¿Qué cuenta como trabajo?

 

Cuando los indicadores clave del mercado de trabajo apenas se mueven mientras que millones de personas sufren las consecuencias de la crisis económica más profunda en décadas, es hora de revisarlos.

Los indicadores deficientes conducen a una política pública deficiente.

La crisis mundial pone de relieve la necesidad de establecer normas internacionales claras y pertinentes para recabar estadísticas laborales y evaluar las tendencias del mercado de trabajo.

Esta tarea recae en la Conferencia Internacional de Estadísticos del Trabajo (CIET), convocada por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) cada cinco años en Ginebra.

Entre el 2 y 11 de octubre de este año, la 19a CIET reexaminará y reajustará las directrices para la medición del trabajo y la fuerza de trabajo.

Las normas actuales datan de la 13a CIET en 1982.

Hace 30 años, el objetivo principal de las estadísticas sobre el empleo era medir los aportes de la mano de obra a la producción, calcular el PIB y medir el crecimiento económico, y la lente para medir el empleo y el desempleo se adoptaba para responder a la necesidad de elaborar las cuentas nacionales.

Por ello, la población ‘económicamente activa’ se definía como las personas contratadas (o que deseaban ser contratadas) para producir los bienes y servicios incluidos en el PIB. Esto significaba que:

  • Las personas (en particular las mujeres) que realizaban tareas domésticas no estaban incluidas en la población ‘económicamente activa’, aunque su trabajo contribuya claramente al hogar y al bienestar nacional, ya que la producción de servicios domésticos para el autoconsumo no se considera producción en las cuentas nacionales;
  • Las personas dedicadas a la producción de subsistencia se contaban como ‘empleadas’, aunque reciban pocos o ningún ingreso y (la mayoría) querrían tener un trabajo remunerado si lo hubiera.

Hoy en día, los responsables de la formulación de políticas quieren obtener información sobre los mercados de trabajo, la eficacia de los programas para el mercado de trabajo, la subutilización de la fuerza de trabajo, la participación de subgrupos diferentes de la población y el compromiso con la economía de mercado.

Para países en los que el 80% de la población se dedica a la agricultura de subsistencia, una tasa de desempleo oficial baja que es estable a lo largo del tiempo es un instrumento estadístico engañoso.

Clasificar a la personas que mantienen a las familias a flote como ‘económicamente inactivas’ es a la vez incorrecto y ofensivo.

 

Un nuevo marco

La 19a CIET examinará un marco totalmente nuevo, diseñado para medir todas las formas de trabajo realizadas por personas mayores de 15 años usando un criterio ‘de propósito principal’.

Utilizando el criterio de una hora para capturar toda la aportación y el trabajo de la mano de obra, se han propuesto cinco categorías nuevas de trabajo:

  • El trabajo de producción para el autoconsumo es el trabajo realizado con el propósito principal de proporcionar bienes o servicios destinados al uso propio/del hogar
  • El empleo es el trabajo cuya finalidad principal es generar ingresos
  • El trabajo de personas en formación es el trabajo cuyo propósito principal es adquirir competencias o experiencia laboral
  • El trabajo voluntario es el trabajo cuya finalidad principal es ayudar a otros
  • Otro trabajo incluye formas de trabajo impuestas por el Estado, como trabajo impuesto judicialmente como servicio a la comunidad o trabajo obligatorio necesario para recibir una prestación social

Cualquier semana, la mayoría de las personas pasa tiempo realizando una o más formas de trabajo.

Por ejemplo, pueden estar empleados (es decir, trabajo asalariado) y también desempeñar tareas domésticas, trabajar como voluntarios en una organización de la comunidad, estudiar o combinar varias de estas formas de trabajo.

El objetivo principal de este ejercicio es dividir a los trabajadores y trabajadoras en las cinco categorías sin contarlos dos veces para contar con estimaciones precisas de la fuerza de trabajo.

 

Empleo, subempleo y la fuerza de trabajo en el nuevo marco

Cuando el propósito principal del trabajo realizado sea la producción para el autoconsumo o el consumo en el hogar, ya no se contará al/a la trabajador/a como ‘empleado/a’, incluso cuando un parte de la producción se destine al trueque o la venta.

Esto es un cambio importante para los países en los que la mayoría o muchos/as de los/las trabajadores/as se dedican a la agricultura de subsistencia y tienen poco o ningún contacto con la economía de mercado.

Esto identificará cambios en los porcentajes de población dedicados a la producción de subsistencia y con empleos remunerados.

Medirá adecuadamente el desempleo mercado-sector y ayudará a cuantificar (en lugar de ocultar) la verdadera magnitud de la fuerza de trabajo subutilizada en el país.

Salvo personas que se dedican al trabajo de producción para el autoconsumo, una persona que trabaje por lo menos una hora con el propósito principal de generar ingresos será considerada como empleada. Esto incluye a los/las empleados/as y los/las trabajadores/as por cuenta propia.

