Róterdam, ¿ciudad adaptada al cambio climático (y para todos) o gentrificación verde a la vista?

Róterdam, ¿ciudad adaptada al cambio climático (y para todos) o gentrificación verde a la vista?

Havenlofts, floating wooden villas, were built in 2019, in the disused harbour basin of Nassauhaven in Feijenoord, a low-income neighbourhood in Rotterdam South. There are concerns that projects designed to ‘green’ the city, are having the effect of pushing out poorer, more established communities.

(Zuza Nazaruk)
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En Róterdam, la situación de la vivienda ha reemplazado al tiempo como tema principal en conversaciones triviales. Sin embargo, aunque la adaptación al cambio climático todavía no es un tema popular para iniciar una conversación, sus consecuencias ya se extienden a la vivienda. Durante los próximos 10 años, Róterdam invertirá 233 millones de euros en siete proyectos urbanos centrados en la creación de espacios más verdes en la ciudad. Además de aumentar la protección frente a las inundaciones y el calor –a los cuales la ciudad portuaria holandesa está enormemente expuesta– los stadsprojecten (proyectos urbanos) tienen como objetivo convertir a Róterdam en una ciudad más atractiva y garantizar que la mayoría de sus habitantes vivan a 15 minutos de un espacio verde.

Sin embargo, ¿se beneficiará todo el mundo de esta iniciativa de convertir a Róterdam en una ciudad con capacidad de adaptación al cambio climático? Muchas personas no están convencidas. “Me preocupan los efectos que puedan tener los siete proyectos urbanos para nuestros ciudadanos”, dice Rosemarie van Ham, asesora sobre políticas climáticas inclusivas para el Ayuntamiento de Róterdam. “Quiero saber si beneficiarán a los residentes de Róterdam o a los turistas a corto y largo plazo”.

Unas de las preocupaciones principales es la repercusión de este proyecto en los precios de la vivienda. “Si el municipio decide construir parques pequeños, los precios de las propiedades aumentarán inmediatamente”, afirma Piet Vollaard, un arquitecto de Róterdam, ilustrando uno de los resultados más controvertidos de la ecologización: la gentrificación verde. La creación de más espacios verdes en un área lleva a los promotores e inversores a tratar de atraer a nuevos residentes con mayor poder adquisitivo; esto aumenta los precios de la vivienda, lo que muy a menudo desplaza a comunidades establecidas, de renta más baja y, en muchos casos, compuestas por minorías étnicas.

Kenneth A. Gould, profesor de sociología del Brooklyn College de Nueva York, estudió este fenómeno en el barrio de Prospect Park, en Brooklyn. Descubrió que muchos residentes de bajos ingresos se vieron expulsados del vecindario por el aumento de los precios tras la renovación del parque en la década de los ochenta. “A medida que se limpió el parque, los promotores inmobiliarios empezaron a construir rascacielos, promocionando la proximidad a un hermoso espacio verde”, explica Gould.

La ecologización como herramienta de gentrificación

Los esfuerzos por ecologizar Róterdam comenzaron hace una década, coincidiendo con la atención prestada recientemente a la adaptación al cambio climático. El 90% de Róterdam, tradicionalmente una ciudad portuaria, fue destruido por los bombardeos durante la Segunda Guerra Mundial, después de lo cual la ciudad fue reconstruida con una gran cantidad de cemento, con canales pavimentados y otorgando poca atención a los parques. Actualmente es el hogar de casi 650.000 personas, 51% de las cuales no son de origen holandés.

A pesar de las protestas internacionales contra los desahucios de Tweebosbuurt en 2020 –donde el ayuntamiento demolió 535 viviendas sociales en un barrio obrero, que después fueron reemplazadas en su mayor parte por alquileres del sector privado, sin consulta ni asistencia adecuada para el realojamiento–, hay pruebas actualmente de que las autoridades están utilizando la ecologización como herramienta de gentrificación. La visión municipal de Róterdam para 2030, Woonvisie, tiene por objeto –entre otras cosas– atraer a más residentes con ingresos superiores al promedio.

Los vecindarios mejorados incluirán viviendas atractivas con vastos espacios verdes. Maartje Visser, urbanista en el concejo municipal de Róterdam y responsable de las iniciativas de ecologización, explica que “la ecologización es una forma de convertir la ciudad en un lugar más atractivo para vivir, pero también de hacerla atractiva para las empresas internacionales, lo que atrae inversiones”.

Tras el escándalo de Tweebosbuurt, el concejo municipal introdujo diferentes medidas contra la gentrificación: la prohibición de que los inversores internacionales adquieran determinadas propiedades, la obligación de vivir en la casa que se compra, y la congelación del alquiler de las personas en los escalones inferiores de la escalera de la vivienda social. “Prestamos más atención a la inclusión y [tratamos de] ofrecer una ciudad atractiva para toda la población de Róterdam, incluidas las personas de clase trabajadora y de ingresos bajos”, declara Visser.

