DiEM25 un mes después: ¿utopía o auténtico cambio?

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A pocos centenares de metros de Alexanderplatz, en pleno centro de Berlín, el imponente edificio del teatro Volksbühne, acoge a los amantes del teatro desde hace más de un siglo.

Nada más atravesar la gran entrada con sus columnas y sus escaleras de mármol, el visitante se encuentra de inmediato inmerso en los años 1930, época en que esta institución popularizó el arte para hacer que fuese accesible a todos, independientemente de su condición social.

Desde su creación, el Volksbühne se distingue por su espíritu vanguardista y contestatario.

Sin duda no ha sido una casualidad que el antiguo Ministro de Finanzas griego, Yanis Varoufakis, lo escogiese para presentar su movimiento DiEM25 (por Democracy in Europe Movement), con un manifiesto accesible en 16 idiomas en su sitio internet.

Fue hace exactamente un mes, el 9 de febrero de 2016.

Pero una vez superada la novedad mediática, el interés y el alcance reales de DiEM25 parecen difíciles de evaluar, máxime teniendo en cuenta que otros problemas, como el drama de los refugiados o la cuestión del “Brexit”, se han convertido en el centro de atención en Europa.

La página Facebook del movimiento tiene menos de 10.000 “me gusta” y la cuenta Twitter apenas 8.500 seguidores.

“En tanto que utopía movilizadora, pienso que el proyecto de DiEM25 podría ser prometedor”, estima François Forêt, investigador en el Instituto de Estudios Europeos de la Universidad Libre de Bruselas (ULB).

“Hay una profunda crisis de legitimidad de las instituciones entre la población. Mucha gente sigue esperando un proyecto político capaz de aglutinar los desafíos socio-políticos junto con los planteados por la crisis medioambiental. La utopía movilizadora puede resultar de utilidad”.

“Pero de ahí a pensar que el movimiento del Sr. Varoufakis sea capaz de aglutinar dichos desafíos, la verdad es que soy un poco escéptico”.

 

Reapropiación vs. desintegración

Casualidad o no, la elección del país donde se lanzaría el movimiento tiene un alto valor simbólico. Recordemos que, en 2015, fue con Alemania que el antiguo Ministro de Finanzas griego tuvo las mayores diferencias cuando intentaba negociar con la Troïka.

Fue Alemania que, junto con otros Estados miembros de la Unión Europea, acabó por obligar a ceder al Gobierno de Syriza, provocando la aversión de Yanis Varouflakis hacia sus instituciones. “El proceso decisorio europeo está en manos de un cártel tecnócrata”, explicó durante la conferencia inaugural del movimiento.

“Se ha despolitizado la toma de decisiones. En la actualidad, esta situación está provocando el hundimiento del proyecto europeo. El pueblo tiene que reapropiárselo y democratizar Europa, o se desintegrará”.

Democracia contra autoritarismo tecnócrata, he ahí el combate que quiere emprender Yanis Varoufakis. Para ello, ha lanzado un llamamiento a todos los demócratas, provenientes de toda Europa y de todos los espectros políticos. El objetivo, afirma, es crear un gran movimiento popular, con dos reivindicaciones básicas.

La primera, apunta a una transparencia absoluta en la toma de decisiones a nivel europeo. “Es el motivo por el cual hemos lanzado una petición para reclamar que las reuniones del Consejo de la UE, del Ecofin, del ITF y del Eurogrupo sean retransmitidas en directo”, anunció Yanis Varoufakis.

La segunda pretende replantear en profundidad el proyecto europeo, para insertar la democracia en el corazón mismo de su identidad. “Queremos convocar una asamblea constituyente para elaborar el proyecto de Constitución para Europa. Los ciudadanos deben decidir por sí mismos qué tipo de Europa quieren tener”.

La sala, llena a rebosar, está expectante. El público berlinés, en principio entregado a la causa, ha sido ya absolutamente conquistado, sin contar todos aquellos que se desplazaron desde el extranjero y los que siguen el acto en directo desde el sitio internet de la Volksbühne.

Mandatarios políticos, actores de la sociedad civil, simples ciudadanos… Todos los presentes comparten la misma impresión de una Europa en plena depresión, golpeada por la austeridad y volcada sobre sí misma, a lo que se ha sumado recientemente la crisis de los migrantes.

Sobre el escenario, tras el discurso inaugural de Varoufakis, se sucede una veintena de oradores. Además de Katja Kipping, copresidenta de Die Linke (Alemania), desfilarán Cécile Duflot antigua Ministra de Vivienda de Francia, la eurodiputada británica Caroline Lucas, el filósofo croata Srecko Horvat y varios representantes electos de Podemos (España).

Llega el turno de Ada Colau, la alcaldesa “indignada” de Barcelona, con una intervención por video-conferencia. “Nos avergonzamos cuando vemos que siguen las muertes de cientos de personas ahogadas en las playas de Lesbos o a nuestros hermanos africanos que mueren en las alambradas de Melilla”, afirmó.

“Nos avergonzamos también cuando vemos que en España se acumulan millones de viviendas vacías en nombre del poder financiero y de intereses especulativos. Nos avergonzamos cuando atacan a nuestros hermanos griegos y a su soberanía e intentan desmontar su Estado del bienestar a base de un golpe de Estado orquestado desde Bruselas. Europa puede volver a ser Europa si la ponemos en manos de su gente”.

La multitud estalla en aplausos. Se convertirán en una ovación cuando, poco después, el propio Julian Assange en persona sea quien aparezca en la pantalla. Recluido desde hace cuatro años en la Embajada de Ecuador en Londres, el fundador de Wikileaks lanza una diatriba contra el fracaso de cierto sueño europeo, que en su opinión habría podido crear otra cosa que aquello en lo que se ha convertido hoy en día.

“Debemos hacer todo lo posible por evitar la desintegración de Europa. Europa no debe seguir dependiendo de sus alianzas con EE.UU., sus guerras y sus acuerdos comerciales. De lo contrario, será la noche europea durante mucho tiempo”.

En cuanto a la posibilidad de que se trate de una utopía condenada al fracaso, Yanis Varouflakis no quiere prometer la luna. “No pretendo asegurar que vaya a tener éxito, pero en cualquier caso el proyecto de DiEM25 resulta tan utópico como el del cártel que ocupa el poder cuando afirma defender el interés general”.

La próxima etapa transcurrirá en las redes sociales. En breve se lanzará una aplicación DiEM25, para facilitar los intercambios entre sus simpatizantes.

 

Este artículo ha sido traducido del francés.