Por desgracia, hasta la fecha el Departamento de Estadística de la OIT no ha propuesto criterios para determinar lo que constituye ‘un ingreso’ para que el trabajo cuente como empleo.

La 18a CIET reconoció el ‘sueldo bajo’ como una forma inadecuada de empleo y pidió que se midiera.

En nuestra opinión, la finalidad principal del trabajo es generar ingresos y si los ingresos generados son irrisorios, entonces no debería contar como empleo.

Una definición de ingresos adecuada a las circunstancias nacionales – como dos tercios de la media de los ingresos por hora o el salario mínimo por hora nacional – es esencial para cualquier medición significativa del empleo, no sólo la medición del trabajo decente.

Las personas que no trabajen por lo menos una hora con la finalidad principal de generar ingresos, pero que trabajen por lo menos una hora por otros motivos, serán clasificadas en función del propósito principal de su trabajo como personas en formación, voluntarios/as, etc., pero no serán contabilizadas como empleados/as.

Se clasificará a una persona como ‘desempleada’ si:

  • Se encontraba ‘sin empleo’ la semana anterior, y
  • Ha estado buscando activamente trabajo durante el último mes, y
  • Está disponible para empezar a trabajar en un plazo breve

La ‘fuerza de trabajo’ es el total de personas empleadas y desempleadas. La tasa de desempleo es el número de personas desempleadas dividido entre la fuerza de trabajo.

 

Subempleo

Una persona se encuentra en una situación de subempleo por insuficiencia de horas cuando trabaja menos horas que en un empleo a tiempo completo y quiere trabajar más horas.

Asimismo, una persona puede estar subempleada si tiene competencias que no se utilizan en su empleo actual (‘inadecuación de competencias’).

La 18a CIT pidió a la OIT que desarrollara criterios para medir la inadecuación de competencias para su consideración por la 19a CIT con miras a adoptar una norma internacional, pero la Oficina todavía no ha avanzado mucho al respecto.

El nuevo marco propone que se mida y notifique el ‘déficit en la oferta de trabajo’ basado solamente en el subempleo por insuficiencia de horas.

Cuando se añade a las cifras de desempleo, proporciona un indicador más amplio de la verdadera necesidad de más y mejores empleos, pero no es lo suficientemente amplio para abarcar el alcance total del subempleo.

 

Subutilización y ‘vínculo marginal’

Existen varias dimensiones en la subutilización de la fuerza de trabajo.

Los/las ‘trabajadores/as desmotivados/as’ son personas sin empleo que están disponibles para empezar a trabajar en un plazo breve pero que han dejado de buscar trabajo activamente.

Un grupo más pequeño puede estar buscando trabajo pero no estar disponible para empezar en un plazo breve.

Históricamente, se ha considerado que este grupo tiene un ‘vínculo marginal’ con el mercado de trabajo.

El nuevo marco propone que se mida y notifique este ‘vínculo marginal’.

Cuando se suma a las cifras de empleados/as y desempleados/as, proporciona un indicador todavía más amplio de la verdadera necesidad de más y mejores empleos.

 

Personas en formación y aprendices

La propuesta de la OIT para un nuevo marco se enfrentó a ciertas dificultades a la hora de encontrar una clasificación adecuada para las personas en formación y los/las aprendices.

La situación difiere enormemente entre países, ya que en muchos casos el aprendizaje y las prácticas son remunerados y se aproximan mucho al empleo (el propósito principal es generar ingresos), mientras que en otros el trabajo no se remunera (la finalidad principal es adquirir competencias o experiencia laboral).

La OIT propuso agrupar a todos/as los/las aprendices y personas en formación en la categoría de ‘personas en formación’, suprimiéndolos del empleo y la fuerza de trabajo y eliminando del grupo de desempleados a las personas jóvenes que quieren obtener este tipo de prácticas.

Los/las trabajadores/as, empleadores y la mayoría de expertos gubernamentales se opusieron enérgicamente a esta propuesta, la cual, como mucho, recibió un apoyo vacilante de algunos observadores internacionales.

 

¿Y ahora qué?

La 19a CIET establecerá el marco para generar estadísticas relativas al trabajo y la fuerza de trabajo en las próximas décadas.

La decisión se determinará si es necesario por votos emitidos.

Obtener mejores datos sobre la verdadera necesidad de más y mejores trabajos puede ayudar a reorientar las políticas.

Los sindicatos deberían plantear las cuestiones a sus gobiernos antes de la CIET para recalcar la importancia de una nueva definición de trabajo, la inclusión de un criterio de ingresos en la definición de empleo, la medición amplia e integral del subempleo y la subutilización y la inclusión de los/las aprendices y las personas en formación en el empleo en el que el objetivo principal es generar ingresos.

Esto suena más bien seco y técnico, pero ocultar o revelar la verdadera situación del empleo es algo evidente y extremadamente político.

 

Este artículo se publicó originalmente en Global Labour Column.

 

 

 

Este artículo ha sido traducido del inglés.