Precariedad y vigilancia: las plataformas digitales, cada vez más ricas gracias a las regiones más pobres de Europa

Precariedad y vigilancia: las plataformas digitales, cada vez más ricas gracias a las regiones más pobres de Europa

Faced with economic and employment instability, ever more workers are juggling traditional work with online work as a second source of income.

(María Crespo, ET; Riccardo Milani/Hans Lucas, via AFP. Composition: Fátima Donaire)

La tecnología impregna nuestras vidas y nuestro cotidiano. Crea nuevas oportunidades de progreso laboral pero también trampas que perpetúan la precariedad de los trabajadores más vulnerables. El reciente estudio del Instituto Sindical Europeo Juggling online gigs with offline jobs (Haciendo malabarismos entre trabajos en línea y trabajos en el mundo real), revela cómo los trabajadores de plataformas digitales, vía Internet o bajo demanda, no sólo tienen empleos en el mundo real (offline) precarios, sino que viven en los mercados laborales regionales menos favorables de la Unión Europea.

Un paisaje cotidiano cuyos protagonistas –desde repartidores o transportistas monitorizados, vinculados a plataformas digitales; a creativos que trabajan a través de Internet– realizan sus tareas en condiciones de inestabilidad laboral y económica.

Si elevamos la mirada, “en el mapa de las regiones con mayor proporción de trabajo por Internet encontramos, por ejemplo, Normandía y Borgoña en Francia; la región central de Polonia; Bremen, Sarre y Sajonia en Alemania; el centro de Bulgaria; el este y el centro de Irlanda, Stredné Slovensko en Eslovaquia, Nisia Aigaiou y Creta en Grecia, el este de España, el sur de Italia, el oeste de Austria, el noroeste y el centro de Rumanía o Transdanubia en Hungría”, desarrolla el investigador Wouter Zwysen, coautor del estudio junto a Agnieszka Piasna, a Equal Times.

Por tanto, el análisis estadístico muestra que las personas que vivían en una zona con una tasa de desempleo muy alta (13%), en lugar de en una zona con una tasa de desempleo muy baja (2%), tenían un 25% más de probabilidades de trabajar por Internet. Los datos proceden de un estudio transnacional llevado a cabo en 14 países europeos –representativos del 84% de la población en edad laboral de la UE de los Veintisiete– para medir el alcance del trabajo en línea y a través de plataformas digitales.

El trabajo en línea de baja calidad es más frecuente en las regiones de la UE con menos oportunidades

Los resultados revelan una estrecha correlación entre la calidad del trabajo tradicional y la permeabilidad del trabajo en línea. Frente a la inestabilidad económica y laboral, cada vez más trabajadores hacen encaje de bolillos para compatibilizar el trabajo tradicional con el realizado a través de Internet, como segunda fuente de ingresos.

“Aunque el mercado laboral digital puede crear oportunidades laborales hasta cierto punto, nosotros interpretamos la situación más como un problema con la calidad de los empleos tradicionales, que deben ofrecer mejores condiciones. Sin embargo, lo que no pudimos abordar es hasta qué punto el trabajo en plataformas puede servir de trampolín hacia empleos más tradicionales. Otros proyectos están estudiando esta cuestión, utilizando datos longitudinales, y hasta ahora no parece que exista una relación clara: estos empleos no parecen proporcionar un camino hacia trabajos mejores para los trabajadores más vulnerables”, expone Zwysen.

El estudio muestra un grado diferente de integración entre los mercados de trabajo tradicional y en línea en los distintos países de la UE. En los países de Europa Central y Oriental (Estonia, Polonia, Hungría, Chequia y Eslovaquia), la gran mayoría de los trabajadores a través de Internet también tienen empleos fuera de la red. En cambio, en Francia y Grecia, menos del 60% de los trabajadores en red lo hacen en la economía tradicional.

Distintos tipos de plataformas, diversas luchas

“Las plataformas digitales producen y reproducen tendencias, desde la desregulación del mercado de trabajo –a través de la precarización y la devaluación de las condiciones de contratación de los trabajadores en la economía bajo demanda (gig economy)–, hasta otras más recientes como la gestión algorítmica para medir la productividad de los trabajadores y vigilar su trabajo. Dado que pueden intensificar y reproducir desigualdades, es fundamental analizarlas”, cuenta a Equal Times Sarrah Kassem, profesora e investigadora asociada de Economía Política en el Instituto de Ciencias Políticas de la Universidad de Tubinga, Alemania.

Al hablar de trabajo a través de plataformas digitales es importante analizar dos dimensiones. La naturaleza de la propia plataforma, es decir, si está centrada en la geolocalización –como en el caso de los trabajadores de almacén de Amazon o los conductores de Uber; en ambos esa localización es clave para realizar las tareas–; o si es una plataforma digital en línea, como en el caso de Amazon Mechanical Turk, donde los trabajadores hacen microtareas desde sus pantallas y en cualquier parte del mundo.

