La UGTT: de las fábricas a las mezquitas

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Uno no suele encontrarse a imanes que sean sindicalistas activos. Sin embargo, la federación sindical tunecina l’Union Générale Tunisienne du Travail (UGTT) organiza a los trabajadores/as de todos los sectores.

La UGTT está intentando negociar el estatus de funcionariado, los contratos indefinidos y los salarios decentes para el personal de las mezquitas. Sin embargo, los políticos están dificultando dicho proceso de sindicalización.

 

Fadhel Achour pertenece al Syndicat de la Mosquée Zitouna Al Maamour y su colega Bechir Arfaoui es el coordinador de los Cadres des Mosquées de la UGTT.

El Ministerio de Asuntos Religiosos despidió hace poco al señor Arfaoui, que está luchando por su reincorporación.

En 1959, el líder independentista de Túnez, Habib Bourguiba, nacionalizó las mezquitas del país.

El Estado se hizo cargo de las propiedades de las mezquitas y sus trabajadores (los imanes, almuecines y administradores) se convirtieron en funcionarios del Estado.

Aun así, no les otorgaron los contratos típicos de la función pública. En cambio, pasaron a percibir una asignación mensual de 40 dinares que, en 1992, se incrementó hasta 120 dinares (unos 60 euros).

El señor Achour nos explicó que, después de la revolución de enero de 2011, los trabajadores de las mezquitas contactaron con la UGTT para negociar los contratos, los salarios y las condiciones laborales.

En los últimos dos años, se han afiliado al sindicato alrededor de 6.000 trabajadores de este sector, es decir, aproximadamente un tercio del total de la mano de obra empleada en las casi 5.000 mezquitas del país.

Tras la revolución de enero de 2011, los tunecinos votaron en las primeras elecciones libres que se celebraban desde 1956, fecha en que consiguieron la independencia. Actualmente, el partido mayoritario Ennahda gobierna mediante una coalición con otros dos partidos menores.

 

Política y religión

El Ennahda forma parte del ‘islam político’, cuyo objetivo se ha descrito como un cambio esencial del “cariz religioso, intelectual y político de los musulmanes de todo el mundo hacia una forma más impoluta e ‘islámicamente auténtica’”.

El Ennahda tilda a sus oponentes de ‘ateos’ y estos aseguran que el partido mayoritario ejerce demasiada influencia en las mezquitas.

Según los señores Achour y Arfaoui, en los últimos 19 meses, los imanes políticamente neutrales han sufrido más de 1.055 agresiones por parte de miembros del Ennahda que pretendían echarles y reemplazarles con afiliados a su partido.

Afirman que alrededor de la mitad de las mezquitas tunecinas se encuentran bajo el control del Ennahda y que otras 178 están controladas por un ala del movimiento salafista, que también respalda el islam político.

En una entrevista, el chargé d’affaires del Ministerio de Asuntos Religiosos, Sadok Arfaoui (que no es pariente del anterior entrevistado), reconoció que se habían producido algunas agresiones, pero puntualizó que las habían llevado a cabo “fundamentalistas“ y no seguidores del Ennahda.

Asimismo, aseguró que las reclamaciones se habían derivado a la policía y que ésta las estaba investigando.

Además, tildó la cifra de 1.055 agresiones de “exagerada”.

Según este alto cargo, solo 80 mezquitas están controladas por los salafistas.

Cuando le preguntamos acerca de la influencia del Ennahda en las mezquitas, contestó que el ministerio no tiene en cuenta la afiliación política de su personal.

“Cuando nombramos a un imán, no nos interesa a qué partido pertenece. Lo que nos interesa es que no manipule a la mezquita”, explicó a Equal Times.

Si a finales de este año se celebran elecciones, el tema de la neutralidad política de los imanes puede resultar importante. Según datos de 2012, alrededor del 60% de la población es musulmana practicante, aunque nominalmente casi los 10,7 millones de habitantes de Túnez son musulmanes.

Actualmente, Túnez se encuentra inmersa en un período de gran inestabilidad, debido a la elevada tasa de desempleo y al asesinato de dos destacados políticos de izquierdas: Chokri Belaïd y Mohamed Brahmi.

En el país se han celebrado manifestaciones masivas de opositores que exigían la dimisión del Ennahda, la disolución de la Asamblea Nacional Constituyente y la celebración de nuevas elecciones.

El 6 de agosto, el presidente de la Asamblea Nacional, Mustafa Ben Jaafar, suspendió las actividades parlamentarias de la cámara.

A continuación, pidió a la poderosa UGTT que negociara con los partidos para salir del punto muerto. El 12 de agosto, Houcine Abbassi, el Secretario General de la UGTT, se reunió con el líder del Ennahda, Rached Ghannouchi, pero las negociaciones continúan en punto muerto.

Mientras tanto, la UGTT sigue sindicalizando las mezquitas.