Venezuela después Chávez y petróleo

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Tras la muerte de su Presidente Hugo Chávez, Venezuela se debate entre el gran sueño prometido y una realidad que amenaza con tornarse en una dura pesadilla, en vísperas de elecciones presidenciales.

Más que por su producción actual, el protagonismo petrolero de Venezuela sobresale porque, según los datos de la OPEP, es el país que posee las mayores reservas de petróleo del mundo.

En concreto, 297.600 millones de barriles de crudo.

Este volumen, además de superar los 265.400 millones de barriles de Arabia Saudí, representa el 24,8% de las reservas totales de la OPEP y el 20% de la despensa global de petróleo.

Hoy la política de cooperación a países amigos le ha generado a Venezuela una gran deuda cercana a los 200 000 millones de dólares.

Esta iniciativa promovida por el fallecido presidente Hugo Chávez, se centró principalmente en la entrega de combustibles y petróleo con precios preferenciales a los países de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de América (Alba) y entre ellos están Cuba, Nicaragua, Bolivia y, en menor medida, Ecuador.

Lo más relevante es Cuba, ya que recibe actualmente alrededor de 96, 000 barriles diarios de petróleo, que equivale a dos tercios de su consumo nacional y parte de ese recurso se paga con el trabajo en Venezuela de 35 000 cubanos, entre personal médico, científicos, militares, maestros y otros.

La muerte de Hugo Chávez llegó en un momento en que la economía venezolana está debilitada.

Los desajustes económicos incluyen un déficit fiscal del 16% del PBI, una inflación que fue del 20,1% el año pasado -la segunda de la región, una abultada deuda pública y un modelo rentista dependiente del petróleo.

Estos factores, sumados a la escasez de algunos alimentos básicos y a las consecuencias de la reciente devaluación del bolívar en un 32% (el cambio pasó de 4,3 bolívares por dólar a 6,3), amenazan con socavar el "socialismo del siglo XXI" que impuso el líder bolivariano.

Los empresarios venezolanos afirman que este año se sentirá el final de la bonanza económica, que fue una ilusión impulsada por el gran gasto público.

Ahora viene la realidad y el período de vacas flacas.

Hay que señalar que entre 1999 y el último trimestre de 2012, el desempleo pasó del 16,1% al 5,9 %, que solo interrumpe su tendencia a la baja por la desestabilización inducida por la oposición que culmina con el paro petrolero e intento de golpe del año 2002.

Por otra parte, el lock out patronal de enero de 2003, cuyo impacto se refleja plenamente en la curva de desempleo, es parte de la misma estrategia opositora: afectar la fuente de distribución directa de combustible.

La informalidad descendió del 51,1% en el año 1999 al 42% en 2012

En los 14 años de gobierno "chavista" el Producto Bruto Interno (PBI) de este país creció en más de 350 por ciento y llegó a 320 mil millones de dólares en el 2012, gracias a la producción y exportación de petróleo cuyo principal mercado, paradójicamente es el país que más criticaba Chávez, Estados Unidos.

Otro de los grandes males de la economía venezolana es la dependencia del petróleo, un esquema que no inventó el chavismo.

Desde los 70, los gobiernos no pudieron ampliar la base económica del país, necesaria para crear empleos y disminuir la pobreza.

De la mano del líder bolivariano, la dependencia del crudo se acentuó.

Hoy la empresa petrolera estatal Pdvsa genera el 96% de los dólares que ingresan a Venezuela, mientras que en 1998 esa cifra era del 69%.

Hoy está cerca el despertar y los pronósticos no son nada prometedores, pero todo puede suceder.