La caída de los precios de la leche lleva al borde del precipicio a los ganaderos británicos

La caída de los precios de la leche lleva al borde del precipicio a los ganaderos británicos

Dairy farmers across the UK have been protesting against the low prices they are paid to supply milk to British supermarkets.

(Gary Lee/NurPhoto via AFP)
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El domingo pasado transcurría como un día cualquiera en el supermercado Asda de Stafford (Reino Unido), hasta que los clientes vieron dos vacas caminando por los pasillos.

Los animales, pastoreados por ganaderos locales, entraron en la tienda y se dirigieron directamente a la sección de lácteos. Uno de ellos gritó ante los clientes: “¡Una pinta de leche no puede ser más barata que una de agua!”, antes de comprar toda la leche disponible y distribuirla gratis fuera del establecimiento.

Ganaderos de todo el Reino Unido tomaron varios supermercados durante esta jornada de protestas contra el precio históricamente bajo al que se ven obligados a vender su leche a las principales cadenas de supermercados del país.

Los ganaderos filmaron las protestas con sus teléfonos y fueron publicando las noticias a través de Twitter y Facebook. La etiqueta #milktrolleychallenge se hizo viral en las redes sociales.

El sindicato de ganaderos National Farmers’ Union (NFU) acusa a los supermercados de iniciar una “guerra de precios que está acabando con la industria de los productos lácteos en el Reino Unido”.

En junio de 2014, los supermercados pagaban a los ganaderos proveedores de productos lácteos 31,66 peniques el litro (0,48 USD). Un año más tarde, el precio se desplomó a 23,66 peniques (0,36 USD), según datos de la organización defensora de los ganaderos, Agriculture and Horticulture Development Board (AHDB).

“El coste medio de producción ronda los 0,30 peniques el litro”, explica a Equal Times Rosie Maltby, asesora de la NFU sobre productos lácteos. “Pero hay ganaderos que están recibiendo unos 0,15 peniques por litro de leche, es decir, que la mayoría de los ganaderos británicos está perdiendo dinero por cada litro de leche que producen”.

Un 85% de la leche británica se procesa y consume en el Reino Unido. Los productos se venden al público a través de las tiendas. Por lo tanto, afirma Saltby, los supermercados tienen una enorme responsabilidad hacia los ganaderos británicos. “Se trata de productos adquiridos al por menor. El papel de los minoristas es crucial en la cadena de suministro de los lácteos”.

A pesar de las protestas, algunas cadenas de supermercados están intentando convencer a sus clientes de que pagan a los ganaderos un precio justo.

Sainsbury, la segunda mayor cadena de supermercados del Reino Unido, afirmó en una declaración: “Nuestra leche tiene un precio competitivo para nuestros clientes y, al mismo tiempo, pagamos a nuestros abnegados ganaderos un precio equitativo que les protege contra la volatilidad de los mercados”.

Un portavoz del Departamento de Comunicaciones de Asda subrayó el compromiso de la compañía de desarrollar “una relación abierta y transparente con los propietarios de las granjas lácteas” y, el 14 de agosto, anunció que pagaría a los ganaderos 0,28 GBP (0,44 USD) el litro de toda la leche líquida vendida en sus tiendas.

Por su parte, Morrisons –la cuarta cadena de supermercados del Reino Unido– declaró que vendería una “leche de primera” a 0,23 GBP (0,36 USD) por encima del precio de la botella estándar de 2 litros y medio, que cuesta apenas 0,89 GBP (1,39 USD).

 

Un futuro sombrío

Las cadenas de supermercados suelen pagar a sus proveedores en función del coste de producción, para intentar proteger a los ganaderos de la volatilidad del mercado. Por ejemplo, Sainsbury explicó a Equal Times que, cada trimestre, vuelve a calcular los costes de producción para ajustarlos a las cambiantes condiciones del mercado.

Pero los ganaderos británicos consideran este sistema inexacto y poco sostenible.
Rachel Parker pertenece a una familia de ganaderos lácteos de Lancashire. “Desde hace varios años vienen recortando una y otra vez el precio por litro que pagan a los ganaderos”, dijo a Equal Times. “Sin embargo, los costos de producción —de forraje, alojamiento, sanitarios, salarios del personal, etc. — se mantienen igual. Es decir, que muchos tienen pérdidas cada día”.

A lo largo de los años, la caída de los precios ha tenido enormes repercusiones para las empresas. Según las estadísticas publicadas por la guía de la organización del sector lácteo AHDB’s Dairy Statistics Insider’s Guide, el número de granjas productoras de lácteos en el Reino Unido se ha desplomado desde 35.000 en 1995 a apenas 13.200 en 2014.

Y el futuro no parece muy prometedor, en opinión de Parker.

“Los ganaderos y sus familias están atravesando presiones económicas fortísimas. Están liquidando sus negocios. Han desaparecido granjas de producción lechera que durante generaciones habían sido hogar de muchas familias”.

El cierre de las granjas será sólo la punta del iceberg, si no se toman medidas urgentes para mejorar las condiciones de esta industria.

“Si los ganaderos se ven obligados a retirarse del sector, se empezará importar leche barata de otros países. Esto implicará menor calidad, falta de trazabilidad o de garantías sanitarias del animal”.

 

La economía de la leche, la geopolítica de los lácteos

La crisis general de la industria láctea británica está vinculada con la situación económica y geopolítica mundiales. “La situación se ha exacerbado más aún debido a las presiones adicionales sobre los mercados mundiales”, afirma Maltby.

Las recientes sanciones impuestas por la UE a Rusia y la disminución de la demanda de leche en China están privando a los ganaderos británicos de los mercados extranjeros en los que solían vender su superávit. Por lo tanto, la industria está produciendo más leche de la que puede absorber el mercado.

La crisis actual del sector lácteo no es, ni mucho menos, un fenómeno exclusivamente británico. En toda Europa, los ganaderos están protestando contra el incesante descenso de sus ingresos. Desde hace años, los ganaderos europeos vienen reclamando a la UE que aborde el problema y han convocado repetidas protestas en Berlín, París y en Bruselas, ante el Parlamento Europeo.

Volviendo al Reino Unido, el sindicato NFU continúa negociando con las cadenas de supermercados. Morrisons ha saltado a primera plana por su plan de lanzar este otoño ’una marca de leche ’pro-granjero’. Por cada cartón que venda, 0,10 GBP (0,16 USD) irán directamente a parar al productor.

Pero muchos critican la superficialidad de esta medida y, en las próximas semanas y meses, están previstas nuevas movilizaciones. La batalla de David contra Goliat que libran los ganaderos contra los supermercados británicos está lejos de finalizar.