La efímera libertad del arte callejero en Teherán

La efímera libertad del arte callejero en Teherán
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Un grafitero iraní de 23 años describe su obra como “traer al mundo a un bebé que sólo vivirá unas pocas horas, o unos días, si tiene suerte”. Al igual que muchos otros artistas iraníes del grafiti, ha pedido permanecer en el anonimato temiendo por su seguridad.

En Irán, donde el arte callejero no autorizado se considera ilegal, los trabajadores municipales y guardias urbanos se apresuran a eliminar los grafitis pintando encima. De ahí que los grafiteros iraníes se consideren extremadamente afortunados si sus obras permanecen en una pared durante una o dos semanas.

Pese a este obstáculo fundamental, estos artistas continúan trayendo al mundo efímeros bebés. En Teherán, la capital iraní, las piezas de arte callejero son vibrantes visualizaciones de las voces de la gente común. Hoy en día, los jóvenes iraníes utilizan los muros de la ciudad para expresar sus opiniones sobre cuestiones tanto políticas como sociales.

Aunque el Gobierno iraní considera los grafitis no autorizados como actos de desobediencia civil, algunos de estos artistas, como ill, Nafir y Black Hand son conocidos en todo el país, mientras que otros como CK1 y Cave2 han tenido que abandonar Irán en busca de un lugar donde poder expresarse libremente.

Los grafitis como forma de protesta constituyen un fenómeno ya antiguo en este país de Oriente Medio. Antes de la revolución de 1979 –cuyo 38º aniversario se conmemora el 10 de febrero– los muros de las calles en Irán se utilizaron como lienzo para divulgar eslóganes contra el Sah, último monarca de Irán.

Con la caída de la monarquía, los islamistas que asumieron el poder emplearon esas mismas paredes para propagar su ideología, exhibir citas de figuras religiosas chiitas y exponer gigantescos murales de los líderes políticos del país y sus combatientes voluntarios caídos durante los ocho años de guerra entre Irán e Iraq.

En la actualidad, una nueva generación de artistas está añadiendo algo más a los espacios públicos en Teherán: un estilo innovador que combina la caligrafía persa con grafitis al estilo occidental delicadamente plasmados. Para estos nuevos artistas callejeros iraníes, el grafiti permite expresar sus sentimientos sobre la inestabilidad política y los dilemas sociales que atraviesa su país, a través de coloridas obras con un estilo algo salvaje o tradicionales esténciles en blanco y negro.

Estas obras visualmente espectaculares son la muestra de un discurso social y político alternativo centrado en la paz, los derechos de la mujer, los derechos del niño y la libertad de expresión. Por otro lado, estos artistas celebran los días gloriosos de Persia utilizando elementos relacionados con su cultura histórica, como la granada o los derviches danzantes.

 

Una obra de “ill”, un nombre bien conocido en el ámbito del grafiti en Irán, para quien “la calle es el mejor lugar para comunicarse con la gente a través del arte”. La mayoría de las obras callejeras en Teherán están firmadas con pseudónimos o sencillamente no llevan firma, ya que, de ser detenidos, los autores se enfrentan a penas de prisión.

Foto: Mehrnoush Cheragh Abadi

Una obra de “ill”, un nombre bien conocido en el ámbito del grafiti en Irán, para quien “la calle es el mejor lugar para comunicarse con la gente a través del arte”. La mayoría de las obras callejeras en Teherán están firmadas con pseudónimos o sencillamente no llevan firma. Si la policía detiene al autor de un grafiti, puede ser juzgado por un Tribunal Revolucionario Islámico acusado de satanismo y de perturbar el orden público. Tales cargos se consideran políticos y pueden derivar en una condena a prisión.

 

Retrato en esténcil de Gholamreza Takhti, ganador de un oro olímpico y campeón del mundo de lucha libre. Su muerte en 1968 fue declarada oficialmente como un suicidio, aunque se piensa que en realidad fue asesinado por agentes del servicio secreto por su abierta oposición al régimen del Sah.

Foto: Mehrnoush Cheragh Abadi

Retrato en esténcil de Gholamreza Takhti, ganador de un oro olímpico y campeón del mundo de lucha libre. Su muerte en 1968 fue declarada oficialmente como un suicidio, aunque se piensa que en realidad fue asesinado por agentes del servicio secreto por su abierta oposición al régimen del Sah. Todavía sigue siendo considerado un héroe nacional a causa de su activismo social y político, así como por su modestia, su generosidad y sus proezas deportivas. Los grabados con esténcil de destacadas figuras iraníes son populares en el entorno del grafiti en Irán.

 

En ciertas partes de la ciudad emergen grafitis con textos en inglés, pese a que el número de iraníes que hablan ese idioma es reducido. A diferencia de los artistas en otros países, los artistas callejeros en Irán generalmente crean pequeñas piezas en esquinas escondidas para asegurarse de que su trabajo permanezca expuesto durante más tiempo.