Sin embargo, existe un punto flaco. “Todavía no disponemos de suficiente información sobre la gentrificación verde y sus efectos en la ciudad”, dice van Ham, asesora sobre inclusión de la municipalidad. “Esto se debe principalmente a la falta de investigación”.

Por ejemplo, actualmente no existen reglas que prevengan el aumento de precios después de “mejorar” las viviendas con medidas verdes o de eficiencia energética; como consecuencia, las empresas inmobiliarias pueden incrementar los alquileres después de plantar árboles o modernizar los apartamentos, por ejemplo.

El impacto de la gentrificación verde es evidente en las urbanizaciones de DakPark y Hudsons, en el barrio de Bospolder, en el oeste de Róterdam. DakPark combina la adaptación al cambio climático con las actividades recreativas: en un dique y con zonas de amortiguación del agua, la azotea pastoral tiene un jardín comunitario y un centro comercial y ofrece el espacio verde más grande de la zona.

La construcción del complejo de apartamentos de Hudsons comenzó dos años después de la inauguración de DakPark en 2014. Aunque el Ayuntamiento de Róterdam financió el parque, los promotores privados cosecharon sus frutos, ya que publicitaron la urbanización como “Vida en la ciudad con un jardín trasero” y fijaron los precios de las unidades en consecuencia (entre 347.500 y 465.000 euros por un apartamento de dos habitaciones). Los 145 apartamentos estaban fuera del alcance de la mayoría de los habitantes de Bospolder, cuya renta anual media era de 24.162 euros en 2022.

Se trata tradicionalmente de un área con un porcentaje elevado de comunidades de ingresos bajos y de origen migrante, y el auge de la construcción que se produjo tras la construcción de DakPark ha dado lugar a un cambio en su composición étnica, otro indicador de la gentrificación. Según un estudio llevado a cabo por la Oficina Central de Estadística entre 2014 y 2022, el 4% de los migrantes que no son de ‘raza blanca’* se mudaron fuera del área, mientras que casi un 3% adicional de ‘migrantes occidentales’*, como expatriados, se instalaron en ella. Además, los precios de las propiedades aumentaron más que el promedio de Róterdam.

Varios amortiguadores pueden retrasar los efectos negativos de la gentrificación verde. El mercado inmobiliario de Róterdam todavía está regulado: las empresas que proporcionan alojamiento a las personas más pobres abarcan alrededor del 40% de las propiedades de la ciudad, mientras que la municipalidad es responsable de otro 40%. “Las zonas con programas más sólidos de vivienda social suelen experimentar una gentrificación verde más lenta”, explica James Connolly, profesor auxiliar en la University of British Columbia que ha investigado sobre la gentrificación verde en Barcelona.

Los ciudadanos activos también pueden frenar sus efectos negativos. Bospolder es un barrio dinámico con conexiones sociales muy arraigadas: los ciudadanos solicitaron DakPark y lo mantienen. “Una comunidad previamente organizada, con su propia visión de urbanización, es clave”, declara Gould.

Nassauhaven: gentrificación lenta y desajuste de políticas

Dieciocho villas de madera con neutralidad energética, conocidas como Havenlofts, flotan en la cuenca portuaria de Nassauhaven (Feijenoord, sur de Róterdam), una zona abandonada desde hace mucho tiempo. Las villas se anunciaron como una solución innovadora al espacio de construcción limitado en la ciudad y se diseñaron para “atraer a un nuevo grupo de residentes”. La mayoría de los antiguos habitantes de la zona se vieron expulsados por el aumento de los precios, ya que el precio de venta de las viviendas oscilaba entre 395.000 y 505.000 euros en un vecindario con la segunda renta anual más baja en Róterdam.

Los Países Bajos es un país pionero en estructuras flotantes –viviendas, oficinas e incluso una granja– como consecuencia de la escasez de tierra en relación con su densidad de población y el aumento de las inundaciones; esto contribuye, además, a la imagen del país como líder internacional en adaptación al cambio climático.

Sin embargo, la arquitectura innovadora no puede resolver todos los problemas. Y hay muchos en Feijenoord. “Aquí, tratamos de ver la forma de salir adelante cada mes”, dice Adel el Aiboudi, de 39 años, que vive en la zona y trabaja en el sector sanitario. “Tenemos que hacer frente a nuestros gastos y la inflación. No tenemos tiempo de hablar de flores bonitas y sostenibilidad”.

La brecha entre los antiguos y nuevos habitantes es lamentablemente obvia. “Mi casa mira a las casas flotantes. Las veo desde mi ventana cada día, pero parecen estar muy lejos”, dice Said Aharchaou, un monitor juvenil de 55 años. “No sentimos una conexión con estas personas. Son agradables, pero viven lujosamente y les preocupan otras cuestiones”.

