El tremendo desempleo juvenil

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Tomando en cuenta que más de uno de cada tres de los jóvenes del mundo en edad de trabajar no tienen empleo o viven en la pobreza, un nuevo estudio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) muestra que se han producido ligeras mejoras en las perspectivas de empleo, pero aún se está muy lejos de superar los desajustes respecto a las competencias y crear puestos de trabajo de calidad.

De acuerdo con “Tendencias Mundiales del Empleo Juvenil 2015”, la tasa mundial de desempleo juvenil se ha reducido ligeramente, aunque sigue situándose en el 13%, muy por encima del nivel previo a la crisis del 11,7%. En 2014, el número de jóvenes adultos desempleados se situaba en 73,3 millones. Las perspectivas para 2015 apuntan a un ligero incremento llegando a situarse en el 13,1%.

El informe, publicado el pasado 8 de octubre, viene a reforzar el nuevo Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) núm. 8 de las Naciones Unidas: promover el trabajo decente para todos, comenta su autora Sara Elder en una entrevista telefónica concedida a Equal Times desde la sede de la OIT en Ginebra.

Formación, incentivos fiscales, subsidios, inversión pública e intentar lograr empleos de calidad forman parte de la solución, según afirma.

Elder indica que este informe anual de la OIT ha servido como herramienta de presión para lograr que se estableciera el ODS 8. “Las conclusiones del informe están ligadas a los continuos problemas que encontramos en las economías en desarrollo: los trabajadores pobres. Uno de cada tres jóvenes que trabajan vive con menos de 2 USD al día. Esto demuestra que pese a toda la atención y las inversiones realizadas, y que los donantes están desembolsando dinero para solucionar el problema, no se consigue marcar la diferencia como se debería”.

 

Unas estrategias funcionan, otras no

El informe indica que las estrategias para el empleo juvenil “deberían articular la combinación e interacción de políticas macroeconómicas, políticas laborales y de empleo, y otras intervenciones orientadas específicamente a los jóvenes, en particular a los más desfavorecidos”.

Algunas acciones efectivas para atacar el problema incluyen el que los países donantes destinen más dinero a infraestructuras en el mundo en desarrollo, para crear más puestos de trabajo, como está haciendo el Banco Europeo de Inversiones, afirma Elder.

Y en Europa, la denominada Garantía Juvenil de la Unión Europea (UE) ha logrado apuntar a aquellos jóvenes a los que resulta más difícil llegar, para ayudarlos a efectuar la transición de la escuela al trabajo.

“Portugal ha adoptado un enfoque proactivo hacia los jóvenes que han abandonado la búsqueda de empleo, utilizando las redes sociales, boletines en el metro, jóvenes hablando con jóvenes”, indica Elder.

“En Italia, la cosa va más despacio, pero el Gobierno es consciente del problema y sabe que tienen que acelerar”.

Elder reconoce que la Garantía Juvenil “no va a crear nuevos puestos de trabajo, pero puede asegurarse de que los y las jóvenes no renuncien por completo, mantenerlos en el sistema mediante formación o empleos temporales. Todo ello mientras el crecimiento económico vaya encarrilándose, como en Irlanda y España”.

Exhorta a que se establezcan más asociaciones público-privadas para resolver los desajustes de competencias. “Las empresas tienden a echarle la culpa al sistema educativo, sin implicarse en el sistema para trabajar juntos a fin de conseguir jóvenes con la formación que están buscando”.

Elder constata que donde mejor funciona “es ahí donde se cuenta con un sistema de aprendizajes fuerte como en Alemania, Austria y Suiza, que pueden ser un modelo para otros países”.

El informe pide asimismo mejores condiciones laborales y protección social. Señala que vincular la inversión en infraestructura con las políticas de mercado de trabajo “impulsaría tanto la cantidad como la calidad de los empleos para los jóvenes”.

Elder rechaza las críticas que afirman que las demandas salariales y de condiciones de trabajo por parte de los sindicatos hacen que resulte más difícil para las empresas contratar a jóvenes.

“Eso es falso. Trabajar con los sindicatos para conseguir mejorar la calidad de los puestos de trabajo, desemboca en progresos respecto al empleo. El crecimiento económico requiere que se invierta en empleos de calidad. De lo contrario, se estará malgastando el dinero en paquetes de ayuda”.