¿La migración africana ofrece más oportunidades que desafíos?

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Mientras la atención de gran parte del mundo continúa centrada en la crisis de los refugiados y de la migración que hoy afecta a Europa, un nuevo informe destaca algunas de las soluciones que ofrece África a sus propios problemas con la gestión eficiente de la migración internacional.

El informe International Migration in Africa: Framing the Issues (Enmarcar los problemas de la migración internacional en África), publicado por la Comisión Económica para África de las Naciones Unidas (UNECA), sostiene que aunque se ha prestado gran atención a la migración irregular desde África a Europa, en la práctica, la migración intrafricana domina el flujo de migrantes africanos.

“El 80% de los africanos que emigra lo hace dentro del continente. Sólo entre el 15% y el 20% toma la ruta hacia Europa”, dice el informe, que también revela que en África hay 18.6 millones de migrantes (tres millones de ellos no africanos).

Incluso dentro de África predominan los movimientos dentro de una misma subregión. Por otra parte, la migración laboral, hasta ahora reservada exclusivamente a los hombres, se está feminizando cada vez más.

Se estima que alrededor del 3% de la población mundial vive fuera de su país de origen. Las mujeres suponen en la actualidad casi la mitad (49%) de la población migrante internacional.

“Esto se debe a que más mujeres reciben hoy educación y están encontrando oportunidades laborales fuera del continente. Muchas mujeres que trabajan como enfermeras, en el servicio doméstico o como cuidadoras están buscando empleo en occidente, sobre todo en Europa, donde, además de mejores condiciones laborales, hay también una demanda de sus servicios”, explica a Equal Times Takyiwaa Manuh, Director de la División de Política de Desarrollo Social de UNECA.

Según el informe, el fenómeno de la “fuga de cerebros” ha tenido graves repercusiones para el desarrollo de África, ya que más de la mitad de todos los migrantes de África con un alto nivel de estudios vive en la actualidad en Estados Unidos, Alemania, Gran Bretaña, Francia, Canadá, Australia y España.

En muchos países africanos, en concreto en los más pequeños como Lesoto, Malawi, Mozambique y Namibia, los trabajadores más cualificados emigran a un ritmo 20 veces superior al de la población general.

Pero, a pesar de algunos de estos problemas, el Comisario de Asuntos Sociales de la Unión Africana, Mustapha Sidiki Kaloko, señaló a Equal Times que la migración ofrece más oportunidades que desafíos.

“La migración podría reducir el desempleo juvenil contribuyendo al desarrollo económico a través de las remesas y la importación de competencias, conocimientos y tecnología, tanto al país de origen como al de destino”.

Durante la reunión ministerial que inauguró la Semana del Desarrollo Africano, celebrada entre el 31 de marzo y el 5 de abril de 2016 en Addis Abeba, los gobiernos africanos acordaron la rápida ejecución de varios programas de empoderamiento social y económico para mejorar las políticas migratorias y frenar la migración irregular, sobre todo entre la juventud del continente.

Los ministros acordaron invertir en investigación y compilación de datos sobre las migraciones Sur-Sur y continuar diseñando nuevas políticas educativas que tomen en consideración los obstáculos que rodean la emigración altamente cualificada.

Los ministros se comprometieron, además, a promover la coherencia entre las políticas laborales panafricanas y a implementar los marcos de desarrollo mundial (Agenda 2030) y regional (Agenda 2063), que reconocen el papel crítico de la migración para el desarrollo sostenible.

“Es necesario promover el movimiento intrafricano de mano de obra, que ofrecerá una solución duradera a la crisis migratoria que afecta al continente”, afirmaron los ministros en una declaración conjunta.

Los ministros acordaron, por otro lado, que todos los países africanos deberían suprimir la exigencia de visado a sus compatriotas africanos de aquí a 2018, a fin de promover el libre movimiento de personas en el continente.

Según Cynthia Samuel-Olonjuwon, responsable de la Unidad de Programación para África de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la Comisión de la Unión Africana, la OIT, la Organización Internacional para las Migraciones y la UNECA están impulsando la implementación de un programa conjunto sobre migración laboral para África.

Aprobado oficialmente en 2015, este programa ofrece una intervención regional estratégica con objeto de impulsar la migración para el desarrollo así como para proteger los derechos de los trabajadores.

“El objetivo del programa consiste en proteger los derechos de los trabajadores migrantes, facilitar la portabilidad de competencias mundial y regional, la portabilidad de las prestaciones de la seguridad social de los migrantes y las prácticas equitativas de contratación de migrantes”, explicó Samuel-Olunjuwon a Equal Times.

 
Un fenómeno inveterado

La migración inducida por los conflictos o forzosa es un fenómeno global e inveterado, que recientemente ha ganado protagonismo debido a la magnitud de la crisis actual y su impacto sin precedentes en Europa occidental.

“Conflictos prolongados en países como Siria, Libia, Mali, República Democrática del Congo, Sudán del Sur y República Centroafricana, unidos a la proliferación de los actos de grupos terroristas, extremistas violentos o radicales en África del Norte, Occidental y en Oriente Medio han contribuido a intensificar y extender los desplazamientos forzosos de personas que buscan una seguridad y protección mínimas”, afirma el informe.

La juventud africana es la parte de la población más afectada por estos acontecimientos. Si bien los jóvenes representaban el 35% de la población activa de África en 2015, según el último informe de la OIT, Perspectivas sociales y del empleo en el mundo, el desempleo juvenil en el África subsahariana es casi tres veces superior al del resto de la población trabajadora.

Por ello, los ministros reafirmaron la necesidad de promover la migración en África para el desarrollo.

“La migración amplía las oportunidades a disposición de las personas y contribuye de manera decisiva a extender el acceso a los recursos y reducir la pobreza”, explicó Manuh a Equal Times.