron que la compañía no tiene esa metodología de trabajo y que no podía ser posible”, recuerda Verónica con pesar. “Me costó mucho”, reconoce al hablar de su decisión de renunciar. “Ella [mi madre] es quien me cuidaba a las niñas, entonces, ya en la condición que quedó, necesitaba a una persona que atendiera tanto a las niñas como también a mi mamá”.

Pagarle 12.000 pesos (unos 214 dólares; 191 euros) a una persona para que la asistiera con el cuidado de su madre e hijas, más proveerle alimento, es un gasto que la familia no podía sufragar. De hecho, es más de la mitad del salario que percibía Verónica.

Equilibrio entre trabajo y vida personal: una cuestión de valores y de quién sufraga qué

Adoptar las reformas necesarias para armonizar las responsabilidades de la vida laboral con la familiar del trabajador está en la lista de las propuestas que en febrero de 2022 presentaron la Confederación Autónoma de Sindicatos Clasistas (CASC), la Confederación Nacional de Trabajadores Dominicanos (CNTD) y la Confederación Nacional de Unidad Sindical (CNUS), para ser tomadas en cuenta en la reforma del Código de Trabajo dominicano.

Pero no es la primera vez que se presenta la propuesta. Ya el Comité Intersindical de la Mujer Trabajadora (Cimtra), que incluye a representantes de los tres sindicatos citados, lo asentaron en un documento con reivindicaciones de cara al cambio de gobierno para el periodo 2020-2024.

En el documento demandan incorporar cláusulas en la negociación colectiva para un tratamiento equitativo de género y de los trabajadores con responsabilidades familiares, basado en los Convenios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que comprenden igualdad de remuneración, la no discriminación en el empleo y la ocupación, y trabajadores con responsabilidades familiares, entre otros.

En 2014, también lo habían planteado en las propuestas presentadas por una mesa multisectorial conformada por los equipos de las centrales sindicales agrupadas en el Cimtra, la Asociación de Trabajadoras de Hogar, el Foro Feminista, el Ministerio de la Mujer y el Centro de Estudios de Género del Instituto Tecnológico de Santo Domingo.

La propuesta también incluía que en el Código de Trabajo se contemple que los empleadores y organizaciones de trabajadores establezcan acciones afirmativas dirigidas a crear condiciones de trabajo que propicien la conciliación del cumplimiento de las responsabilidades profesionales o laborales de los trabajadores con la observancia de sus responsabilidades familiares.

En paralelo, en octubre de 2021, y en respuesta a una continuada movilización sindical y feminista del país, la Cámara de Diputados aprobó el Convenio 156 de la OIT sobre los trabajadores con responsabilidades familiares –si bien aún está pendiente su ratificación–, lo que puede considerarse como un avance en la agenda de la conciliación.

Los sindicatos procuran, además, que, en la República Dominicana, así como en 2017 se elevó de 12 a 14 las semanas de licencia de maternidad, se incrementen ahora a 18, siendo este el tiempo mínimo que sugiere la Recomendación 191 de la OIT. También, que se suba de dos a un mínimo de 15 días la de paternidad. Además, que las parejas que adoptan niños disfruten de estos mismos derechos de licencia parental.

“La licencia parental, la licencia para cuidados de larga duración y otras licencias para cuidados especiales son esenciales para ayudar a las cuidadoras y cuidadores, especialmente en tiempos de covid-19”, dice la OIT en el reciente informe titulado Los cuidados en el trabajo. Sin embargo, observa que, a menos que estén bien diseñadas y sean ampliamente accesibles, siguen siendo soluciones marginales para los cuidados.

La OIT observa que, con el envejecimiento de las sociedades, “la licencia retribuida para cuidados de larga duración puede desempeñar un papel fundamental para subvenir a las nuevas y crecientes necesidades de cuidados”.

Pero, destaca que solo 55 países contemplan en su normativa el derecho a licencia para cuidados de larga duración (lo que beneficiaría únicamente a dos de cada 10 adultos en todo el mundo). Y “esta licencia solo se paga en 34 países; cuando ese es el caso, la financia la protección social, pero los trabajadores autónomos siguen en gran medida excluidos de este derecho”, añade el informe.

