¿Anunciará el G20 la salida del tren del empleo?

 

Hoy, un grupo de representantes de los Gobiernos, reunidos en un hotel de Moscú, podrían lanzar un plan destinado a los líderes del G20 a fin de crear empleo y restaurar el equilibrio en la economía global distorsionada por las desigualdades.

El imponente edificio del hotel se encuentra en un meandro del río Moscova, ofreciendo vistas impresionantes de toda una ciudad que ha vivido la guerra, la revolución y la recuperación.

El Equipo de Trabajo del G20 sobre Empleo tiene ante sí un enorme desafío, en un mundo donde 200 millones de personas están desempleadas, el nivel más alto jamás registrado.

Otros 5,3 millones de personas podrían perder sus puestos de trabajo este año.

Y cada año, 45 millones de jóvenes entran en un mercado laboral donde no hay vacantes para ellos.

Aun así, estas cifras subestiman de manera significativa la auténtica profundidad del desempleo mundial. Muchos millones de personas que buscan empleo, particularmente mujeres, no están registradas. La economía informal está creciendo a la par que la tarea de absorber a los trabajadores no registrados que han perdido toda esperanza de encontrar empleos formales y seguros.

Ocupan la presidencia de este equipo de trabajo los gobiernos de Rusia y Australia. El desempleo en ambos países se sitúa apenas en un 5,4 por ciento, pero la amenaza oculta del subempleo, el trabajo precario y la desesperación en la economía informal es muy seria en ambos países.

Desde hace ya tiempo los Gobiernos vienen utilizando grupos de trabajo para dispensar asesoramiento sobre diversos males sociales, desde la criminalidad hasta la obesidad o las drogas.

Mandarines y expertos del Equipo de trabajo del G20 se enfrentan al reto de romper el círculo vicioso del desempleo, que cruza generaciones y fronteras.

El ciclo de una juventud desempleada, incertidumbre sobre el futuro, un consumo a la baja, inversiones reducidas y presiones tanto en la oferta como en la demanda de la economía, son clavos en la rueda del capitalismo.

Se ha encomendado al equipo de trabajo elaborar un plan para los Gobiernos de las principales economías mundiales con vistas a emprender una acción exhaustiva y coordinada para la creación de empleo.

La coordinación es el principio generalmente olvidado pero central de la acción en el G20. En 2009, los países del G20 se comprometieron a adoptar un paquete coordinado de medidas de estímulo.

Desde entonces, el margen de maniobra se ha reducido para un número significativo de economías – frenadas por políticas de reforma estructural en Europa, que continúan costando empleos y debilitando la demanda.

Pese a que los ministros de finanzas han venido aplicando recortes a las arcas del Estado, o manteniéndolas bajo siete llaves, la primera reunión conjunta de ministros de trabajo y de finanzas del G20 el próximo julio podría hacer que cambie la marea y empujar a los ministros de finanzas a invertir en la recuperación del empleo.

El asesoramiento del Equipo de Trabajo del G20 resulta crítico para que los líderes políticos se comprometan a establecer un objetivo de empleo que refleje los objetivos de crecimiento.

 

Soluciones

En muchos países la población está viviendo una crisis social tan grave como la crisis financiera. En las calles de Bulgaria, Grecia, la India, el descontento en relación con los elevados precios y los bajos salarios está afectando a los gobiernos.

Estos son algunos de los pasos con los que los gobiernos pueden fomentar un crecimiento con empleo:

  • Invertir y facilitar la inversión en infraestructura, incluyendo entre otras medidas la tasación del impacto negativo sobre el medio ambiente para promover un crecimiento sostenible: Estudios del Millennium Institute revelan que 48 millones de nuevos puestos de trabajo podrían crearse invirtiendo apenas 2 por ciento del PIB cada año durante cinco años en apenas 10 países.
  • Asegurar créditos abordables a la pequeña y mediana empresa constituye el motor de empleo de una nación: tan solo en los EE.UU. se estima que hay 2.000 millones de USD en capital improductivo, que podría liberarse para ser invertido.
  • Salarios mínimos, ingresos que permitan a las personas vivir decentemente, para frenar la deflación salarial y estabilizar la demanda: EE.UU. y Alemania tienen previsto examinar una vez más los salarios mínimos. Incluso el FMI está empezando a mostrar cierto sentido común a nivel social y económico.
  • Reforzar la negociación colectiva para reducir la brecha entre productividad y beneficios y garantizar que las familias trabajadoras sean capaces de apuntalar el comercio local: una sociedad donde pueda reducirse la brecha abierta en demasiados países entre jóvenes y viejos, la ciudad y el campo, nacionales y extranjeros, mujeres y hombres.
  • Garantías de trabajo para los jóvenes e invertir en un incremento de aprendizajes y puestos en prácticas de calidad para insertar a la juventud en la fuerza laboral y mejorar su cualificación.
  • Ayudas financieras a las familias de bajos ingresos, particularmente ahí donde se hayan reducido ciertos subsidios estatales, como por ejemplo sobre los combustibles fósiles: la Encuesta global de la CSI encontró que una de cada siete personas es un trabajador pobre – que no gana suficiente dinero para cubrir sus necesidades esenciales como vivienda, alimentación y electricidad.

Estas prescripciones políticas han tenido ya éxito en algunas economías del G20.

El remedio infalible para hacer frente al desempleo mundial es una acción coordinada en todas nuestras economías interdependientes.

El G20 fue capaz de actuar conjuntamente para evitar el hundimiento financiero; ahora tienen que actuar juntos una vez más para evitar un colapso social provocado por el desempleo masivo y unas débiles redes sociales.

En Australia, las inversiones en infraestructura han venido siendo parte esencial de la economía australiana. Desde la infraestructura minera a la reciente instalación de la red nacional de banda ancha, los proyectos de construcción nacionales han restaurado la confianza y creado puestos de trabajo.

Brasil tiene la tasa de desempleo más baja de la historia, además del salario más elevado. En 2012, los salarios aumentaron un 4,1 por ciento gracias al establecimiento de un salario mínimo fuerte. Una economía firme en Brasil equivale a que la población tenga empleo y los jóvenes completen una educación.

Si cada una de las diversas, pero avanzadas economías del G20 pudiese hacer lo mismo, habríamos dado un paso más hacia la creación de empleos decentes y economías en crecimiento.

Igual que los kremlinologistas estudian las fotos de los desfiles militares de la era soviética para comprender qué líderes tenían mayor influencia, vamos a tener que leer entre líneas la declaración del equipo de trabajo, en busca de las claves para impulsar una recuperación del empleo.