Una campaña exige a los gigantes de la joyería “limpiar” el Día de San Valentín

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Una nueva campaña lanza al minorista de joyería más importante del mundo el desafío de limpiar su cadena de suministro y poner un alto a la venta de oro y diamantes sucios.

Solamente en EE.UU. se espera que las ventas de joyas alcancen los 5 mil millones de USD durante el período previo al Día de San Valentín, este sábado. Sin embargo, los activistas señalan que gran parte de las joyas vendidas estará empañada por violaciones de los derechos humanos y daños medioambientales.

IndustriALL Global Union, London Mining Network, Earthworks y LabourStart exhortan a Signet, propietaria de joyerías como Kay, Jared, H. Samuel y Ernest Jones, que exija a su proveedor principal que cambie sus métodos.

Signet obtiene sus diamantes y su oro de la empresa minera multinacional Rio Tinto, que tiene un largo historial de violaciones de derechos humanos y medioambientales.

“Nadie quiere que el símbolo de su amor esté fabricado con el oro o los diamantes que han acabado con ecosistemas o comunidades”, afirmó Payal Sampat, directora de la campaña “No al oro sucio” de Earthworks.

“Ya es hora de que el joyero más grande del mundo limpie su cadena de suministro.”

La coalición está pidiendo a Signet que siga su propia Política de compra responsable, según la cual la empresa está “comprometida con el abastecimiento responsable de nuestros productos y el respeto de los derechos humanos” y espera “lo mismo de nuestros proveedores de todo el mundo”.

En 2006, el gigante de la joyería también apoyó públicamente las Reglas de oro de la campaña “No al oro sucio” en favor de una explotación minera más responsable, sin embargo, los activistas afirman que la empresa no sigue estas reglas.

Sampat comentó a Equal Times: “Realmente no existe una manera de garantizar al consumidor que entra en una joyería que un determinado producto ha sido producido de manera responsable”.

“Existen algunos sistemas de auto-certificación de la industria, y nuestra preocupación es que no ofrecen al consumidor el tipo de información que necesita, ni un verdadero sello de aprobación independiente que garantice que el producto que están comprando no se produce poniendo en riesgo la salud y los derechos de los trabajadores”, añadió.

Tanto Signet como Rio Tinto forman parte del Consejo de Joyería Responsable (RJC, por sus siglas en inglés), sin embargo, los activistas describen al RJC como un sistema “de blanqueo ecológico respaldado por la industria”, al tiempo que citan un informe que lo señaló como no independiente ni transparente y “plagado de lagunas que permiten el paso de minerales provenientes de zonas de conflicto a través de su sistema de auditoría y rendición de cuentas”.

Las actividades mineras de Río Tinto abarcan seis continentes, muchos de ellos concentrados en Canadá y Australia.

La mitad de sus activos globales, por valor de 111 mil millones de USD en 2013, también proceden de Australia, donde cuenta con un largo historial de prácticas nefastas para la seguridad laboral, la sindicalización y las comunidades rurales.

Según los activistas, Río Tinto es una empresa conocida por violar de forma “notoria” los derechos de los trabajadores. Asimismo, su “búsqueda ciega de ganancias a cualquier costo” ha provocado conflictos con numerosos sindicatos, así como con agrupaciones medioambientales, comunales e indígenas.

El informe Unsustainable: The ugly truth about Rio Tinto (Insostenible, la horrible verdad acerca de Rio Tinto) concluyó que en 2013 había muerto un total de 40 trabajadores en explotaciones total o parcialmente propiedad de la empresa.

Veintiocho de estos trabajadores murieron en una mina de cobre y oro en Indonesia debido al derrumbe del techo de un túnel; un desastre que, de acuerdo con las conclusiones de una comisión nacional de derechos humanos, podría haberse evitado.

Esta mina en particular, Grasberg, propiedad en un 40 por ciento de Rio Tinto y la más grande a escala mundial, se cita a menudo como la más contaminante del mundo.

Situada en un parque nacional, ha sido objeto de severas críticas por contaminar los sistemas fluviales locales con residuos mineros.

Asimismo, preocupan seriamente los impactos humanos y medioambientales de las minas de cobre y oro explotadas por Rio Tinto en Mongolia y Papua Nueva Guinea, donde sus violaciones de los derechos de los pueblos indígenas y la destrucción del medio ambiente llevó al fondo de pensiones públicas del Gobierno noruego a desinvertir en la empresa.

El Secretario General de IndustriALL Global Union, Jyrki Raina, declaró: “Hasta que Rio Tinto cambie drásticamente sus métodos de trabajo, la empresa va a mancillar la reputación de sus principales socios comerciales”.

“Signet afirma que el hecho de que participe en programas de auditoría social no independientes realizados por las propias empresas es una respuesta suficiente a nuestras preocupaciones. Esta afirmación es un insulto a todos los afectados por la conducta antisocial de Rio Tinto, entre ellos los propios clientes de Signet.”

Sampat agregó: “Aun cuando el compromiso comunitario de las empresas mineras es en buena parte lo que deseamos, no es suficiente si al mismo tiempo también causan estragos en el ámbito de los derechos humanos o del medio ambiente.”

“Lo que estamos pidiendo esencialmente aquí es una fórmula para que las empresas no solamente afirmen que han construido una escuela, o han ayudado a financiar un hospital, sino que al mismo tiempo respeten realmente la voluntad de las comunidades en las que trabajan y los derechos de los trabajadores que generan sus actividades.”

La oficina de prensa de Signet no respondió a nuestras solicitudes de entrevista.