El FMI ignora el verdadero coste de las "reformas" del mercado de trabajo

 

El FMI publicó la semana pasada un documento de política de 94 páginas titulado Jobs and Growth: Analytical and Operational Considerations for the Fund (Empleos y crecimiento: Consideraciones analíticas y operativas para el Fondo), elaborado conjuntamente por los departamentos de política, investigación y asuntos fiscales del FMI (con fecha del 14 de marzo, pero publicado el 4 de abril).

El objetivo del informe es ofrecer orientación con respecto a cuestiones de empleo y distribución al personal del FMI que trabaja en un país específico.

Aunque incluye partes positivas a favor de la creación de empleo, el crecimiento integrador y una distribución más equitativa de los ingresos, hay poca continuidad al respecto en las secciones sustanciales del informe que abordan los programas y el asesoramiento en materia de política del FMI y cómo el personal del Fondo debería modificar sus prácticas.

En particular, no hay casi nada en el nuevo documento de política que pueda llevar al personal del Fondo a cuestionar su enfoque actual de las cuestiones laborales y de empleo en los informes por país.

Como mostró la CSI en un documento de referencia reciente sobre las condiciones de los préstamos y el asesoramiento del FMI en materia de política en lo que concierne a cuestiones laborales en Europa, el enfoque consiste principalmente en debilitar o desmantelar las instituciones y normativas del mercado de trabajo con el objetivo de lograr una mayor flexibilidad del mercado de trabajo.

Una de las partes analíticas más útiles es la sección sobre "crecimiento inclusivo", que habla de la importancia de reducir la desigualdad para conseguir un crecimiento estable y sostenible (págs. 24-31).

Una sección posterior del documento, que examina los programas y supervisión a escala nacional del FMI, admite que actualmente el Fondo no realiza muchos esfuerzos para mitigar los efectos de los programas de austeridad que generan desigualdad: "Aunque la mayoría de los informes [por país] examinados hablan del efecto probable de la consolidación fiscal en el gasto social, solamente unos pocos proponen opciones para mitigar sus consiguientes repercusiones en los pobres" (pág. 35).

Sin embargo, más adelante, en una sección del informe que contiene recomendaciones sobre lo que debería cambiar en el trabajo del FMI, sólo se plantea tímidamente la siguiente sugerencia: "El debate sobre la inclusión se podría promover cuando sea una prioridad.

El personal podría impulsar un debate más amplio sobre los efectos de las políticas propuestas en la inclusión y, cuando las autoridades del país lo soliciten, debatir opciones de política para mejorar la inclusión" (pág. 41).

En el documento se reconoce que la falta de demanda agregada tras la crisis y la recesión mundial de 2008-2009 es una causa importante del actual déficit mundial del empleo.

Sin embargo, dedica más espacio al impacto de las "megatendencias" como los cambios tecnológicos, la globalización (que el informe valora positivamente aunque reconozca que ha contribuido a la desigualdad dentro de los países, especialmente en las economías avanzadas) y los cambios demográficos (págs. 7-12).

Una sección sobre cuestiones relativas al crecimiento habla en gran parte de la Comisión de Crecimiento y Desarrollo ("Comisión de Spence") que realizó su trabajo entre 2006 y 2009 y parece admitir la importancia del papel del Estado a la hora de conseguir un crecimiento sostenible a largo plazo, inclusive a la hora de aplicar políticas para conseguir una diversificación industrial (pág. 13).

Sin embargo, el informe parece esconderse detrás del hecho de que "no existe ninguna fórmula universal" para un modelo de crecimiento que funcione. La lección clave que extrae del trabajo de la Comisión de Spence es que el "único elemento… respecto al cual existe escaso desacuerdo es la importancia fundamental de la estabilidad macroeconómica" (pág. 1), que el personal del FMI ha utilizado en general como pretexto para impulsar una disciplina fiscal y una política monetaria que prioricen una baja inflación en lugar de la creación de empleo.

