Los sindicatos, catalizadores de la paz y el desarrollo sostenible en Burkina Faso y Sierra Leona

Los sindicatos, catalizadores de la paz y el desarrollo sostenible en Burkina Faso y Sierra Leona

Participants in the ‘Fostering Sustainable Development through Social Dialogue in Africa’s Fragile States’ project are photographed outside La Bourse de Travail in Ouagadougou, Burkina Faso on 7 July 2022, the building which houses the four national centres in Burkina Faso that were involved in the project.

(Alex Nkosi)

Hace mucho tiempo que la región de África occidental es un mosaico compuesto por complejos problemas relacionados con la paz y la seguridad. En los últimos años, esta zona ha tenido que hacer frente a una confluencia de varias amenazas, que se funden en un lienzo de dificultades aún más complejo. El peligroso aumento del extremismo violento, la lacra de la piratería en sus litorales, el enorme abismo de la desigualdad social y los negros nubarrones de la violencia relacionada con las elecciones han agravado la delicada situación ya de por sí complicada debido a los conflictos previos. Por tanto, la inseguridad ha repercutido negativamente en los trabajadores y los sindicatos por igual en numerosos frentes, que abarcan desde la seguridad física y las dificultades económicas, hasta la disminución de la productividad, la pérdida de los puestos de trabajo y la ansiedad psicológica. En respuesta a estos retos, los sindicatos de Sierra Leona y Burkina Faso pusieron en marcha una iniciativa que está reconfigurando el contexto y redefiniendo el papel que desempeñan las organizaciones sindicales en dichos países.

El proyecto Fomentar el desarrollo sostenible mediante el diálogo social en los Estados frágiles de África está respaldado por la sección internacional de la central sindical holandesa FNV Mondiaal y dirigido por la CSI-África. Este proyecto pionero no solo trata de proporcionar a los sindicatos varias herramientas para el diálogo social; en realidad, tiene más que ver con empoderarles para que se conviertan en defensores de la paz.

El proyecto se inició en agosto de 2021 y concluyó en septiembre de 2023. Se puso en marcha en colaboración con el Sierra Leone Labour Congress (SLLC) de Sierra Leona y la Confédération Syndicale Burkinabé (CSB), la Confédération Nationale des Travailleurs Burkinabé (CNT-B), la Organisation Nationale des Syndicats Libres (ONSL) y la Union Syndicale des Travailleurs du Burkina (USTB) de Burkina Faso.

La situación de fragilidad en Burkina Faso y Sierra Leona

La inseguridad en Burkina Faso y Sierra Leona ha tenido unas repercusiones devastadoras para los trabajadores y los sindicatos. Desde 2015, el gobierno burkinés ha tenido que lidiar con un movimiento de insurgencia yihadista que ha desplazado a más de dos millones de personas. Los frecuentes actos de violencia y los atentados terroristas siguen constituyendo amenazas directas a la seguridad física de los trabajadores, por lo que se han interrumpido las actividades económicas, lo cual ha provocado una reducción de la productividad y una pérdida de ingresos.

La inseguridad en Burkina Faso también ha derivado en la pérdida del sustento, con unas consecuencias devastadoras para las familias y las comunidades, lo que ha provocado unas enormes dificultades económicas, así como un aumento de la pobreza y la vulnerabilidad. La mayoría de los trabajadores, en especial los del sector agrícola, se han convertido en desplazados internos. Los trabajadores y sus familias se han visto obligados a abandonar sus hogares y comunidades en busca de seguridad, dejando atrás sus trabajos y sus vidas.

Según UNICEF, en Burkina Faso el primer día del nuevo año académico 2023-2024 se clausuraron al menos 1 de cada 4 escuelas –6.149 en total– debido a la continua violencia e inseguridad en varias regiones del país. Como consecuencia, más de 31.000 docentes y más de un millón de niños ya no pueden volver a sus aulas, ya que temen por su seguridad. Fuera de las aulas, quedan expuestos a numerosas amenazas.

Desde que los militares tomaron el poder en septiembre de 2022, Burkina Faso ha sufrido una erosión de los derechos de sus trabajadores, ya que la inseguridad a veces se utiliza como excusa para suprimir dichos derechos y limitar su capacidad para organizarse, sindicarse o negociar colectivamente.

En algunos casos, los sindicalistas son víctimas del acoso, la intimidación o incluso la violencia, por lo que resulta complicado proteger los derechos e intereses de los trabajadores.

Sierra Leona ha avanzado mucho en el camino en pos de la paz y la seguridad desde que en 2002 se puso fin a la brutal guerra civil que asoló esta nación. El país, donde antes prevalecía el conflicto, ha logrado avances significativos en la implantación y mantenimiento de la estabilidad. Sin embargo, a pesar de los logros tan importantes, Sierra Leona sigue enfrentándose a varios retos relacionados con la paz y la seguridad, como el desempleo juvenil, la pobreza, la violencia de género, el control y el extremismo, entre otros asuntos. Durante la campaña para las elecciones generales de 2023, este país sufrió varios incidentes violentos con motivaciones políticas.

Un cambio de prioridades: de los salarios a la paz

Habitualmente, los sindicatos se han centrado en defender los derechos laborales, unos mejores salarios y unas mejores condiciones de vida y trabajo. Sin embargo, este innovador proyecto en Burkina Faso y Sierra Leona ha impulsado a los sindicatos a ampliar sus horizontes, instándoles a que adopten la paz y la seguridad como premisas ineludibles. El proyecto reconoce una verdad fundamental: sin estabilidad, el progreso económico es una mera ilusión. Por tanto, los sindicatos en estas dos naciones de África occidental han aceptado el reto de fomentar la paz con un notable entusiasmo.

