Proyecto minero australiano amenaza viviendas, medios de subsistencia y estabilidad política en el sur de Senegal

Proyecto minero australiano amenaza viviendas, medios de subsistencia y estabilidad política en el sur de Senegal
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En la región de Casamanza, en el sur de Senegal, el océano Atlántico bordea la localidad de Niafarang. En los últimos años, el nivel de sus aguas ha subido. Un proyecto minero de circonio propuesto por la empresa Astron, que cotiza en la bolsa australiana, no solamente arrasaría con las viviendas, los expertos afirman que también aceleraría la invasión de agua salada de las tierras cercanas, destruyendo los arrozales y los medios de subsistencia.

“Este proyecto va a destruir nuestro medio ambiente”, comenta Abdou Sane, especialista en reducción del riesgo de desastres ambientales que ha trabajado para Naciones Unidas. “No tenemos suficiente información sobre las intenciones del Gobierno y el motivo de este proyecto”.

La batalla minera en Niafarang es emblemática de casos como éste que se dan en todo el mundo en desarrollo, donde las empresas extranjeras sólo se interesan por extraer los recursos sin tener en cuenta las preocupaciones medioambientales y sociales de sus pobladores. Además, amenaza con causar mayores tensiones en una región conocida por su insurgencia separatista. Este mes de septiembre, el Movimiento de Fuerzas Democráticas para Casamanza (MFDC) ha lanzado una advertencia en relación con la mina, calificando el anuncio del proyecto como “una declaración de guerra”.

Desde que la mina se propuso por primera vez en 2004, los residentes de Niafarang han podido forzar la postergación del proyecto argumentando que los beneficios económicos de la mina no compensan la posible devastación ecológica que provocaría.

Un documental corto de 2012 sensibilizó a la opinión pública sobre los peligros que entraña este proyecto.

Pese a ello, en junio de este año, el Gobierno senegalés otorgó una licencia minera para el yacimiento de Niafarang, en Casamanza. Las excavaciones comenzarían el último trimestre de 2017, según un comunicado de prensa de la empresa minera.

Astron también señaló en el comunicado de prensa que sus representantes habían visitado la zona, se habían reunido con los líderes locales y que la participación de la empresa en una ceremonia de oración significaba el “respeto y aceptación de Astron por parte de la población local en el desarrollo de una mina pequeña”. Sin embargo, esta es una afirmación que los líderes locales como Sane niegan rotundamente.

El circonio es codiciado por sus múltiples usos ya sea en la industria de la fundición, barras de combustible nucleares, convertidores catalíticos de combustible y en sistemas de purificación de agua y aire.

Sin embargo, a raíz de las protestas de los pobladores, el Ministro de Minas y Geología de Senegal señaló recientemente que el Gobierno se sentaría una vez más a la mesa de negociaciones con la población y trataría de encontrar una solución. Sane está convencido por su parte de que, si la población pudiera hacer oír su voz, convencería al Gobierno de enterrar el proyecto de una vez por todas.

 

When Ousmane Sane gets excited about something, he tends to respond in rapid-fire, escalating, “Yes, yes, yes, yes, yes!” in French.

Photo: Ricci Shryock

Y son pocos los motivos que irritan más a Sane en estos momentos que el proyecto de la mina de circonio, cuyas excavaciones comenzarían en la duna adyacente a la playa local, una duna que él y otros conocedores afirman que protege a los campos de arroz vecinos de no ser inundados por el agua de mar proveniente de los niveles oceánicos en aumento.

A solo unos cientos de metros de su vivienda, Sane camina a la orilla del océano donde se perciben franjas negras de circonio en la arena.

 

Traces of zircon are evident in the sands on the beach of southern Senegal.

Photo: Ricci Shryock

Los niveles del océano Atlántico han ido subiendo aquí con el tiempo, cuentan los pobladores de Niafarang. Abdou Sane, un especialista en reducción del riesgo de desastres ambientales, sostiene que el proyecto de extracción de circonio propuesto por la empresa australiana Astron, acelerará la ya problemática invasión de agua salada.

 

If you dig deeper than seven metres here, there is saltwater, says Pape Lamine Sadio, an eco-tourism expert who has lived in Niafarang for 10 years, studied topography and is against the exploration.

Photo: Ricci Shryock

“La población no puede beneficiarse de manera alguna, incluso si nos dan miles de millones”, afirma Sadio. “No vivimos aquí por el dinero. Vivimos aquí por la naturaleza y por la tierra. No puedes quitarle la tierra a una persona a cambio de dinero”.

A pesar de la presencia de numerosos pozos en el poblado, todos menos uno han sido contaminados por la invasión de agua salada, y ahora todas las casas del pueblo disponen de un único pozo, comenta Pape Lamine Sadio, un experto en ecoturismo que ha vivido en el lugar durante 10 años.

Por otra parte, “la duna que Astron quiere explotar nos procura una barrera entre el agua salada y el agua dulce. Si la destruyen, el agua de mar entraría al pueblo”, añade Sadio.

 

Anne Marie Diatta makes tea in her home in Niafarang. Diatta’s father is a fisherman in Niafarang, and he says he does not want the mine to come to the area.

Photo: Ricci Shryock

Con la evidente intención de calmar la oposición, Astron firmó un acuerdo de patrocinio de tres años con Casa Sport, una asociación regional de fútbol. Astron contribuirá con 30 millones de francos CFA (casi 54.000 USD) anuales a Casa Sport, aunque la empresa no respondió a las solicitudes de hacer comentarios.

A pesar de este anuncio, los residentes de Niafarang afirman que casi toda la localidad se opone radicalmente a la mina. Un paseo por el pequeño poblado, dominado por una gigantesca y majestuosa ceiba de la que se desprenden los graznidos de pájaros amarillos, revela una oposición casi unánime.

 

The Diatta family works in their rice fields in Niafarang, just metres from where the purposed zircon mining project might dig up a dune...

Photo: Ricci Shryock

Esto, según los Diatta y otros interesados inundará sus campos de arroz con el agua de mar adyacente arruinando así su medios de subsistencia.

 

Omar Dialla Dieh’diou is a spokesperson for the Movement of Democratic Forces for Casamance (MFDC), the independence movement in Senegal’s southern Casamance region.

Photo: Ricci Shryock

Dieh’diou afirma que el MFDC apoya la resistencia de la comunidad contra el proyecto. “Realmente participamos en esta lucha”, asegura. “Porque estamos aquí para la población”.

 

A family throws its fishing nets out on a small body of freshwater in Niafarang, where the government recently postponed the zircon mining project that environmentalists say would devastate the local ecology.

Photo: Ricci Shryock

En junio de este año, Senegal otorgó una licencia minera para explotar el yacimiento de Niafarang, en Casamanza. Las primeras excavaciones estaban programadas para el último trimestre de 2017, pero el ministro de Minas y Geología de Senegal señaló recientemente que el Gobierno se sentará una vez más a la mesa de negociaciones con los residentes y tratará de encontrar una solución a sus preocupaciones.

 

As Ousmane Sane looks out over the mangrove, he laments his lack of power.

Photo: Ricci Shryock

“Si el Estado quiere hacer algo en mi tierra, tienen el derecho y los medios para hacerlo, pero salir de aquí, incluso si me ayudan a ir a otro lugar, para mí sería como ir a prisión, porque mi tierra está aquí. Es aquí donde elegí venir para vivir yo, mis hijos y mis nietos”.