Los empaquetadores de carne brasileños celebran una victoria sin precedentes en el tema de las normas de seguridad

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Tras una batalla que ha durado 15 años, los trabajadores y trabajadoras brasileños por fin han logrado negociar una normativa para mejorar su seguridad en los mataderos.

La nueva Normativa Reguladora nº 36, ratificada el 18 de abril, tiene como objetivo evitar y reducir las enfermedades y accidentes en el lugar de trabajo mediante normas detalladas para mejorar la infraestructura y las herramientas.

Entre las medidas recién aplicadas se encuentran la introducción de un descanso obligatorio de 10 minutos cada 50 minutos de trabajo, la reducción de la carga de trabajo, la introducción de la gestión de riesgos para la seguridad y de equipos de protección personal, etc.

Clovis Veloso, un representante de las empresas cárnicas en el proceso de negociación, calculó que, para cumplir con la nueva normativa, la industria tendría que invertir alrededor de siete mil millones de US$ durante los próximos dos años.

En lugar de verlo como un mero coste adicional, lo considera “una inversión para mejorar la calidad de vida de nuestros trabajadores y trabajadoras”.

 

Malas condiciones laborales

Como en muchos otros países, las condiciones laborales en la industria del procesamiento de la carne en Brasil dejan mucho que desear.

Los trabajadores, que utilizan maquinaria pesada para cortar la carne, están sometidos a fuertes presiones para que alcancen los duros objetivos de productividad.

Por tanto, se tienen que enfrentar a largas jornadas laborales, agotamiento, infraestructuras deficientes y equipos de protección insuficientes.

Además, se han dado numerosos casos en que los dedos de los trabajadores se han quedado entumecidos tras horas trabajando en los refrigeradores, lo cual provoca heridos.

En 2011, el Gobierno registró 19.453 accidentes, equivalentes al 2,73% de todos los accidentes laborales de Brasil, incluidos 32 accidentes mortales.

La industria emplea a 750.000 trabajadores y exporta carne por un valor de 15,6 mil millones de US$ cada año a más de 150 países de todo el mundo.

“Durante la época que trabajé allí fui testigo de algunos accidentes bien feos”, nos explicó Vinicius, un antiguo trabajador de un matadero en el estado brasileño de Mato Grosso del Sur.

“Un hombre se seccionó un dedo con una sierra, la cinta transportadora le arrancó la pierna a otro trabajador y un joven perdió la movilidad del pulgar cuando tocó el cableado eléctrico mientras empujaba a una vaca. El resto fueron lesiones menores producidas por cortes que requirieron entre 10 y 15 puntos”.

Vinicius es solo uno de los trabajadores a los que entrevistó Repórter Brasil para su informe publicado en septiembre del año pasado y que sacó a la luz condiciones laborales similares a la esclavitud.

El informe también ubica a las cadenas de suministro para identificar a las principales empresas responsables.

"Los trabajadores con los que hablamos estaban realmente desesperados.

Debido a la enorme presión laboral y a la mala protección, se arriesgan a sufrir graves lesiones cada vez que van a trabajar y temen que les despidan si se quejan.

La fábrica de Marfrig en Hulha Negra produce carne enlatada para la marca Tesco, el mayor minorista del Reino Unido. En diciembre de 2011, un auditor laboral público destacó la falta de asistencia del 12% de los trabajadores de la empresa debido a enfermedades o accidentes relacionados con el trabajo ", afirmó Leonardo Sakamoto, director de Repórter Brasil.

 

La situación en el mundo

Mientras tanto, el pasado marzo en Europa, Bélgica presentó una demanda ante la Comisión Europea contra Alemania por dumping social y competencia desleal, lo cual disminuyó las condiciones laborales en la industria a un nivel tan bajo que resulta inaceptable.

En 2011, el relator nacional belga sobre la trata de seres humanos destacó la extremada explotación existente en la industria cárnica local.

Aunque la mayor parte de la atención mediática se ha centrado en la presencia de carne de caballo en los productos alimentarios, la Unión Internacional de Trabajadores de la Alimentación hizo hincapié en las normas laborales insuficientes en toda la industria como la principal causa de los consecutivos escándalos en materia de seguridad alimentaria.

Sin embargo, el Gobierno brasileño por fin ha demostrado estar preparado para abordar estas causas.

Siderlei de Oliveira, que negoció el acuerdo en nombre de la Confederación Nacional de los Trabajadores de la Alimentación (CONTAC/CUT), declaró: “Constituye un importante paso adelante en la lucha contra las lesiones relacionadas con el trabajo.

Pronto viajaré a Argentina invitado por sus sindicatos que quieren utilizar nuestra normativa como ejemplo.

El mes que viene viajaré a Europa. Antes poníamos a Europa como ejemplo cuando discutíamos sobre la salud y la seguridad en el trabajo. Hoy en día estamos orgullosos de ofrecer nuestro ejemplo al mundo”.

El ministro de Trabajo, Manoel Dias, destacó la importancia que tuvo el proceso tripartito en la elaboración de la normativa. “Comprendimos que mediante el debate, el diálogo y el entendimiento mutuo siempre se avanza. De nada sirve establecer normas que son poco realistas en la práctica”.

 

En este corto vídeo de Repórter Brasil, los trabajadores/as hablan sobre las duras presiones a las que se enfrentan en esta industria: http://youtu.be/8Y30imyKOy8