Agricultura y tecnología, cuando la indexación en los seguros salva a los agricultores africanos

Agricultura y tecnología, cuando la indexación en los seguros salva a los agricultores africanos

An agent explains how index-based agricultural insurance works to members of a cocoa cooperative near Lakota in Côte d’Ivoire, in December 2022.

(OKO)

“Yo pagué 20.000 francos CFA (30,5 euros) para asegurar mi cosecha [de cacao]. Cuando la sequía lo destruyó todo, el personal de OKO me ingresó 30.000 FCFA (45,7 euros). ¡Fue una gran sorpresa! ¡Es un verdadero chollo! Con ese dinero pude comprar un saco de arroz de 25 kilos para alimentar a mi familia. No le quepa la menor duda de que voy a volver a contratar un seguro”, comenta David Gasso Kobly, un pequeño productor de cacao de Costa de Marfil. Este padre de cinco hijos, de unos cincuenta años de edad, todavía no se lo cree.

En su pueblo, Bahompa, de cerca de 10.000 habitantes, situado a 70 kilómetros al suroeste de Yamusukro, hay varios agricultores como él que han contratado el seguro agrícola basado en índices climáticos que ofrece OKO, una empresa israelí que diseña productos de seguro basados en la tecnología (también denominada insurtech, en inglés). Y celebran poder afrontar las consecuencias de una cosecha de cacao catastrófica.

Basados en sensores de datos e imágenes de satélite, este tipo de seguros “indexados” proporcionan información en tiempo real sobre los niveles de pluviometría característicos de los episodios de sequía o inundaciones. En caso de producirse condiciones meteorológicas adversas, estos seguros activan una indemnización automatizada, proporcional a la gravedad de los sucesos, que se ingresa directamente en la cuenta móvil de los agricultores asegurados que han sido víctimas de un siniestro.

Mientras los seguros más “tradicionales” –que abonan las indemnizaciones semanas después de que un experto haya constatado las pérdidas o accidentes– están teniendo dificultades para penetrar en los mercados africanos, estos seguros de “nueva generación” están logrando convencer a los agricultores, cada vez más castigados por el cambio climático.

Estas soluciones indexadas contra los riesgos meteorológicos, menos costosas, más transparentes y más rápidas de aplicar, pero también más rentables para las aseguradoras, se están desarrollando en los países del Sahel y en África Oriental en particular, eliminando las barreras para la entrada en los mercados. En África, el índice de penetración del seguro (primas totales en proporción al PIB) sigue siendo bajo. Según el Standard Bank, es inferior al 3% en todos los segmentos.

Innovaciones tecnológicas y digitales

Desde su lanzamiento en Malí en 2021, y en Costa de Marfil al año siguiente, en colaboración con la aseguradora Allianz y el operador de telefonía Orange, OKO ha asegurado a 24.000 pequeños agricultores individuales y ha indemnizado a aproximadamente 4.000: pequeños agricultores que cultivan maíz, algodón, sorgo, cacahuete, sésamo y cacao. En Malí, la prima anual media abonada por un agricultor asciende a 13 euros por hectárea y por temporada. En Costa de Marfil el promedio de la prima anual es de 24 euros para dos temporadas. Los pequeños agricultores indemnizados recibieron alrededor del 25% de los importes asegurados, una compensación que les ayudó a prepararse para la temporada siguiente.

En Kenia, la sociedad ACRE Africa propone sus seguros indexados a través de una tarjeta rasca y gana que se vende con los sacos de semillas o los fertilizantes. Cuando el agricultor activa la tarjeta en su teléfono, paga una prima inicial de 50 chelines kenianos KES (0,35 euros) por la cobertura, y puede aumentar el nivel de la misma recargándola por SMS. Simultáneamente, envía información a ACRE Africa, que geolocaliza su explotación.

Aprovechando las innovaciones tecnológicas y digitales, los seguros agrarios indexados están demostrando su eficacia, contribuyendo a la resiliencia climática y económica de las pequeñas explotaciones.

En una evaluación reciente, la ONG luxemburguesa ADA (Appui au Développement Autonome), que apoya la microfinanciación en los países del Sur, señala que dichos seguros permiten garantizar los ingresos presentes y futuros de los agricultores, indemnizarles rápidamente, les permiten seguir comprando insumos, prepararse para la temporada siguiente e incluso “obtener con mayor facilidad un crédito en los bancos locales”.

“Según las primeras encuestas realizadas sobre el terreno a cooperativas de productores, el seguro indexado es muy popular y las tarifas parecen asequibles”, señala Caroline Morilhat, responsable del programa de ADA. Se trata de un seguro agrícola que podría llegar a frenar parte del temido éxodo rural provocado por el cambio climático. “Nuestro objetivo es probar y experimentar soluciones nuevas”, añade. La organización se ha propuesto llegar a los ganaderos nómadas de África Occidental.

Desde hace varios meses, ADA sigue con interés la evolución de los seguros indexados diseñados por la empresa emergente luxemburguesa Ibisa, destinados a los ganaderos senegaleses, en colaboración con el Réseau Billital Maroobé (RBM), que agrupa a una serie de organizaciones de ganaderos en régimen de pastoreo del Sahel, y la Caisse nationale d’assurance agricole du Sénégal (CNAAS).

