Se reanudan las negociaciones sobre el cierre patronal de la LNH

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La Liga Nacional de Hockey (LNH) norteamericana y la Asociación de Jugadores de la Liga Nacional de Hockey (AJLNH) se dirigen nuevamente a la mesa de negociaciones, apenas una semana después de que se estancaran las conversaciones para poner fin a un conflicto laboral de tres meses.

El cierre patronal, que ha paralizado uno de los deportes más populares de Norteamérica, ha sido descrito como una lucha entre los propietarios multimillonarios de los más destacados clubes de hockey sobre hielo y las millonarias estrellas del juego – los pobres aficionados se han quedado atrapados en el medio.

Sin embargo, el sindicato de jugadores considera que su oposición al cierre impuesto por la LNH es determinante en la lucha generalizada contra las prácticas agresivas de los directivos concebidas para obligar a los trabajadores a aceptar unos convenios que incorporan salarios más bajos o unas normas laborales menos rigurosas.

"Nosotros lo percibimos como una verdadera cuestión sindical”, ha asegurado a Equal Times Alex Dagg, directora de operaciones de la Asociación de Jugadores de la Liga Nacional de Hockey.

 "Si los propietarios pueden utilizar este tipo de tácticas enérgicas contra los jugadores de hockey, lo que otros sindicatos deben observar es quién se considera que pudiera tener mayor poder de negociación que el empleado típico”, dijo Dagg en el transcurso de una entrevista desde la sede central de la AJLNH en Toronto.

El movimiento sindical en general está demostrando su apoyo.

Esta semana Ken Lewenza, presidente del sindicato Canadian Auto Workers se reunió con el director ejecutivo de la AJLNH, Don Fehr para escribir un artículo conjunto el martes, en el Toronto Star, donde denuncian las medidas adoptadas por la liga.

"Los jugadores de hockey son las últimas víctimas de una estrategia agresiva, cada vez más habitual, por parte de los directivos: imponer un cierre patronal a los trabajadores cuando éstos no acepten sus exigencias relativas a unas concesiones considerables”, escribieron en el artículo.

"Al igual que otros trabajadores, los jugadores de hockey apenas pueden controlar la dirección del negocio.

Se merecen una seguridad, un respeto y un reparto equitativo de la riqueza que generan gracias a su sudor y esfuerzo."

 

Negociación colectiva

La LNH impuso un cierre patronal el 15 de septiembre, después de que los jugadores rechazaran un nuevo convenio colectivo enfocado a reducir su cuota de ingresos, a restringir la duración de los contratos, a socavar la capacidad de los jugadores para cambiar de club y a limitar el arbitraje salarial.

Desde entonces, más de 500 partidos han sido cancelados y no se jugará ninguno de los principales partidos de la liga hasta Año Nuevo.

Eso ha dejado a los aficionados con muy mal sabor de boca – sobre todo en Canadá, donde el hockey sobre hielo es el deporte nacional.

 

El cierre patronal está perjudicando cada vez más a otras personas que se encuentran atrapadas en medio de la disputa.

Los vendedores de perritos calientes, los encargados de la limpieza de los estadios, los empleados administrativos de los clubes y el personal de los restaurantes próximos a los estadios de hockey son algunas de las personas que se han quedado sin trabajo o cuyos ingresos han caído en picado.

Según las estimaciones de Doug Porter, economista del Banco de Montreal, el cierre podría suponer una tajada de 1.800 millones CAD (1.820 millones USD) para la economía canadiense, lo que representa cerca del 0,1% del producto interior bruto.

El dinero que se gasta la gente en los bares próximos a los estadios de hockey en las ciudades canadienses de Winnipeg, Vancouver, Toronto, Montreal y Calgary ha sido casi un 35% menos que el año pasado, según un informe publicado la semana pasada por la empresa procesadora de tarjetas de crédito y débito Moneris.

Este es el tercer cierre patronal que LNH lleva a cabo en menos de 20 años.

En 2004-2005, las medidas tomadas por la liga se cargaron toda la temporada.

En grandes ligas de baloncesto y fútbol americano también se han utilizado tácticas parecidas.

Los sindicatos de los jugadores dicen que la dirección está recurriendo con una frecuencia cada vez mayor a este tipo de métodos controvertidos, a pesar de los crecientes ingresos que genera el deporte.

"La cuestión nunca ha sido que no estén ganando dinero y que necesiten recuperar dinero de los jugadores”, dice Dagg. "La historia está en cómo arreglárselas para pagar menos a los jugadores.”

 “¿Cuál es en realidad la diferencia entre eso y otros empresarios internacionales que dicen que los operarios del sector automovilístico en Canadá, o los de Alemania, ganan demasiado y que se les tiene que pagar menos?"

Señala que, si bien es verdad que las grandes estrellas del hockey sobre hielo ganan mucho dinero, no hay que olvidar que el promedio de la carrera profesional de un jugador de la LNH no es más que de cuatro años y además corren el peligro constante de sufrir una lesión que les obligue a poner fin a su carrera.

El caso de la LNH podría ser una prueba más generalizada de las relaciones laborales en Norteamérica, donde los cierres patronales están aumentando en otros sectores.

En los últimos meses, en Canadá solamente, se han registrado diversos paros de alto perfil que han afectado a los trabajadores del acero, el aluminio y los ferrocarriles.

"Para los jugadores y los aficionados del deporte, la postura agresiva adoptada por los propietarios de la LNH es más que una mera afrenta.

Es un signo de los tiempos sumamente preocupantes en los que vivimos”, afirman Lewenza y Fehr en su página de opinión del Toronto Star.

"Los empleadores – independientemente de lo pudientes que ya sean o del dinero que estén ganando – consideran que tienen derecho a exprimir más a fondo todavía los bolsillos de sus empleados, y les importa un bledo el daño colateral que eso pueda suponer para las familias, las comunidades y para la economía en general.”