“El empleador o empleadora debe reconocer que el trabajador y la trabajadora tienen responsabilidades familiares, independientemente de la labor remunerada que realicen, cual sea, y que necesita los permisos para atender a la familia en determinadas circunstancias”, enfatiza Eulogia Familia, encargada de política de género y vicepresidenta de la Confederación Nacional de Unidad Sindical.

Pero Familia no ha visto una receptividad de esa propuesta en el sector privado dominicano que participa en las discusiones de reforma del Código de Trabajo, las que llevan abiertas más de una década.

Circe Almánzar, vicepresidenta ejecutiva de la Asociación de Industrias de la República Dominicana (AIRD) y de los representantes del sector patronal en el diálogo tripartito, considera que aumentar la licencia de maternidad a 14 semanas ha afectado el fondo para cubrir dicho subsidio, pues debe cubrir más tiempo y es una decisión que no se puede tomar sin cálculos financieros.

“Primero está la parte financiera: ¿quién cubre esa maternidad? Ahora mismo tienes un subsidio que te cubre la seguridad social, que no estaba dentro de los cálculos para cubrir en el fondo de atención de la salud, por lo tanto, tendría que hacerse un nuevo pacto para ver cómo se pagaría eso”, analiza.

Solo en 2021, se destinaron 3.167,6 millones de pesos (unos 56,5 millones de dólares; 50 millones de euros) para el subsidio por maternidad de 27.713 trabajadoras afiliadas al Seguro Familiar de Salud del Sistema Dominicano de Seguridad Social, según reporta la Superintendencia de Salud y Riesgos Laborales (Sisalril).

Este subsidio cubre un reembolso que hace la Sisalril al empleador, equivalente a tres meses de salario cotizable, durante el período de descanso pre y posnatal.

Sobre la licencia de paternidad, Almánzar indica que hay un componente sociológico que analizar. Comenta que entre los beneficiados podrían estar tanto padres responsables, que colaborarán con la madre que acaba de parir, como otros que no lo harán por tener una actitud irresponsable hacia sus obligaciones familiares.

Por otra parte, “dependiendo del trabajo, la vida laboral y la vida familiar va a ser cada vez más unida. Ahora, ¿cómo tú vas a regular eso? Eso es parte de la dinámica”, reflexiona Almánzar.

Las normas internacionales del trabajo de la OIT sobre seguridad social piden que la responsabilidad general y principal de la prestación de servicios de cuidados de larga duración recaiga sobre el Estado, indica la organización. “En todo el mundo, solo 89 de 179 países prevén en su normativa servicios públicos de cuidados de larga duración para las personas mayores”, agrega.

“Tenemos que ir adecuando nuestra producción, no solamente a la tecnología, tenemos que adecuarla a los valores y los derechos humanos”, insiste la sindicalista Eulogia Familia.

Y reconoce que el Sistema Dominicano de Seguridad Social debe adecuarse para asumir los pagos de las licencias y permiso del personal que requiere dedicarse a la atención de cuidado.

A sus 41 años, Verónica, licenciada en Contabilidad, solo había dejado de trabajar un año, cuando la suspendieron de su trabajo por la pandemia de la covid-19. Esta es la primera vez que se queda sin empleo por decisión propia. Mientras, trata de ayudar a su esposo con los ingresos del hogar vendiendo ropa a través de las redes sociales.

“Hay muchas personas que están pasando por la misma situación y quizás peor, porque hay incluso madres –y hasta solteras– que tienen que dejar a sus hijos solos, que no tienen ni siquiera con qué pagarle a una persona, porque tienen que salir a trabajar. Realmente es muy difícil”, concluye.

This article has been translated from Spanish.

Este artículo ha contado con el apoyo financiero del sindicato ACV-CSC (Bélgica) y de la Dirección General de la Cooperación belga al Desarrollo.