Sigue abierta la votación para otorgar el premio a la peor empresa del año

 

Entre las siete empresas preseleccionadas como las peores del mundo se encuentran una polémica compañía británica de seguridad, un gigante indio del sector energético y el símbolo por excelencia de la crisis financiera mundial.

Los premios Public Eye (Ojo Público) se celebran por noveno año consecutivo y constituyen una muestra anual de multinacionales implicadas en algunos de los peores casos de violaciones de derechos humanos y negligencia medioambiental llevados a cabo por empresas.

Los ‘ganadores’ de los premios, organizados por la ONG suiza Berne Declaration y Greenpeace Suiza, se anunciarán durante el Foro Económico Mundial en Davos, aunque la votación por internet está abierta al público hasta el 23 de enero.

La siete empresas preseleccionadas son: la compañía británica de seguridad G4S, el gigante petrolero holandés Shell, Coal India, el conglomerado financiero estadounidense Goldman Sachs, la empresa francesa de energía y transporte Alstrom, el consorcio energético suizo Repower y la minera sudafricana (con sede en Londres) Lonmin.

Hasta la fecha, Shell ha sido la más votada para obtener el premio del público, pues la han acusado de “conducta empresarial irresponsable” por planear prospecciones petrolíferas en la frágil región del Ártico, a pesar de los inmensos riesgos medioambientales que ello conlleva.

Asimismo, este mes se sabrá si a Shell le declaran culpable de haber provocado una catástrofe medioambiental en la región del delta del río Níger (Nigeria).

De ser así, sería la primera vez que una empresa europea tiene que rendir cuentas por delitos cometidos en un país extranjero, lo cual podría sentar precedente en el ámbito internacional.

Pisándole los talones en segundo lugar se encuentra Goldman Sachs, descrita por el comité de los premios como “el vampiro del capital financiero” por el modo en que se ha beneficiado de la crisis financiera mundial.

G4S, que saltó a los titulares de la prensa mundial por sus fallos en materia de seguridad antes de los Juegos Olímpicos de Londres, ocupa el tercer puesto por facilitar personal de seguridad a algunos de los regímenes más opresores del mundo.

El año pasado, la multinacional minera brasileña Vale ganó el premio del público por sus políticas sociales y medioambientales que destruyen la selva del Amazonas.

Al grupo bancario británico Barclays le otorgaron el premio del jurado por ayudar a inflar los precios de los alimentos.

Un panel de especialistas en empresas éticas, incluido Kumi Naidoo (el director ejecutivo de Greenpeace), confeccionó la lista de preseleccionados de este año usando más de 20 informes de expertos.

Las empresas ganadoras se anunciarán el jueves 24 de enero en una ceremonia de entrega de premios en Davos, a la que asistirá William K. Black, catedrático de ciencias económicas y antiguo regulador financiero.

El señor Black es el autor del libro La mejor manera de robar un banco es dirigirlo (The Best Way to Rob a Bank Is to Own One) y hablará sobre la delincuencia empresarial y otros temas.

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