Continuar la austeridad sofocará el crecimiento del empleo, advierte el L20

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Los Ministros de Trabajo y Empleo del G20 se reúnen en Melbourne, Australia, los días 10 y 11 de septiembre, un día después de haber recibido un informe sobre la difícil situación del mercado mundial del empleo.

Preparado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el Grupo del Banco Mundial y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el informe titulado Mercados laborales del G20: perspectivas, principales desafíos y respuestas políticas indica que “A pesar de algunos progresos recientes, la lentitud de la recuperación de la crisis financiera significa que muchas economías del G20 siguen enfrentando un importante déficit de empleo, que persistirá hasta al menos 2018 a menos que se intensifique el crecimiento”.

“Con más de 100 millones de personas aún desempleadas en las economías del G20 y 447 millones de ‘trabajadores pobres’ viviendo con menos de 2 USD al día en las economías emergentes del G20, el débil rendimiento del mercado laboral también amenaza la recuperación económica porque frena tanto el consumo como las inversiones”.

La reunión de ministros del G20 en Melbourne afronta por tanto una seria tarea, ya que deberán formular recomendaciones sobre política para sacar a los trabajadores y trabajadoras del punto muerto del desempleo.

Reconociendo que los trabajadores/as jóvenes y más desfavorecidos resultan afectados de manera desproporcionada, los ministros de las 19 mayores economías del mundo más la Unión Europea, prometen discutir “medidas para incrementar la participación de la fuerza laboral y crear las condiciones favorables a la empresa privada para generar oportunidades de empleo”.

Las propuestas incluyen medidas para aumentar el empleo de las mujeres y de los jóvenes y abordar el desempleo estructural.

Los medios, no obstante, probablemente serán objeto de intensos debates en Melbourne.

La Agrupación Global Unions, unificada en el seno del Grupo Laboral 20 (L20), ha advertido ya en una declaración que la prioridad principal del G20 de estimular el PIB del bloque “en más de un 2% por encima de la trayectoria marcada por las políticas actuales en los próximos cinco años” no será posible.

“Algunos Gobiernos del G20 y ciertas instituciones internacionales han venido defendiendo que se continúe con las políticas de austeridad y ‘reformas’ estructurales que reducen los salarios y la protección laboral. En el contexto actual, dichos enfoques conducirían a un estancamiento aún mayor del crecimiento económico y del empleo,” indica la declaración del L20.

 

Recomendaciones políticas

Otro estudio que pesará considerablemente para los ministros del G20 es el informe Perspectiva del Empleo 2014, publicado la semana pasada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

Una cuestión clave que revela es que “el desempleo se mantendrá muy por encima de los niveles previos a la crisis en la mayoría de los países de la OCDE” hasta finales de 2015.

La OCDE advierte además que el crecimiento económico por sí solo podría no revertir automáticamente el ‘desempleo estructural’, que la organización considera es el resultado de unos niveles persistentemente elevados de desempleo.

El informe indica que 16,3 millones de personas – más de uno de cada tres desempleados en los países de la OCDE – no tuvo trabajo durante 12 o más meses en el primer trimestre de 2014, casi el doble que en 2007.

Pero incluso aquellos que tienen trabajo han visto sus ingresos reales crecer con mayor lentitud o incluso disminuir a causa de la crisis.

La OCDE recomienda el establecimiento de salarios mínimos obligatorios “razonables”, aun cuando “únicamente tengan un efecto adverso reducido sobre el empleo”.

No obstante, aunque reconoce que la dependencia excesiva del trabajo eventual puede resultar perjudicial, varias de las recomendaciones de la OCDE han sido calificadas de “antilaborales” – como el llamamiento a relajar las “regulaciones sobre el despido de trabajadores permanentes”.

Para Roland Schneider, consejero principal en política de la Comisión Sindical Consultiva ante la OCDE (TUAC): “La OCDE ignora el hecho de que relajar las regulaciones sobre el despido de trabajadores permanente, y más en general desregular el mercado del trabajo en tiempos de crisis y un elevado desempleo, contribuiría a un incremento aún mayor del desempleo”.

El movimiento sindical pide medidas para incrementar salarios, invertir en infraestructura y reducir la desigualdad.

Apoyándose en un estudio realizado por Ozlem Onaran, de la Universidad de Greenwich, en Londres, los sindicatos afirman que los países del G20 podrían esperar un incremento de hasta un 5,84 por ciento en el crecimiento económico aumentando las rentas del trabajo en el PIB entre el 1 y el 5 por ciento durante los próximos cinco años, e invirtiendo un 1 por ciento extra del PIB en infraestructura.

Alrededor de 33 millones de puestos de trabajo podrían crearse con estas medidas, según los sindicatos, que podrían implementarse conjuntamente con unos lugares de trabajo más seguros y dando prioridad al empleo de mujeres y jóvenes.

Pero seis años después del estallido de la crisis financiera mundial, ganarse la confianza de la población sigue siendo un enorme desafío.

La Encuesta Mundial 2014 de la Confederación Sindical Internacional (CSI) reveló que el 68 por ciento de los ciudadanos en 14 países consideraba que su Gobierno ha fracasado en la lucha contra el desempleo.