El Gobierno de Zimbabwe intenta revertir los logros laborales

 

El Gobierno de Zimbabwe ha anunciado planes para emprender una revisión de la legislación laboral del país, que podría suponer la reintroducción de leyes opresivas de la era colonial.

El Ministro de Finanzas, Patrick Chinamasa, efectuó las propuestas durante la introducción del presupuesto ante el Parlamento, el 17 de diciembre de 2013, indicando que se necesita flexibilidad en el mercado de trabajo y vincular los salarios a la productividad.

Chinamasa aduce que la legislación laboral del país se inclina a favor de los trabajadores. Afirma que este hecho es en gran parte responsable de los malos resultados obtenidos por las compañías en Zimbabwe, donde cerca de 1.000 empresas se han visto obligadas a cerrar tan solo en los últimos tres años.

El analista económico basado en Harare, John Robertson, se hizo eco de las opiniones de Chinamasa, al afirmar que los empleadores se veían obligados a mantener a trabajadores que ya no necesitaban debido a la estricta legislación laboral que exige a las empresas compensar adecuadamente a los trabajadores en caso de reducción de plantilla.

“Las leyes laborales están afectando al Gobierno tanto como al sector privado”, indicó Robertson.

“El Gobierno tiene que reducir plantilla, pero no puede hacerlo porque no tiene dinero. Muchos trabajadores conservan sus puestos de trabajo no porque sean necesarios, sino simplemente porque están protegidos por la ley”.

 

“Retrógradas”

Pero los sindicatos de Zimbabwe se resisten a las medidas, afirmando que equivaldría a volver a la era colonial del país, cuando se imponía el trabajo forzoso a los trabajadores negros en un sistema conocido como chibharo.

El Secretario General en funciones de la central sindical Zimbabwe Congress of Trade Unions (ZCTU), Gideon Shoko, en una carta dirigida al Ministro de Servicios Públicos, Trabajo y Bienestar Social del país, Nicholas Goche, fechada el 9 de enero de 2014, reprochó a Chinamasa por sus consideraciones “retrógradas”.

Criticó además al Ministro de Finanzas por no haber entendido cómo funciona el sistema y el mercado de trabajo del país.

Shoko indicó que la flexibilidad del mercado de trabajo no era una opción, puesto que no guarda conformidad con el Convenio No. 158 de la OIT sobre la terminación de la relación de trabajo, 1982.

“¿Debería además recordarles que el Programa de Trabajo Decente de la OIT, adoptado por Zimbabwe en el marco del Programa de Trabajo Decente por país para Zimbabwe establece, entre otras, la obligación de la protección del empleo?

“Además – continúa la carta – nuestra Constitución consagra el derecho de unas normas y prácticas laborales justas y seguras, y que el trabajo se remunere mediante salarios justos y razonables. La flexibilidad del mercado de trabajo no es una norma justa, puesto que conduciría a los empleados de vuelta a la Ley sobre Amos y Sirvientes de 1901, que nuestros liberadores, tanto vivos como desaparecidos, lucharon por eliminar”.

El líder de ZCTU afirmó que Chinamasa estaba traicionando al mismo Gobierno de Zanu-PF que, tras obtener la independencia en 1980, intervino para corregir las desigualdades en el poder de negociación que prevalecieron durante la era colonial en Zimbabwe.

“Pensamos que el Sr. Ministro ha olvidado la historia de relaciones laborales en la era colonial y cómo el Gobierno de Zanu-PF intervino para eliminar el desequilibrio en cuanto al poder de negociación en el país y proteger a los empleados vulnerables a través de la Ley de Salario Mínimo de 1981, la Ley de Empleo de 1980, la Ley de Relaciones Laborales de 1985, además de la destrucción de la legislación progresista por los Programas Económicos de Ajuste Estructural (ESAP) de 1991, que tenían el mismo concepto de flexibilidad del mercado de trabajo promovido por las Instituciones de Breton Woods”, indicaba Shoko.

Shoko advirtió de inminentes protestas laborales en caso de que el Gobierno siga adelante con las propuestas.

“En Europa han estallado las protestas luego de que los Gobiernos mal aconsejados, sucumbiendo a los dictados de los poderes financieros mundiales, adoptaron la flexibilidad del mercado de trabajo, no protegieron a sus ciudadanos y ahora recurren a medidas de austeridad. Grecia, España, Nueva York, el Reino Unido e Italia se vieron envueltos en protestas. ¿Es esta la vía que Zanu-PF pretende seguir?”

 

El camino equivocado

Prosper Chitambara, economista principal del Instituto de Estudios Económicos y Laborales de Zimbabwe (Labour and Economic Research Institute of Zimbabwe – LEDRIZ), comentó que el Gobierno estaba “tomando el camino equivocado” puesto que las leyes laborales no eran la causa de la baja productividad en Zimbabwe.

En octubre pasado, el Banco Mundial designó a Zimbabwe como uno de los peores países donde hacer negocios y Chitambara piensa que esto apunta a la causa real del estancamiento económico en el país.

“El Gobierno necesita hacer frente a estas distorsiones estructurales y examinar la cuestión de la competitividad”, indicó a Equal Times.

“La rigidez estructural ocasiona un incremento del coste de hacer negocios en el país y una pérdida de competitividad. Según el Banco Mundial, el coste de hacer negocios en Zimbabwe ha venido aumentando en el último año”.

Chitambara exhorta al Gobierno a abordar el elevado nivel de endeudamiento y de pagos externos pendientes del país.

Es esto, afirma, lo que ha creado incertidumbre económica que, a su vez, ha reducido la solvencia crediticia del país, con el consiguiente aumento del desempleo.

Indica que la flexibilidad del mercado de trabajo no haría sino empeorar la situación de los trabajadores, al fomentar la informalización del trabajo e incrementar el déficit de trabajo decente.

Chitambara señaló que el colapso de la mayoría de empresas en los últimos meses no se ha debido a las leyes laborales del país, sino a una mala gestión empresarial.