Gaza: Hospitales inseguros y escasez de medicamentos

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Al iniciarse la segunda semana de ataques aéreos por parte de la aviación israelí, los hospitales de la banda de Gaza se están quedando sin combustible y sin electricidad, se han visto forzados a depender de las donaciones locales para mantenerse a flote y muchos podrían tener que suspender algunos servicios de emergencia en los próximos días.

Desde hace varios días, la mayor parte de Gaza ha venido sufriendo cortes de luz de hasta ocho horas diarias – incluyendo las unidades de cuidados intensivos.

Aunque los hospitales disponen de generadores, uno de ellos ha utilizado ya la tercera parte de sus reservas en una sola noche, tras un bombardeo de la red local.

La Operación Margen Protector de Israel, que se inició el 8 de julio de 2014, ha tenido un impacto devastador sobre el hospital Al-Shifa, el principal centro hospitalario público de Gaza, con 720 camas.

“Carecemos de lo más esencial”, afirma su director administrativo, el Dr. Subhi Sheikh, de 58 años, quien le comentó a Equal Times que la población local está aportando donativos de su propio bolsillo para que los hospitales puedan adquirir suministros médicos esenciales.

“Dos semanas antes de la guerra ya empezamos a constatar la escasez de medicamentos en el mercado”, indica Basman Alashi, de 57 años de edad, director del centro ortopédico de rehabilitación Al-Wafa, también en Gaza.

Los administradores no cuentan con el dinero necesario para adquirir suministros médicos ni tienen acceso a los medicamentos que necesitan desesperadamente.

Los bancos llevan cerrados varios días y, debido la escasez de efectivo sumada a la falta de importaciones derivadas del bloqueo impuesto por Israel desde 2006, no hay suficientes reservas en las farmacias de la región para poder adquirir nuevas existencias.

“Tenemos suficientes medicamentos para dos semanas más. Luego tendremos que recurrir a la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina (UNRWA) o a la Organización Mundial de la Salud para obtener suministros”, indicó Alashi, añadiendo que el hospital necesita 127 medicamentos que por el momento está prohibido importar.

Incapaz de tratar a los pacientes que no requiriesen cuidados indispensables, el hospital Al-Wafa tomó recientemente la difícil decisión de evacuar a todos aquellos pacientes que no estuviesen en situación crítica.

“Teníamos un total de 30 pacientes, pero al estallar el conflicto evaluamos la situación de cada uno de ellos y formamos a los familiares de aquellos que pudieran recibir tratamiento en su domicilio”, prosigue Alashi.

Quedan ahora en Al-Wafa únicamente 14 pacientes.

El hospital resultó además dañado por un misil que impactó en el cuarto piso del edificio el pasado viernes.

Cuatro ‘proyectiles de advertencia’, el sistema empleado por Israel recurriendo a la artillería ligera para advertir a los civiles que deben evacuar una zona, destrozaron parte de un muro.

Pocas horas más tarde todo el recinto saltó en pedazos. Afortunadamente todos los pacientes habían sido trasladados al primer piso.

 

Crisis económica subyacente

Sin embargo, la crisis médica de Gaza empezó dos meses antes de que se lanzase la Operación Margen Protector, que ha matado ya a más de 182 palestinos – 80 por ciento de los cuales eran civiles, según Naciones Unidas – y destruido más de 10.000 hogares en la última semana.

La sanidad estaba al borde del colapso después de que se formara el Gobierno de unidad, el 2 de junio de 2014, entre el partido Al Fatah, mayoritario en Cisjordania y el movimiento Hamas implantado en Gaza.

Los problemas económicos más recientes empezaron cuando el nuevo Gobierno suspendió hace unos dos meses las aportaciones a miles de palestinos, que recibían a través de Hamas.

Mientras tanto, los empleados de la Autoridad Palestina en Gaza continuaron cobrando sus salarios, algunos de ellos pese a que su trabajo estaba suspendido.

El hecho de que la mitad del sector público recibiera su salario y la otra mitad no, según Alashi condujo a una intensificación de las tensiones, llegando en ocasiones a enfrentamientos físicos entre las dos franjas.

Según el Dr. Sheikh, los recientes ataques aéreos de Israel no han hecho sino empeorar una situación ya de por sí difícil. Afirma que todo, tanto desde el punto de vista “social, económico o de sanidad” estaba ya al límite – “y esto ocurría en una situación ‘normal’. Ahora estamos en guerra”.

En 2000, mucho antes de que se produjese la escisión entre el Gobierno de Gaza y el territorio de Cisjordania, gobernado actualmente por Al Fatah, apenas el 10 por ciento de la población necesitaba ayuda alimentaria.

En la actualidad, el 80 por ciento de los palestinos en Gaza reciben ayuda alimentaria. Tan solo el último año, los precios se incrementaron en un 300 por ciento, según un reciente informe.

Al igual que sus colegas en Al-Shifa, el Dr. Sheikh no ha cobrado salario alguno desde hace dos meses.

Sin embargo, ha estado trabajando día y noche durante las últimas semanas, incluso quedándose a dormir en el hospital. “Hacemos todo lo que podemos. No podemos renunciar, pero necesitamos ayuda”, afirmó.