La huelga en Indonesia: marcada por la violencia

 

Se calcula que dos millones de trabajadores y trabajadoras indonesios se embarcaron el jueves en una huelga de dos días para exigir un salario mínimo justo, protección contra la contratación de trabajadores mediante subcontratas y una cobertura sanitaria universal.

Sin embargo, las protestas pacíficas fueron respondidas con violencia por parte de matones a sueldo que atacaron a los trabajadores/as con barras de hierro, navajas y machetes.

Los trabajadores en las poblaciones de Bekasi y Karawang fueron atacados por miembros de una organización paramilitar juvenil, al parecer contratada por los gerentes de las fábricas que querían castigar a los huelguistas.

Según Prihanani Boenadi, vicepresidente del departamento internacional de la Federación de Sindicatos de los Trabajadores Metalúrgicos Indonesios (FSPMI) y la Confederación de Sindicatos de Trabajadores Indonesios (KPSI-CITU), 17 trabajadores resultaron gravemente heridos al ser apuñalados en la cabeza, espalda, piernas, cintura y el área abdominal.

Said Iqbal, presidente de la FSPMI y la KSPI, ha exigido la dimisión del jefe de policía de Bekasi, Kombes Isnaini, por no haber hecho nada para evitar la violencia.

Los trabajadores/as están solicitando al gobierno que aumente el salario mínimo nacional en aproximadamente el 50% y que fije el salario mínimo regional en Yakarta en 3,7 millones de rupias (unos 330 US$).

El año pasado, los trabajadores/as consiguieron un aumento salarial del 44% como consecuencia de varias acciones similares que llevaron a cabo en todo el país.

Sin embargo, este año, más indonesios que nunca tienen problemas para llegar a fin de mes, debido al espectacular aumento del coste de la vida por el fin de las subvenciones gubernamentales al combustible.

"Los trabajadores y trabajadoras indonesios están presentando demandas sencillas que las personas trabajadoras de todo el mundo reconocen como justas y necesarias”, declaró a principios de la semana pasada Sharan Burrow, la secretaria general de la CSI, en un comunicado de prensa.

“Los trabajadores indonesios merecen una porción justa del pastel económico, como en cualquier otro lugar del mundo, y nosotros apoyamos incondicionalmente su lucha por la dignidad en el trabajo y por una economía que funcione para todos y todas".

Indonesia cuenta con una de las economías de mayor crecimiento de la región de Asia y el Pacífico.

Sin embargo, los indonesios que trabajan en las fábricas perciben algunos de los salarios más bajos de la región debido a la lacra de la subcontratación.

A pesar de las duras condiciones laborales a las que se tienen que enfrentar todos los trabajadores/as, las otras dos federaciones sindicales de Indonesia, la KSPSI y la KSBSI, no se sumaron a la huelga a nivel nacional.

Sin embargo, la KPSI declaró que había recibido un amplio apoyo de dichos sindicatos a nivel provincial y municipal, así como el apoyo público de otros interlocutores de la sociedad civil.

El viernes, 100.000 trabajadores y trabajadoras del polígono industrial de Pulo Gadung en Yakarta se manifestaron hasta llegar al ayuntamiento de la capital indonesia, donde el consejo salarial de la ciudad se ha reunido para fijar el salario mínimo regional para 2014.

Posteriormente, celebraron una acción masiva enfrente del palacio presidencial.