Restitución de objetos históricos entre la RDC y Bélgica: una colaboración duradera (más allá de los símbolos) se impone

Restitución de objetos históricos entre la RDC y Bélgica: una colaboración duradera (más allá de los símbolos) se impone

A ceremonial mask presented to the Democratic Republic of Congo by King Philippe of Belgium, during a ceremony at the National Museum of the Democratic Republic of Congo in Kinshasa on 8 June 2022.

(Arsene Mpiana/AFP)

En septiembre de 2023, un año después del inicio del proyecto PROCHE, Bart Ouvry, director del AfricaMuseum, el antiguo museo colonial construido por Leopoldo II al Este de Bruselas, viajó a Kinshasa para reforzar los programas de colaboración e intercambio cultural entre la República Democrática del Congo (RDC) y Bélgica.

Dirigido por Célia Charkaoui, PROCHE es un proyecto que estudia la procedencia de las obras y objetos que actualmente forman parte de las colecciones del museo, los cuales proceden, en su gran mayoría, de la República Democrática del Congo. Expoliadas por los colonialistas belgas, estas colecciones son testimonio de un pasado colonial violento; hoy podrían ser un terreno fértil para reconstruir la historia, pero también para la reparación entre ambos países.

Esta nueva colaboración forma parte de una serie más amplia de programas iniciados por varias instituciones europeas, en Francia, los Países Bajos y otros lugares, en respuesta a las peticiones de los países colonizados por estos últimos.

Restitución: ¿cuál es el desafío para la RDC?

Aun cuando la colonización belga de la RDC terminó oficialmente en 1960 con la independencia del país, la historia colonial y sus repercusiones son más actuales que nunca. En noviembre de 2022, la ministra congoleña de Cultura, Catherine Kathungu Furaha, presentó un decreto, validado desde entonces, en el que pedía la repatriación de los bienes, archivos y restos de cuerpos humanos que aún se encontraban en posesión de Bélgica, la gran mayoría de los cuales se encuentran en las colecciones del AfricaMuseum.

Este decreto ha dado lugar a la organización de una comisión nacional encargada de la repatriación de estos bienes, así como a intercambios más regulares entre las dos instituciones, el Museo Nacional de la República Democrática del Congo en Kinshasa y el AfricaMuseum. Actualmente se encuentra en proceso de discusión un futuro acuerdo bilateral entre la RDC y Bélgica.

En efecto, aun cuando la cuestión de la repatriación física de los bienes robados durante el periodo colonial es un tema central, en la RDC la palabra “restitución” se remite a una realidad mucho más amplia. El término se refiere más bien a un largo proceso de reconstrucción de la historia, pero también de reconstitución del saber, en particular entre las comunidades locales congoleñas.

Cinco investigadores trabajan actualmente en los archivos del AfricaMuseum en el marco del programa PROCHE, durante un periodo de tres meses, con el objetivo de recopilar información que permita remontar la historia de los objetos, para que puedan transmitirse mejor a las familias, las aldeas y los pueblos a los que pertenecen.

Hoy día, la restitución de los objetos plantea diversos desafíos. Como explica Augustin Bikalé, responsable de comunicación del departamento cultural de la UNESCO en Kinshasa, está por ver, o más bien por definir, qué objetos serán devueltos y qué impacto tendrá esta repatriación en la estabilidad de los pueblos afectados.

El ejemplo de la máscara Kakuungu Suku, expuesta actualmente en el museo de Kinshasa en el marco de un préstamo de Bélgica por un periodo de tiempo indefinido, demuestra que la elección de los objetos y el marco de su restitución deben proceder de la RDC.

Placide Mumbembele, profesor de la Universidad de Kinshasa y especialista en cuestiones de restitución, explica que este préstamo, que en su opinión ha reavivado las tensiones entre ciertas comunidades, muestra hasta qué punto los intercambios siguen siendo muy unilaterales. Propone remediarlo incluyendo a las comunidades congoleñas locales en las discusiones, pero también empezar cuanto antes con la repatriación de un objeto simbólico por provincia, es decir, un total de 26 objetos.

