Bélgica: la fábrica Ford Genk cerrará sus puertas en 2014

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Los trabajadores de la planta de Ford en Genk, Bélgica, lo vieron venir desde el anuncio de un comité de empresa extraordinario por parte del fabricante de automóviles, este miércoles por la mañana.

A los 5 minutos de la reunión, la noticia cayó como una bomba. La fábrica cerrará sus puertas en 2014.

 

Es una ducha de agua fría para los 4700 trabajadores y trabajadoras de la fábrica Ford Genk.

También se verán afectados por el cierre otros 5000 empleos indirectos, de los proveedores, por ejemplo.

Según la última información, la producción de un modelo, el Ford Mondeo, continuará en 2013 y luego se trasladará a Valencia, en España.

Para los sindicatos belgas, la CSC y la FGTB, “el trago es muy amargo para toda la región y especialmente para los trabajadores afectados y sus familias”.

Para los trabajadores es la incomprensión total.

Todavía el pasado mes de septiembre, un acuerdo estipulaba que la producción del Mondeo permanecería en Genk si los trabajadores aceptaban un recorte salarial del 12%.

La dirección europea también había prometido a los sindicatos que planificaría inversiones.

En los últimos días, varias fuentes, incluyendo la agencia de noticias Reuters, mencionaban informes bastante sombríos en relación con las instalaciones de la planta belga.

Lo que se confirmó esta mañana con el anuncio de cierre.

El cierre de Ford Genk plantea varias interrogantes. Kris Peeters, Ministro Presidente de la Región de Flandes, sugirió, tras el anuncio esta mañana, que el problema se debería, sin duda, al elevado costo de la mano de obra.

Sin embargo, el sector del automóvil no resulta más caro en Bélgica que en Alemania, donde los cierres son raros.

Además, según John Crombez, Secretario de Estado para la lucha contra el fraude, los trabajadores son muy productivos a nivel europeo y mundial. “Las empresas piden subsidios para tener bastante rentabilidad. En cuanto lo logran, se van.”

¿Por qué las empresas que reciben estas ayudas no deberían reembolsarlas y pagar una indemnización en caso de marcharse antes de tiempo? Este es un gran debate.

La industria del automóvil experimenta dificultades en Bélgica desde hace muchos años.

En diez años se ha reducido a la mitad. Cuando en 2001 se montaban en Bélgica casi 1, 2 millón de coches y camiones, el año pasado salieron de las fábricas belgas solamente 525.000 vehículos.

Todavía está presente en las memorias el cierre de la planta Opel, en Amberes, por parte de General Motors en enero de 2010, y el terremoto que provocó.

Las dificultades de Ford Genk hacen pensar inevitablemente en el caso de General Motors en Estados Unidos.

El diario belga Le Soir recordó esta mañana que el Gobierno de EE.UU. desempeñó todavía hace poco un papel importante en el sector del automóvil organizando una reducción de la capacidad de producción, paralelamente a una reconversión.

No cabe duda de que la Comisión también tendría que jugar un papel fundamental para impulsar el potencial europeo.

En Francia, el Estado va a ayudar financieramente al fabricante de automóviles PSA Peugeot Citroën.

A cambio, el Estado y los trabajadores asalariados ocuparán cada uno un asiento en el consejo de administración del fabricante de automóviles.

Así lo indicó el Primer ministro Jean-Marc Ayrault.

Mientras tanto, como ocurre con demasiada frecuencia en los últimos meses, es toda una región la que se verá afectada por el cierre de Ford Genk.

El futuro se anuncia más que sombrío para muchas familias flamencas.

 

This article has been translated from French.