Despiden a 162 contratistas de PepsiCo India por crear un sindicato

 

“Mi padre lleva los últimos tres años y medio paralizado. Yo soy su único hijo y el que mantiene a la familia. Además de a mi madre y mi padre, tengo a una esposa y un hijo de un año a los que mantener”, nos explica Santhosh Adhikari.

Este hombre de 28 años trabajaba para Radhakrishna Foodland Pvt. Ltd, un contratista de PepsiCo India situado en Bengala Occidental, hasta que le despidieron a principios de este año.

 

El señor Adhikari fue uno de los 162 trabajadores empleados en la fábrica (una subcontrata exclusiva de PepsiCo India) cuyos contratos fueron rescindidos ilegalmente por haber creado un sindicato y exigido sus derechos.

Empleados en condiciones precarias a través de un contratista de mano de obra y de la subcontratación de los servicios de almacenamiento, a estos trabajadores les pagaban menos del sueldo mínimo y les denegaban sus derechos jurídicos básicos.

Poco después de haber presentado sus demandas a la dirección de PepsiCo India y al operador del almacén, les visitó una banda de matones que les agredió y obligó a abandonar el recinto.

PepsiCo es un líder mundial del sector de la alimentación y las bebidas con unos ingresos netos de más de 65 mil millones de US$. En India, empezó a operar en 1989.

Sus productos salados y con sabor a masala, como Lay’s, Lehar Namkeen, Aliva y Kurkure, son algunos de los aperitivos más populares del país.

A primera vista, PepsiCo India presenta la imagen de una empresa que se toma en serio sus obligaciones relacionadas con la responsabilidad social corporativa.

Indra K. Nooyi, presidenta y directora ejecutiva de PepsiCo, declaró en el informe anual de la empresa de 2012: “Nuestros actos y los de todos nuestros socios se rigen por nuestro Código de Conducta Global”.

“Este código refleja claramente nuestros valores: un compromiso con el crecimiento sostenible a través de trabajadores empoderados que operen con responsabilidad y creen un clima de confianza”.

Sin embargo, la realidad parece ser muy diferente.

 

“Un ambiente hostil”

“Trabajamos 26 días al mes durante todo el año. Cobramos 3.800 rupias (65 US$) mensuales y solo tenemos derecho a seis días festivos nacionales.

Aunque es un sistema de turnos, nos obligan a trabajar más de 12 horas al día sin pagarnos las horas extras.

Si pedimos un permiso el 1º de mayo para participar en las manifestaciones o para cualquier otro asunto, nos lo cuentan como si fueran dos días y nos los deducen del salario”, denuncia Ajith Debnath, otro de los trabajadores despedidos.

“Lo que nos obligó a crear un sindicato fue el ambiente laboral hostil en la empresa”, concluye.

El 3 de abril de 2013, el sindicato (Radhakrishna Foodland Pvt. Ltd Contract Employees Union) presentó un memorándum a Radhakrishna Foodland Pvt. Ltd y Weavings Manpower Solutions Ltd, así como a PepsiCo, su principal empleador.

La carta de reivindicaciones constaba de 16 puntos, entre los que se incluían el pago del salario mínimo a todos los trabajadores/as, así como de las cartas de nombramiento y las tarjetas de identificación adecuadas con efecto retroactivo; la reincorporación de los empleados despedidos; el derecho a los festivos nacionales y religiosos, a un horario laboral, a períodos de descanso en el trabajo y a otros beneficios e instalaciones de acuerdo con lo estipulado en la Ley de Fábricas; y la cobertura de los empleados conforme a la Ley de Fondos de Previsión para Empleados y la Ley de Seguros Estatales para Empleados.

“Las medidas de represalia por parte de la dirección empezaron cuando, tras afiliarnos al sindicato, nos aproximamos a ellos para hablar sobre los salarios mínimos y los fondos de previsión [pensión]”, recuerda el señor Adhikari.

“Aunque nos deducían el fondo de previsión mensualmente de nuestro salario, hasta la fecha el importe total transferido a cada trabajador ha sido de unas 1.675 rupias (29 US$)”.

“Casi todos los trabajadores despedidos llevaban más de cuatro años empleados en la empresa y su deducción para el fondo de previsión se inició inmediatamente después de su incorporación al puesto de trabajo”, afirma.

“Los empleados que se aproximaron a la dirección fueron despedidos sin que les dieran ninguna explicación”, denuncia Ramen Pandey, presidente en funciones del Indian National Trade Union Congress (INTUC) en Bengala Occidental y la persona que inició el movimiento sindical en la empresa.

“La dirección despidió primero a 11 trabajadores el 5 de enero de 2013, cuando descubrieron que los trabajadores se estaban organizando.

Posteriormente, cuando la oficina del comisario de trabajo intentó comprobar si dichos trabajadores eran empleados de PepsiCo (pues la empresa no les había registrado en el departamento), despidieron a otros 39 trabajadores el 30 de marzo de 2013. Ignorando todos los intentos de comunicación por parte del sindicato, la empresa despidió a otros 112 trabajadores el 30 de abril de 2013”, explica.

 

Violencia

Asimismo, los trabajadores fueron agredidos físicamente por matones contratados por la dirección y especializados en acciones antisindicales.

“A mí me golpearon en la frente. A Pratap Ghosh y Sharat Patro les rompieron las manos; Akhtar Ali, Sujit Deb, Moloy Giri y otros nueve trabajadores recibieron unas palizas brutales cuando fuimos a presentar el memorándum”, afirma Ajtih Debnath.

“Ahora no podemos acceder al recinto de la empresa. Los matones de la dirección están allí para agredirnos y expulsarnos”, denuncia.

El INTUC (el sindicato al que está afiliado el Radhakrishna Foodland Contract Employees Union) ha presentado una queja a Purnendu Basu, el ministro de Trabajo de Bengala Occidental, así como a Indranil Sengupta, el secretario de Trabajo de Bengala Occidental.

En un mensaje de solidaridad, la secretaria general de la Confederación Sindical Internacional, Sharon Burrow, condenó este abuso de los derechos de los trabajadores tildándolo de indignante y describiéndolo como una clara violación del principio de libertad sindical consagrado en los convenios 87 y 98 de la OIT, así como de otros derechos como el trabajo fijo, el salario mínimo y la seguridad social.

De hecho, el despido improcedente de 162 trabajadores constituye una violación total del marco mundial del acuerdo firmado por PepsiCo y las organizaciones sindicales mundiales, ya que deniega a los trabajadores el derecho a la libertad sindical y a la negociación colectiva.

El 25 de junio, la Unión Internacional de Trabajadores de la Alimentación, Agrícolas, Hoteles, Restaurantes, Tabaco y Afines (UITA) lanzó una campaña para exigir a PepsiCo India que respete los derechos de los trabajadores en India, reincorpore a los trabajadores despedidos y empiece a negociar con el sindicato.

 

Para apoyar la campaña de la UITA sobre PepsiCo, haga clic aquí.