Nassauhaven ilustra un desajuste entre lo que algunos habitantes de Róterdam necesitan y lo que la ciudad ofrece. Entre 2014 y 2022, según los datos del concejo municipal, los empleos en el barrio disminuyeron, mientras que el precio de las propiedades aumentó un 25% en comparación con el promedio de Róterdam. “En Feijenoord necesitamos más empleos y más seguridad en las calles”, señala el Aiboudi.

Gould, investigador sobre la justicia ambiental, habla de la “clase basada en la sostenibilidad”: residentes atraídos a una zona por sus cualidades urbanísticas y ambientales. Son “profesionales formados y de clase más alta”, precisamente el tipo de personas que la municipalidad quiere atraer, aunque no vivan aún en Róterdam.

La pobreza energética es otro ejemplo de la formulación de políticas inadecuadas. Delfshaven, donde se encuentra Bospolder, y Feijenoord tienen las tasas más elevadas de viviendas ineficientes en Róterdam. La readaptación de las viviendas a una clase energética superior generaría mayores ventajas ambientales y sociales que construir viviendas nuevas con casi neutralidad energética y adaptadas al cambio climático, pero en su mayor parte inasequibles. “A veces tengo la impresión de que en Róterdam los derechos de propiedad están por encima de los derechos humanos”, afirma van Ham.

Hofbogenpark, un gran ejemplo de gentrificación impulsada por el Gobierno

Uno de los “proyectos urbanos” planificados, Hofbogenpark en el norte de Róterdam, ya suscita preocupación. Cubrirá casi dos kilómetros en las antiguas vías de ferrocarril. Sin embargo, la gentrificación ya ha comenzado bajo los arcos ferroviarios. A pesar de la gran cantidad de vivienda social en el área, los precios de las propiedades se están disparando.

“Hofbogen es un gran ejemplo de gentrificación impulsada por el Gobierno”, afirma el arquitecto Vollaard. Hace menos de una década, cuando los trenes dejaron de funcionar y antes de que la empresa inmobiliaria holandesa Dudok Group adquiriera las vías, el área estaba llena de pequeños negocios. “Esos lugares ya no existen”, declara Vollaard.

Los vecindarios vinculados a Hofbogenpark ofrecen más oportunidades de empleo ahora. Sin embargo, la pregunta que se plantea sobre si la calidad del empleo compensa los aumentos de precio es mucho más compleja. El parque se inaugurará en 2024. “Tenemos que preguntarnos si el parque dará lugar a una gentrificación del barrio”, dice van Ham. “¿O tal vez ya está sucediendo?”.

Prevenir la gentrificación verde requiere una reflexión adicional por parte los urbanistas. Los beneficios en materia de salud y de adaptación al cambio climático que aportan los espacios verdes públicos son innegables: por ejemplo, los árboles ofrecen sombra durante las olas de calor y contrarrestan las inundaciones. Sin embargo, si se crean sin tomar en consideración la equidad, los espacios verdes pueden provocar descontento.

Los siete proyectos urbanos, por ejemplo, probablemente exacerbarán los problemas de vivienda existentes en el área. Van Ham defiende que deben mantenerse conversaciones sobre la inclusión en todas las etapas de un proyecto.

“Tal vez no tuviéramos conocimientos [sobre la gentrificación verde] cuando diseñamos los proyectos hace seis años, pero ahora podemos hablar sobre cómo hacerlos más inclusivos”, indica.

Otras ciudades sirven de inspiración. L’Innesto en Milán es el primer proyecto de vivienda social neutral en cuanto a emisiones de carbono en Italia, con 400 unidades y espacio residencial para 300 estudiantes. Otro ejemplo es el proyecto Watts Rising Transformative Climate Communities, en uno de los vecindarios más vulnerables de Los Ángeles, que desarrolla espacios verdes, instala fuentes de energía limpia y crea empleos, y al mismo tiempo previene el desplazamiento.

La buena noticia es que Róterdam va reconociendo lentamente el problema. Rosemarie van Ham dirige el programa de acción inclusiva contra el cambio climático del concejo municipal de Róterdam, y se encarga de investigar y asesorar a distintos departamentos. La iniciativa fomenta el optimismo prudente de que la equidad formará parte en las evaluaciones de los proyectos, junto con los aspectos ambientales y económicos.

“Vivimos en una época en la que la inclusión y la diversidad son muy importantes”, declara van Ham. “Tratamos de inspirar y educar a los trabajadores municipales para que miren a sus áreas a través de la lente de la inclusión”.

Los diferentes promotores responsables de los proyectos mencionados en este artículo no respondieron a las solicitudes de entrevista o comentarios.

*Términos utilizados, y distinciones hechas, por la Oficina Central de Estadística.