Asimismo, se trataría más de una cuestión de gobernanza que de traslado físico de los objetos expoliados. Por ejemplo, podría imaginarse una transferencia simbólica de la propiedad ahora mismo: este gesto invertiría el equilibrio de poder, porque sería la RDC la que prestaría sus objetos a Bélgica, y no al revés.

La descolonización en el punto de mira

La ley aprobada en Bélgica en junio de 2022, que reconoce “el carácter enajenable de los bienes vinculados al pasado colonial del Estado belga y establece un marco jurídico para su restitución y devolución”, acompañada de la visita del rey belga a Kinshasa, fue considerada en la RDC como insuficiente, e incluso como una prueba de que las relaciones Norte-Sur siguen basándose en relaciones de poder.

El hecho de que los archivos (fotografías, cuadernos de diario, etc.) y los restos humanos queden excluidos de la ley belga relativa a la restitución demuestra una clara falta de colaboración.

A este respecto, Placide Mumbembele afirma que en Europa “la restitución sigue presentándose como una transferencia del Norte al Sur, cuando debería ser una circulación, un intercambio, de bienes e ideas”. Plantea una serie de ideas para superar esta cuestión, tales como la organización de simposios científicos que se celebren en suelo congoleño, para que los conocimientos también puedan difundirse del Sur al Norte, así como préstamos entre museos, poniendo en pie de igualdad a los museos africanos y occidentales.

Hoy en día, sería difícil imaginar a un artista belga exponiendo en el Museo Nacional de la República Democrática del Congo, sin embargo, ésta es una vía interesante por explorar si quiere verse una cooperación igualitaria entre los dos países.

La financiación de la investigación, conservación y preservación del patrimonio es otra de las cuestiones planteadas, sobre todo por parte del comité científico del Institut des musées nationaux du Congo (IMNC). Como señala Henry Bundjoko, director del Museo Nacional de la República Democrática del Congo, “la pericia de los congoleños, por su conocimiento del terreno y de las comunidades, es crucial para colmar las lagunas de la historia que se deben a la colonización”.

Por tanto, hay que apostar por un diálogo abierto, con múltiples voces: entre los museos belgas y congoleños, entre sus expertos científicos, pero también entre la sociedad civil congoleña y las instituciones belgas, que deben poder escuchar esta pluralidad de voces.

Una colaboración a largo plazo

La investigación sobre la procedencia de los objetos, el acceso a los archivos y el trabajo científico sobre este patrimonio que aún se encuentra en Bélgica son elementos clave para establecer relaciones equitativas y duraderas; por lo cual este trabajo debe ser promovido y llevado a cabo por investigadores congoleños, que están en contacto directo con las comunidades de origen.

Con el proyecto SMART a punto de iniciarse en el AfricaMuseum, se está desarrollando un programa de “gestión ética y empoderamiento de las redes de instituciones museísticas y del patrimonio material en la RDC” con el objetivo de proporcionar apoyo institucional, mediante formación, refuerzo académico y apoyo técnico, a los museos congoleños y a los agentes culturales locales.

La colaboración también pretende sensibilizar al público europeo sobre estas cuestiones, ya que, como señala Augustin Bikalé, “la restitución es una cuestión que incumbe a la sociedad, que concierne a todos”. En la actualidad, cuando el AfricaMuseum celebra su 125 aniversario y su quinto año de reapertura, se organizan regularmente talleres, conferencias y exposiciones.

En el marco de la investigación sobre su procedencia, ahora también es posible recorrer la historia de los objetos analizados, gracias a un pequeño pictograma color de rosa que indica “procedencia”, en el que se hace referencia a la historia completa de los objetos.

Amzat Boukari Yabara, historiador especializado en panafricanismo, considera que esta iniciativa es necesaria, ya que los museos “no deben ser museos de arte, sino de historia”, con un objetivo educativo lejos de todo halo fetichista de objetos exóticos que se presentan a los europeos.

This article has been translated from French by Patricia de la Cruz