Los ganaderos nómadas son cada vez más vulnerables

“Hasta ahora, lo más importante para protegerse era obtener la información adecuada para poder trasladar los animales a donde estuvieran los pastos. También era importante tener animales de 5 o 6 años de edad, capaces de resistir a la sequía, que pudieran venderse en caso de catástrofe. Pero las sequías se suceden y son cada vez más difíciles de afrontar, haciendo que los ganaderos se vuelvan más vulnerables que nunca. Y cuando un ganadero pierde la mitad de su ganado por los caprichos del clima, tarda más de 15 años en recuperar sus pérdidas. (…) Senegal cuenta con 350.000 familias de ganaderos pastores. Considerando que una familia media está compuesta por ocho personas, eso supone mucha gente”, afirma Aliou Samba Ba, presidente de la filial senegalesa del RBM y criador de unas cincuenta reses.

Tras desarrollar productos indexados para aproximadamente 700 ganaderos de Matam y Podor, en el norte de Senegal, Ibisa apuesta ahora por 4.000 ganaderos senegaleses para la temporada 2023-2024, y “está tratando de perfeccionar sus datos”, indica Manon Loison, responsable del proyecto de Ibisa en Senegal y África Occidental.

La empresa emergente aspira a ofrecer sus soluciones técnicas a todo Senegal, y, posteriormente, a todo el Sahel, que cuenta con 173 millones de cabezas de ganado. El producto ofrecido a los ganaderos nómadas está subvencionado al 50% por la CNAAS y cuesta 5.000 FCFA (es decir, 7,6 euros).

“Disponemos de varias zonas de cobertura, julio-agosto y septiembre-octubre, con un índice pluviométrico correspondiente a estos dos períodos, así como de tres niveles de alerta, que van de sequía moderada a sequía crítica. Si no se alcanzan los umbrales de pluviosidad, se activan automáticamente los pagos, que, por tanto, no están vinculados a la declaración de pérdida de ganado. (…) Partimos del principio de que en cuanto hay sequía, hay menos forraje disponible y, en consecuencia, los animales corren peligro”, explica Jean-Baptiste Pleynet, cofundador de Ibisa y actuario de seguros (especialista en cálculos estadísticos para aseguradoras). El objetivo es que los ganaderos puedan comprar lo antes posible pienso para sus animales.

Pero la sequía no es lo único. Cuando llueve demasiado o se producen inundaciones los pastos no se desarrollan adecuadamente. En tales casos, la pluviosidad por sí sola constituye un criterio irrelevante, lo que impide indemnizar a los ganaderos cuando, en realidad, no hay forraje disponible. Para superar este escollo, Ibisa está trabajando en nuevos modelos que incorporan el concepto de “lluvia efectiva” y permitan pagar indemnizaciones de facto al cabo de 20 días seguidos sin lluvia.

“Nos hubiera gustado que se incluyera el riesgo relativo a los pastos. Pero se eligieron los criterios pluviométricos mensurables, que reflejan tendencias históricas. (…) Antes, los ganaderos no querían oír hablar de la alimentación para el ganado ni de vacunas. Después se dieron cuenta de que eso protegía a sus animales y acabó convirtiéndose en un reflejo. Lo mismo ocurre con los seguros indexados. Hay que convencerlos; accederán a pagar una prima si consideran que eso les protege”, subraya Aliou Samba Ba.

La empresa de tecnología y seguros Pula, que inició sus actividades en Kenia en 2015, diseña precisamente productos de seguros agrícolas híbridos indexados, sujetos a las condiciones meteorológicas y a la disponibilidad de pastos para el ganado. Ofrece asimismo seguros indexados basados en el rendimiento. Pula ha ampliado su cobertura a Tanzania, Mozambique, Zambia, Uganda, Etiopía y Nigeria.

¿Qué modelo económico habría que implantar?

Los modelos se están perfeccionando, y, a día de hoy, las multinacionales de la agroindustria están fomentando considerablemente los seguros agrícolas indexados, sobre todo en Costa de Marfil, Ghana y África Oriental.

Tras forjar estos dos últimos años alianzas con las firmas Touton y Olam, OKO está negociando con los gigantes Cargill, Mars, Mondelez y Barry Callebaut para ofrecer sus soluciones a los pequeños agricultores de los sectores del cacao y el algodón. El objetivo es abastecer a 30.000 agricultores de Costa de Marfil de aquí a finales de 2025. Pero el potencial a largo plazo es inmenso, puesto que, en dicho país, los agricultores asegurados potenciales ascienden a 600.000 en el sector del cacao y a 130.000 en el sector del algodón.

“Estas agroindustrias ya disponen de una red de agricultores y de datos que pueden utilizarse para crear productos de seguros adaptados. Cuentan con objetivos y programas de sostenibilidad, y buscan soluciones de resiliencia climática, de ayuda a los agricultores, para asegurar sus cadenas de valor. (…) Actualmente, si la temporada es mala, el agricultor se queda sin (o con escasos) ingresos y le resulta difícil prepararse para la siguiente temporada”, explica Simon Schwall, director general de OKO.

Aunque estos seguros indexados son muy populares entre las multinacionales cuando cubren los principales cultivos industriales (café, cacao, algodón, tabaco), incitando a los agricultores a adquirirlos, estas mismas empresas siguen mostrándose reacias a implicarse un poco más, ofreciéndose a financiar o subvencionar parcialmente los productos ofrecidos. Hoy en día, siguen prefiriendo ofrecer un “paquete cosecha”, es decir, el pago de la cosecha al agricultor, de cuyo montante se deducen los insumos y la prima del seguro agrícola.

En la mayoría de los países africanos los seguros agrícolas no están subvencionados (salvo en algunos países, como Senegal, Marruecos y Ruanda) ni respaldados por las poderosas empresas del sector agroindustrial. Así pues, los agricultores son los que pagan la totalidad de las primas, y eso limita la entrada de estos seguros indexados en mercados pequeños como Níger y Burkina Faso, donde existe, no obstante, una necesidad real.

This article has been translated from French by Guiomar Pérez-Rendón