Adquirir nuevas competencias, enriquecer las relaciones sociales y, sobre todo, alcanzar una cierta independencia financiera son solo algunas de las ventajas reconocidas por las mujeres de todo el mundo que tienen acceso a un empleo decente.
Sin embargo, según el Banco Mundial, en 2018, unos 2.750 millones de mujeres no tenían las mismas oportunidades que los hombres en este ámbito. Esta disparidad se debe, en particular, a que “104 países restringen, de una forma u otra, su acceso a determinados empleos, por ejemplo en sectores como la minería, la industria manufacturera, la construcción, la energía, la agricultura, el agua y el transporte”, pero también a la persistencia del acoso sexual en el lugar de trabajo y a las restricciones a la libertad de movimiento de las mujeres. Todos ellos son obstáculos a su participación en las actividades sociales y económicas.
La vuelta de los talibanes a Afganistán supuso un terrible revés para las mujeres del país y el ejemplo más cruel de esta privación de oportunidades. “Las mujeres tienen ahora prohibido acceder a la mayoría de los empleos. El Gobierno talibán, totalmente masculino, excluye a las mujeres de la participación política, y ha abolido el Ministerio de Asuntos de la Mujer”, afirma Alessandra Bajec en un artículo para Equal Times. “Tengo una familia que mantener, ¿cómo vamos a sobrevivir? Mi marido está enfermo, no puede trabajar y tenemos facturas que pagar”, comenta Amina, una auxiliar de educación en una entrevista para Al Jazeera.
Ya se trate de las consecuencias de la pandemia de covid-19, de las graves crisis económicas de algunos países (como Venezuela o Líbano) o de los fragores de la guerra en Ucrania o Sudán, miremos donde miremos son las mujeres las que más sufren en las situaciones difíciles.
La razón es que, como han demostrado sistemáticamente numerosos estudios, las mujeres obtienen ingresos inferiores a los de los hombres, trabajan en empleos más precarios, tienen menos capacidad de ahorro y menos acceso a la propiedad de la tierra.
Además, la mayoría de las mujeres deben asumir las tareas no remuneradas de criar a los hijos, llevar la casa y apoyar a los familiares ancianos o enfermos. La dificultad de conciliar la vida laboral y la vida familiar es mucho más común entre las mujeres que entre los hombres.
Por tanto, la cuestión de la “autonomización” de las mujeres debe destacarse más que nunca y los gobiernos y los agentes socioeconómicos deben tenerlo en cuenta con el fin de reducir las desigualdades y luchar contra la pobreza eliminando los obstáculos con los que siguen topándose. Por ejemplo, sería necesario reconsiderar por completo las condiciones laborales y salariales de profesiones sumamente “feminizadas”, tales como las relativas a los cuidados y la subcontratación en la industria de la confección.
Para explorar estas cuestiones, Equal Times ofrece algunos artículos de su hemeroteca que demuestran que hay formas de mejorar la situación y que pueden servir de inspiración.
Mujeres sirias: éxitos a pesar de la guerra
Por Moussa Al Jamaat y Ayham Al Sati
[...] Según estadísticas de las Naciones Unidas, el 90% del pueblo sirio vive por debajo del umbral de la pobreza, con la moneda local desplomada y el cambio al dólar USD cada vez más desfavorable: el pasado mes de marzo 1 dólar equivalía a 4.500 libras sirias*. Esto afecta directamente a las familias, ya que el encarecimiento de la vida es palpable y los ingresos no dan de sí.
En ese contexto muchas mujeres lanzan sus propios proyectos para mantener a sus familias. El restaurante de Ruba Muhammad, es uno de ellos. De 40 años, procedente de Alepo y desplazada a la ciudad de Jarabulus, Muhammad, que perdió a su esposo en la campaña rusa en Alepo, es ahora quien mantiene a sus seis hijos. [...]
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Confección de compresas reutilizables para mejorar la higiene y empoderar a las mujeres de República Democrática del Congo
Por Moïse Makangara
[...] En la RDC, el acceso a las compresas es un quebradero de cabeza para las mujeres. Según un sondeo de U-report, el 31% de las mujeres encuestadas consideraban que la falta de recursos económicos eran la dificultad principal a la que se enfrentaban durante su menstruación.
Para el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA): “El acceso limitado a medios seguros para gestionar su higiene menstrual y a medicamentos contra el dolor limita las oportunidades profesionales de las mujeres y las niñas”. [...]
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Gracias al tejido de alfombras, las refugiadas afganas en Pakistán encuentran un sustento escaso pero vital
Por Mahwish Qayyum
[...] Con alrededor de 1,42 millones de refugiados afganos registrados y 800.000 indocumentados en el país, Pakistán cuenta con una de las mayores poblaciones de refugiados del mundo, de los cuales casi la mitad (el 47%) son mujeres y niñas. Como muchos de los que buscaron refugio en Pakistán, Jumma también tuvo que abandonarlo todo. El único activo que trajo consigo fue el secular arte del tejido de alfombras, que hoy en día proporciona un sustento valioso, aunque insuficiente, para numerosas refugiadas afganas. [...]
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La falta de empleo decente y la brecha salarial empobrecen los hogares venezolanos liderados por mujeres
Por María de los Ángeles Graterol
“La mujer es fundamental, sencillamente no existiría la sociedad. La mujer, sabemos, tiene grandes tareas en la vida: la de parir, de gestar, de criar”. Para Nicolás Maduro, el presidente de Venezuela, esas son las tareas clave de las venezolanas, a quienes incluso ha mandado a “tener seis hijos”, para “que crezca la patria”. Pero, nacer en el país caribeño siendo mujer tiene un costo muy alto que se ha agudizado desde 2015 por la emergencia humanitaria compleja y por la crisis de covid-19. [...]
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El derecho de las mujeres a la tierra es la base para un futuro mejor
Por Kalpana Karki y Andita Listyarini
Garantizar los derechos de las mujeres y las niñas a la tierra está relacionado con el aumento del liderazgo y la autonomía de las mujeres, la mejora de las oportunidades económicas, una mejor seguridad social, la protección y una posición social digna. Todo ello contribuye a forjar hogares y comunidades prósperos y resilientes que disponen de mejores ingresos, una mejor nutrición infantil, mayores logros educativos para las niñas, una mayor capacidad de acción de las mujeres y un uso más sostenible de los recursos naturales.
No obstante, en muchos países asiáticos el acceso de las mujeres a la tierra, y su poder de decisión sobre ella, en el sentido de propiedad, uso y seguridad de tenencia, son limitados y a menudo se ven obstaculizados por comportamientos patriarcales y normas sociales vigentes. Esta situación se ve exacerbada por instrumentos políticos y marcos jurídicos restrictivos o por una aplicación deficiente de la ley a escala local y nacional. [...]