Los sindicatos somalíes piden el fin de la intimidación y la impunidad

Los empleadores abusivos, el trabajo no remunerado, el trabajo forzoso y los ataques mortales a cargos sindicales que no se investigan forman parte de una larga lista de quejas que figura en el informe anual de un sindicato somalí que pide al nuevo presidente del país que luche activamente contra el clima de impunidad.

El Informe sobre derechos humanos y sindicales en Somalia para 2016, publicado el 23 de febrero por FESTU, la Federación de sindicatos somalíes, pide urgentemente a la comunidad internacional que ejerza presión sobre el Gobierno somalí para que adopte medidas.

“Este informe se publica en un momento en el que se están cometiendo violaciones de derechos humanos sin precedentes contra los sindicatos”, dice a Equal Times Omar Faruk Osman, secretario general de FESTU y víctima de actos de intimidación por parte del Gobierno en el pasado.

Osman señala que el presidente Mohamed Abdullahi Farmajo, que tomó posesión de su cargo en febrero, ganó las elecciones con promesas de “acabar con la injusticia, recuperar la esperanza en el sistema de gobierno federal, poner fin a los abusos de derechos humanos y encabezar la justicia social. Nuestra máxima prioridad es que el presidente Farmajo aborde urgentemente tres problemas: la injusticia, la inseguridad y la impunidad”.

Sindicatos y trabajadores acosados

Los afiliados y los dirigentes de FESTU fueron acosados “en repetidas ocasiones” en 2016. “Los trabajadores de los sectores de la agricultura, la hostelería y los medios de comunicación se ven en su mayor parte sometidos a acoso constante, intimidación e incluso ataques mortales”, dice el informe.

El informe dice que más de 113 trabajadores fueron asesinados y más 500 resultaron heridos en 2016, según los casos registrados por las afiliadas de FESTU. La mayoría de los trabajadores que fallecieron fueron asesinados en ataques terroristas planeados que tenían como blanco hoteles y restaurantes.

No estaba claro cuántos ataques estaban vinculados a los extremistas de Al-Shabaab.

Según el informe, varias personas que trabajaban para instituciones gubernamentales fueron blanco de asesinatos selectivos perpetrados por Al-Shabaab. Muchos funcionarios recibieron amenazas de muerte por trabajar para el Gobierno.

Según el informe, más de 30 periodistas fueron detenidos. “Los periodistas que trabajan optan por practicar la autocensura para evitar represalias de funcionarios corruptos, elementos criminales, extremistas islámicos y miembros de grupos armados ilegales”.

El estudio asegura que el Gobierno “no ha investigado ni castigado la gran mayoría de actos de violencia y amenazas contra trabajadores y activistas sindicales”.

Osman, que también es el secretario general de NUSOJ, el sindicato somalí de periodistas, ha sido interrogado en múltiples ocasiones sobre sus actividades sindicales. Un documento del fiscal general, incluido en el informe de FESTU, afirmaba que Osman era “una amenaza para la paz y la estabilidad del país”.

Los gerentes de los sectores público y privado “han ejercido presión sobre los trabajadores para que abandonen los sindicatos, a veces bajo amenazas de despido. Para esos funcionarios y gerentes, ningún sindicato puede existir sin su aprobación”, dice el informe.

Según el informe, los trabajadores somalíes también son obligados cada vez más frecuentemente a realizar horas extra. “En estas situaciones, se exige a los trabajadores que continúen trabajando pasadas las horas de trabajo convenidas, con frecuencia, sin previo aviso y sin ser remunerados por ello”.

Según un caso citado en el informe, un trabajador que exigió una declaración por escrito con las condiciones específicas de su empleo fue despedido al pedirla tres veces porque, argumentó el gerente: “Quieres atarnos las manos con restricciones y obligaciones innecesarias. La puerta está abierta, vete ya”.

Estrategia de difamación

El informe de FESTU describe cómo las autoridades somalíes intentaron impedir que se celebrara un congreso de FESTU en abril de 2016, alegando que se trataba de un “congreso falso”. Dice que los funcionarios, incluidos los ministros, consideran a los sindicalistas ‘ilegales’ e ‘ilegítimos’. Los dirigentes sindicales han sido acusados de ser ‘delincuentes’, ‘agitadores’ y ‘enemigos del Estado’.

El informe cita a un funcionario anónimo que dice que el objetivo principal es la persona a la cabeza de FESTU, una afiliada de la Confederación Sindical Internacional (CSI).

“Mata a la serpiente por la cabeza y los otros dirigentes sindicales y afiliados simplemente saldrán corriendo y desaparecerán”, dijo el funcionario del Ministerio de Trabajo a la federación a condición de que no revelara su identidad, describiendo las políticas del Gobierno.

“Si no destruimos la cabeza, sabemos que nos morderéis mientras la cabeza siga viva”.

Sobre la base de una queja presentada por FESTU y NUSOJ, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) pide que se realice una investigación judicial de los ataques a dirigentes y afiliados sindicales. El Comité de Libertad Sindical de la OIT ha pedido repetidamente al Gobierno somalí que garantice la seguridad y la protección de los dirigentes y afiliados de FESTU y NUSOJ.

El informe dice que el Gobierno somalí “debería adoptar inmediatamente medidas para cumplir las recomendaciones de la OIT” relativas a la queja de FESTU y NUSOJ.

“Mediante la colaboración con instituciones internacionales y funcionarios que respaldan el cambio, FESTU espera que en 2017 se apliquen las medidas y las reformas que se necesitan urgentemente para que Somalia sea un país más seguro, más justo y mejor para todos sus ciudadanos”, dice el informe.

Presión internacional

Además, el informe indica que la comunidad internacional puede ejercer presión como donante. “Los socios internacionales de Somalia deberían hacer hincapié en que garantizar las normas internacionales relativas a los derechos laborales, en particular el derecho de los trabajadores a asociarse y el de los sindicatos a existir libremente y organizarse, debería ser un elemento fundamental de cualquier ayuda internacional y del enfoque de Somalia cuando aspira a recibir ayuda internacional”.

En declaraciones a Equal Times, Osman asevera que la presión internacional ya ha tenido un efecto en el pasado y espera que lo tenga de nuevo. “La solidaridad internacional ha funcionado porque si la comunidad internacional no vigilara ni reaccionara a los abusos sistemáticos e instaurados de los que hemos sido víctimas, los sindicatos libres serían destruidos”.

El secretario general de la CSI-África, Kwasi Adu-Amankwah, pide en la introducción del informe que: “Los ataques y las campañas despectivas contra FESTU y sus miembros deben parar. Somalia solo conseguirá la democracia cuando conceda a los sindicatos el espacio y la libertad para existir y operar”.