Foto: Mehrnoush Cheragh Abadi

Grafiti en el centro de Teherán, cerca de la Universidad. En ciertas partes de la ciudad emergen grafitis con textos en inglés, pese a que el número de iraníes que hablan ese idioma es reducido. A diferencia de los artistas en otros países, los artistas callejeros en Irán generalmente crean pequeñas piezas en esquinas escondidas para asegurarse de que su trabajo permanezca expuesto durante más tiempo.

 

Un artista anónimo ha combinado la figura de El Grito de Edward Munch con el arco familiar de un mihrab, con decoraciones islámicas. El mihrab es un espacio en la mezquita que indica la dirección de la Kaaba en La Meca, hacia donde deben mirar los musulmanes en sus plegarias diarias.

Foto: Mehrnoush Cheragh Abadi

Elahieh, un suburbio al norte de Teherán. Un artista anónimo ha combinado la figura de El Grito de Edward Munch con el arco familiar de un mihrab, con decoraciones islámicas. El mihrab es un espacio en la mezquita que indica la dirección de la Kaaba en La Meca, hacia donde deben mirar los musulmanes en sus plegarias diarias. Cuando los artistas iraníes –artistas visuales, cineastas, escritores o periodistas– no pueden expresar libremente sus objeciones a la opresión religiosa o política, envuelven sus ideas en metáforas como ésta.

 

Esta obra hace referencia a los 175 buzos militares iraníes cuyos cuerpos fueron descubiertos –aún ataviados con el equipo de buceo y con las manos atadas a la espalda– en junio de 2015 dentro de una tumba colectiva en la frontera fluvial con Iraq. Los buzos desaparecieron durante la guerra de 1980-88 entre Irán e Iraq.

Foto: Mehrnoush Cheragh Abadi

Grafiti de un buzo militar en una pared al norte de Teherán. Esta obra hace referencia a los 175 buzos militares iraníes cuyos cuerpos fueron descubiertos –aún ataviados con el equipo de buceo y con las manos atadas a la espalda– en junio de 2015 dentro de una tumba colectiva en la frontera fluvial con Iraq. Los buzos desaparecieron durante la famosa operación Karbala 4, que tuvo lugar durante la guerra de 1980-88 entre Irán e Iraq. La recuperación de los cuerpos, en medio de afirmaciones de que habían sido enterrados vivos, reavivaría dolorosos recuerdos en Irán.

 

Grafiti que reproduce a un derviche danzante en honor a Rumi, poeta y místico persa del Siglo XXIII. El sufismo, pese a su presencia histórica en Irán, no es aceptado por el régimen islámico, y el Gobierno acusa y condena a los sufíes y derviches de “actuar contra la seguridad nacional” y de “propaganda contra el Estado”.

Foto: Mehrnoush Cheragh Abadi

Grafiti que reproduce a un derviche danzante en honor a Rumi, poeta y místico persa del Siglo XXIII. El sufismo, pese a su presencia histórica en Irán, no es aceptado por el régimen islámico, y el Gobierno acusa y condena a los sufíes y derviches de “actuar contra la seguridad nacional” y de “propaganda contra el Estado”.

 

Algunos artistas utilizan el grafiti para exponer sus ideas en lugares públicos. EXIT es un prolífico tagger que ha pintado su seudónimo artístico en numerosas paredes de Teherán.

Foto: Mehrnoush Cheragh Abadi

Algunos artistas utilizan el grafiti para exponer sus ideas en lugares públicos. EXIT es un prolífico tagger que ha pintado su seudónimo artístico en numerosas paredes de Teherán.

 

Grafiti del artista callejero Nafir en una cabina eléctrica cerca del Museo de Arte Contemporáneo de Teherán. La pieza, titulada I Stand Alone, es un motivo que ha sido reproducido en paredes, cabinas telefónicas y cabinas eléctricas por toda la ciudad.

Foto: Mehrnoush Cheragh Abadi

Grafiti del artista callejero Nafir en una cabina eléctrica cerca del Museo de Arte Contemporáneo de Teherán. La pieza, titulada I Stand Alone, es un motivo que ha sido reproducido en paredes, cabinas telefónicas y cabinas eléctricas por toda la ciudad.

 

Grafiti en un paso de peatones en Teherán. El texto farsi en negro podría traducirse por “Aquí tienes el arco iris”. El texto en verde, también en farsi, reza “Libertad de expresión”.

Foto: Mehrnoush Cheragh Abadi

Grafiti en un paso de peatones en Teherán. El texto farsi en negro podría traducirse por “Aquí tienes el arco iris”. El texto en verde, también en farsi, reza “Libertad de expresión”.

Este artículo ha sido traducido del inglés.