Y, en segundo lugar, la naturaleza del trabajo, cómo se paga a los trabajadores: de una forma más tradicional, por horas, como en los puestos de almacén; o por cada trabajo realizado, como en el caso de Uber, por ejemplo.

El modo en que confluyen estas dos dimensiones tiene consecuencias en la forma en que los trabajadores son organizados por la plataforma y alienados en el lugar de trabajo (la duración de la relación laboral, si conocen a sus compañeros, las condiciones de trabajo con remuneraciones generalmente bajas…), pero también en cómo los trabajadores se organizan a sí mismos, de acuerdo con esta experta.

“Aunque los trabajadores se enfrentan a la explotación y la vigilancia en todas las plataformas, vemos cómo la economía de plataforma trae consigo formas muy diversas de resistencia y organización laboral, que puede ser de corte tradicional, ya sea sindicalización, campañas sindicales y acciones industriales como huelgas. Lo hemos visto especialmente en plataformas de geolocalización, tanto en las que remuneran de forma tradicional –como los almacenes de Amazon–, como en las que lo hacen bajo demanda –como en el caso de los repartidores de comida–”, comenta Kassem, autora del libro Work and Alienation in the Platform Economy – Amazon and the Power of Organization (Trabajo y alienación en la economía de plataforma: Amazon y el poder de la organización), publicado a comienzos de 2023.

¿Qué ocurre cuando los trabajadores están en cualquier lugar del mundo y no se conocen entre sí? “Los trabajadores de la economía bajo demanda, como Amazon Mechanical Turk, impulsan formas más creativas de organización laboral. Si miramos de cerca, podemos ver cómo instrumentalizan la infraestructura de Internet para solidarizarse en línea y darse consejos unos a otros; en Turkopticon, los trabajadores ponen nota a los proveedores de tareas; en Reddit, los trabajadores abren diálogos sobre cuál es la mejor manera de navegar por la plataforma”, detalla.

E insiste en que es fundamental profundizar en las características concretas de cada tecnología sin olvidar la realidad de las personas que las utilizan. “El contexto político-económico y nacional del lugar donde se encuentran los trabajadores también desempeña un papel crucial. Estas plataformas operan en estos contextos y, por lo tanto, están conectadas con las relaciones laborales y las leyes existentes en ellos, que pueden apoyar su modelo de plataforma, pero potencialmente también regularlas. Los trabajadores no son ajenos a los contextos en los que se encuentran y a sus mercados laborales racializados o condicionados por el género”, expone a Equal Times.

La importancia de una regulación adecuada

¿Debe el trabajo vía plataformas considerarse una sección separada del mercado laboral sólo porque la innovación digital permite ahora conectar en línea la oferta y la demanda de mano de obra a una velocidad récord? Para la investigadora postdoctoral en el Instituto de Derecho Laboral de la universidad belga KU Lovaina, Ilda Durri, la respuesta debería ser negativa ya que las condiciones laborales del trabajo a través de plataformas se asemejan en muchos aspectos al trabajo eventual, “una forma de trabajo que lleva entre nosotros desde el siglo XIX”.

“Ambas modalidades de trabajo se caracterizan por una duración muy corta (pero también, en algunos casos, larga) de las horas de trabajo, combinada con una naturaleza impredecible. Esto repercute en la estabilidad de los ingresos y el empleo de estos trabajadores, que no están seguros de si tendrán trabajo o ingresos para el próximo día, o incluso para la próxima hora”, destaca a este medio Durri, especializada en el trabajo en plataformas, el trabajo informal y el futuro del trabajo.

Estas características compartidas son un indicador de que el trabajo a través de plataformas o Internet forma parte de tendencias más amplias del mercado laboral, como el trabajo eventual.

Incluir el trabajo a través de plataformas dentro de este marco es importante para la experta, puesto que “ya existe un modelo disponible para la regulación de los trabajadores eventuales, que puede utilizarse también para los trabajadores de plataformas digitales. Estos últimos han sido objeto, hasta ahora, sólo de una regulación parcial (como es el caso de España), o de algunas iniciativas legales que aún no han sido aprobadas (por ejemplo, en la Unión Europea)”.

Al focalizar nuestra atención en este debate (la naturaleza de los empleos a través de plataformas en Internet y sus implicaciones en la vida de los trabajadores), se observan grandes retos en el horizonte: desde desarrollar normativas y políticas específicas para mejorar las condiciones de trabajo y las relaciones laborales de los trabajadores de las plataformas, al apoyo a sus derechos de asociación y organización o una mayor transparencia en el uso de la tecnología.

This article has been translated from Spanish.