El informe hace referencia a algunos aspectos positivos del Informe sobre el desarrollo mundial 2013: Empleos del Banco Mundial en el que se hace hincapié en la importancia del crecimiento del empleo como elemento esencial para el desarrollo inclusivo y la reducción de la pobreza. Dice que esto puede exigir una "estrategia para el empleo" que complemente la estrategia de crecimiento.

Sin embargo, a continuación el informe vuelve a sacar a relucir el manido eslogan de "proteger a los/las trabajadores/as, no los empleos", que el personal del FMI ha utilizado a menudo para lanzar un ataque contra la normativa del mercado de trabajo (págs. 16-18 y 24).

Los esfuerzos para debilitar las normativas laborales se llevan a cabo por medio de propuestas simultáneas del FMI para reducir el coste, y por lo tanto el alcance, de los programas de protección social (que se supone que "protegen a los/las trabajadores/as"), como ocurre en estos momentos en varios países europeos.

En los países en vías de desarrollo, la desregulación del mercado de trabajo a menudo se ha producido en contextos en los que la protección social cuenta con muy poca financiación y es deficiente.

 

Se reconoce la falta de pruebas pero se ignora en las recomendaciones

El informe trata superficialmente la importante conclusión contenida en el Informe sobre el desarrollo mundial 2013, que se basa en un examen exhaustivo de publicaciones económicas, de que la normativa del mercado laboral representa un obstáculo sin importancia o insignificante para la creación de empleo en la mayoría de los países.

Elogia el "modelo de flexiguridad nórdico", basándose supuestamente en la premisa de que "los/las trabajadores/as deberían estar protegidos principalmente a través del seguro de desempleo en lugar de un nivel elevado de protección del empleo", pero ignora los indicadores presentados en la misma página (pág. 21).

 Los indicadores muestran que tres de los cuatro países nórdicos (todos excepto Dinamarca) cuentan con niveles de protección del empleo equiparables a los de la mayoría de los países del sur de Europa, a los que el FMI acusa de tener mercados de trabajo demasiado rígidos.

La sección del informe sobre la supervisión y el trabajo en programas del FMI admite, en una nota al pie de página, que el "consenso casi unánime" de que una mayor flexibilidad del mercado de trabajo contribuye al crecimiento desapareció hace varios años.

Echa la culpa de la promoción constante de la desregulación del mercado de trabajo por parte del personal del FMI a los "efectos persistentes" de los análisis incorrectos divulgados por la OCDE en 1994:

"La tendencia clara [del personal del FMI] de recomendar una mayor flexibilidad puede reflejar en parte el casi consenso establecido por el influyente Estudio de la OCDE sobre el Empleo (1994).

El estudio recomendaba normas flexibles para proteger el empleo y fijar los salarios...

Sin embargo, el consenso casi había desaparecido hacia mediados de la primera década del siglo XXI.

A medida que los métodos mejoraron y se contó con mejores datos, el impacto de las instituciones del mercado de trabajo quedó menos —en lugar de más— claro" (nota a pie de página 18, pág. 35).

Se podría pensar que el importante reconocimiento por parte del FMI de que su personal promueve políticas de desregulación del mercado de trabajo basándose en premisas de hace dos décadas debería llevar a una recomendación firme para que el personal deje de propagar cuentos de hadas como si fuera la verdad.

En lugar de ello, la sección de recomendaciones del documento simplemente no trata la cuestión.

Una recomendación potencialmente prometedora en el informe es que el personal del FMI debería proporcionar un asesoramiento basado en pruebas cuando se aborden cuestiones relativas al empleo y la mano de obra.

Curiosamente, el término "basado en pruebas" aparece entre comillas en el resumen ejecutivo.

No se explica si esto se debe a que la mayoría del personal del FMI no está familiarizada con el término "basado en pruebas" o si el personal debe interpretarlo en sentido figurado en lugar de literal.

El documento de política del FMI también revela que el Fondo ha publicado un "Manual de supervisión para el empleo y el crecimiento inclusivo" (pág. 45), pero el manual no se incluye en el informe.

 

El informe completo está disponible aquí (solamente en inglés).