Para esta transformación es fundamental el objetivo del proyecto de reforzar la capacidad de los sindicatos para participar de manera efectiva en el diálogo social. No se limita a proporcionarles habilidades, sino que también les ofrece los conocimientos y recursos necesarios para que se relacionen de manera constructiva con los empleadores, los funcionarios del gobierno y otros interlocutores. ¿Y cuál es el objetivo final? Cultivar un entorno en el que los debates abiertos produzcan unos resultados que beneficien a todas las partes, fomentando así una cultura basada en una paz duradera.

Tal vez uno de los grandes logros de este proyecto sean los foros por la paz organizados por los sindicatos. Dichos foros se utilizan como plataformas dinámicas para un diálogo abierto e inclusivo que constituyen puntos de encuentro entre interlocutores de diversos sectores de la sociedad. Mediante estos foros, los sindicatos están colaborando activamente con las comunidades locales, las organizaciones de la sociedad civil, las autoridades religiosas, los artistas y los funcionarios del gobierno para abordar las verdaderas causas de los conflictos y promover la coexistencia pacífica.

Otro de los elementos fundamentales de este proyecto es la formación integral sobre los flujos financieros ilícitos y sus graves consecuencias para los trabajadores de todo el mundo. Los sindicatos han obtenido una visión muy precisa sobre cómo estas actividades financieras encubiertas perpetúan la desigualdad, frenan el crecimiento económico y socavan la estabilidad social. Gracias a estos conocimientos, los sindicatos son ahora importantes promotores de unas políticas que luchen contra los flujos financieros ilícitos y garanticen que los recursos se destinen a proporcionar servicios sociales y mejorar la vida de los trabajadores, reforzando así la igualdad y promoviendo un entorno propicio para la paz duradera.

El impacto: una transformación profunda

El impacto de este proyecto sobre los sindicatos de Burkina Faso y Sierra Leona ha sido profundo. Estas organizaciones han aflorado como defensores proactivos de la paz y han superado sus roles tradicionales. Al abogar por el diálogo social, los sindicatos han desempeñado un papel crucial en la reducción de las tensiones, la resolución de conflictos y la construcción de puentes entre los diversos grupos. Asimismo, gracias a que el proyecto se centra en los flujos financieros ilícitos, los sindicatos han obtenido conocimientos mucho más amplios sobre el sistema económico global, lo que les ha permitido promover unas políticas que fomenten la transparencia y la rendición de cuentas. Si consiguen que se adopten, dichas políticas contribuirán a largo plazo a un crecimiento económico más equitativo y sostenible.

Uno de los logros más significativos de este proyecto ha sido el aumento de la participación de las mujeres en ambos países. El proyecto ha generado espacios donde las mujeres han recuperado la voz y aportado valiosas contribuciones al diálogo sobre la paz y la seguridad. Cabe destacar que las mujeres suelen ser las más afectadas por la devastación de la guerra y este proyecto ha incrementado su participación en los debates y foros por la paz. Las mujeres se han convertido en las garantes de la paz y su participación activa está cambiando el relato.

El objetivo final del proyecto consistía en contribuir a una paz y una seguridad sostenibles en Burkina Faso y Sierra Leona. No solo se ha logrado dicho objetivo, sino que también se ha conseguido un considerable aumento de la competencia de los sindicatos en ambos países.

Aunque habitualmente estos sindicatos se centraban principalmente en los retos cotidianos a los que se enfrentan los trabajadores, este proyecto ha impulsado un cambio profundo de paradigma. Es evidente que el trabajo de los sindicatos trasciende el ámbito de los asuntos más inmediatos y está íntimamente ligado a cuestiones más amplias como las de la paz y la seguridad, lo que afecta directamente a la productividad de los trabajadores y a las condiciones generales de trabajo.

Basado en la situación específica relacionada con la paz y la seguridad en ambos países, dicho proyecto fue muy oportuno, pues abordaba las verdaderas necesidades de las poblaciones, contribuyendo a la consolidación de la paz, que está directamente relacionada con la prosperidad en cualquier región.

En palabras del ministro de Trabajo de Sierra Leona, Mohamed Rahman Swaray: “El proyecto educó a la población, lo que es crucial para el desarrollo del país”. Al participar activamente en iniciativas por la paz y la seguridad, los sindicatos no solo protegen los intereses de sus miembros, sino que también muestran un claro compromiso con el bienestar global de la clase trabajadora. Dicho proyecto ha demostrado que los sindicatos pueden actuar como importantes catalizadores para lograr un cambio positivo si abordan las verdaderas causas de los conflictos y la inseguridad, promoviendo así un entorno propicio al crecimiento económico y la protección de los puestos de trabajo.

El avance de los sindicatos en Burkina Faso y Sierra Leona representa un faro de esperanza para las organizaciones sindicales de todo el mundo. Al priorizar la paz junto a los intereses económicos, estos sindicatos se han convertido en catalizadores para un cambio positivo en los Estados frágiles. A medida que estos sindicatos siguen avanzando, su trabajo constituye una fuente de inspiración, pues demuestran que mediante la colaboración y el planteamiento estratégico, pueden convertirse en importantes defensores de la paz, la seguridad y la prosperidad, incluso en los contextos más complicados. Este proyecto ha dejado una huella que perdurará en la CSI-África y en el futuro de los movimientos sindicales de todo el mundo, pues ha abierto el camino hacia una paz y un desarrollo duraderos.