“Pruebas”: en busca de la regularización a través del empleo en Francia

“Pruebas”: en busca de la regularización a través del empleo en Francia
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Se calcula que viven en Francia entre 400.000 y 600.000 extranjeros en situación irregular. La gran mayoría de estas personas trabajan. Entre otros, se desempeñan como personal de mantenimiento, ayuda a domicilio, guardias de seguridad, servicio doméstico, peones, escayolistas, peluqueros, basureros, repartidores, vigilantes nocturnos y lavaplatos.

Adama, Amadou, Amara, Arif, Béchir, Charly, Cheikh, Georgette, Hamadi, Harouna, Jilani, Jacobine, Makan, Minkoro, Moussa, Nabil, Ousmane, Rahim, Sidonie y Siré hacen funcionar sectores enteros de la economía francesa.

Todos y cada uno de ellos trabajan para acumular pruebas suficientes que les permitan regularizar su situación migratoria. Desde 2012, una circular publicada en 2012 (conocida como “circular Valls”, en honor al ministro del Interior de la época, Manuel Valls) enumera los criterios según los cuales las personas migrantes sin documentos pueden solicitar un permiso de residencia a una prefectura, con arreglo a la situación de su vida privada y familiar o al trabajo que realizan.

A través de este reportaje, realizado por el fotógrafo Camille Millerand entre enero de 2020 y diciembre de 2022, y los extractos de testimonios, estos hombres y mujeres relatan su realidad cotidiana.

 

Gangué and Makhan work as dishwashers in the kitchen of a Parisian restaurant. Both have submitted to the CGT office all the documents required to prove their presence and professional activity in France. Until they are regularised, both men wish to remain anonymous. February 2022.

Photo: Camille Millerand

En la región parisiense, el sector de la restauración es conocido por emplear a un gran número de extranjeros en situación irregular, como Gangué y Makhan, indispensables para el buen funcionamiento de las cocinas; práctica que se constata hasta en los establecimientos frecuentados por el “poder”, allí donde comen los diputados. Desde hace varios meses, algunos profesionales del sector reclaman una revisión de los procedimientos de concesión de permisos de residencia a su mano de obra y denuncian la “hipocresía del sistema”.

Ante la complejidad de los procedimientos administrativos, la Confédération Générale du Travail (CGT) creó hace unos diez años una oficina en el 19º distrito de París para ayudar a estos trabajadores a preparar sus solicitudes de regularización, basándose en pruebas de empleo y de presencia en Francia. Casi todos viven en Francia desde hace muchos años. Su solicitud debe incluir una promesa de empleo con contrato de duración indefinida (CDI) para que las autoridades competentes de las prefecturas accedan a examinarlas.

 

Minkoro, 37, from Côte d’Ivoire, has been living in France since the summer of 2014. At the time this portrait was taken, he was working as a security guard in shopping centres and swimming pools in the Paris region. The security sector also employs many illegal immigrants. Saint-Denis. June 2020.

Photo: Camille Millerand

Cuando Minkoro se encontró con el fotógrafo, era guardia de seguridad y también dedicaba su tiempo libre a ayudar a personas en situación de exilio en un centro de ayuda mutua. “Llevo aquí casi 8 años. Me he integrado. Participo activamente en organizaciones de voluntariado y estudio contabilidad. No sé qué más tengo que hacer para conseguir mis derechos y mi documentación”, nos dijo en 2022.

En septiembre de 2023 obtuvo un diploma de Gestión empresarial y administrativa, y ha encontrado trabajo en una empresa de taxis con un empleador que se compromete a facilitarle la prueba de sus nóminas, lo que finalmente le permitirá solicitar un permiso de residencia.

 

Originally from Côte d’Ivoire, Georgette works as an office cleaner at several locations throughout Paris and its suburbs and spends a lot of time on public transport. She earns around €1,200 a month. Neuilly-sur-Seine. March 2022.

Photo: Camille Millerand

Al principio, Georgette trabajaba gracias a la documentación de la hija de uno de sus amigos, quien le descontaba un porcentaje de sus ingresos cada mes. “Como todavía no tengo la documentación, mi abono de transporte está a nombre de otra persona. También mi [abono de] teléfono. Al final de cada mes, le pago el dinero a esta persona. Lo único que tengo es una cuenta de ahorros a mi nombre”.

Entretanto, empezó a recibir nóminas a su nombre, lo que le permitió solicitar un permiso de residencia en la prefectura, el cual aún está pendiente.

 

Sidonie is from Cameroon. She works as a home help for the elderly, disabled and seriously ill. She looks after their daily washing, cleaning, ironing and grocery shopping. Paris, France. May 2022.

Photo: Camille Millerand

“Lo más duro de este trabajo son las caminatas que tengo que hacer. Ir de casa en casa es agotador. Tratar con las familias de las personas mayores a las que cuido es complicado. Las familias son muy exigentes”, relata Sidonie.

Tras vivir dos años en Argelia, Sidonie llegó a Italia en 2016, a través de Libia, cruzando el Mediterráneo. Tras estancias en varios países, llegó a Francia en 2018. Madre de familia, dejó en Camerún dos hijas y dos hijos. En París, vive en una habitación de hotel.

 

Amara, 35, originally from Mali, has been working for Christophe Pereira (background), a builder, since June 2020. Together they renovate flats for private individuals. Pereira provides Amara with the payslips he needs to apply for a residence permit. Paris, France. June 2022.

Photo: Camille Millerand

Gracias al compromiso de su empleador con sus trámites administrativos, este trabajador maliense obtuvo un permiso de residencia en noviembre de 2022, válido durante un año. En su reunión con el fotógrafo, Christophe Pereira comentó: “Conozco a Amara desde hace cinco años. Trabajamos juntos en una empresa, luego, en cuanto empecé a trabajar por mi cuenta, pensé inmediatamente en él, porque siempre está buscando trabajo, siempre es muy trabajador. Al principio, trabajó para mí de forma clandestina, el tiempo de encarrilar mi negocio. Amara me explicó su situación. Tenía muchas ganas de ayudarle. Le hice un contrato de trabajo, le di su nómina y las declaraciones a la Urssaf (seguridad social). Es importante para él ganarse la vida, ser libre”.

 

A sit-in by around 30 CGT trade unionists outside the hotel where the CRIT-Intérim group’s general meeting of shareholders was being held. The trade unionists were demanding that the company recognise Mr Konaté, a digger who had died a few weeks prior, as a full employee and pay the cost of repatriating his body to Mali. June 2022.

Photo: Camille Millerand

Konaté era un trabajador en situación irregular contratado por una empresa de trabajo temporal para un subcontratista en una obra de construcción en la Place de l’Odéon de París. Murió tras un accidente sobre una tubería de gas.

Muchas ocupaciones desempeñadas por trabajadores no declarados presentan un alto riesgo de accidente laboral, a veces mortal, sobre todo en el sector de la construcción y otros trabajos al aire libre (repartidores, basureros). Dada la dureza de algunas condiciones de trabajo, solo las personas sin estatuto legal las aceptan, según observaciones de activistas asociativos y sindicales.

 

Arif, a 39-year-old Bangladeshi, works in a dry cleaner’s collecting parcels and cleaning washing machines from 11am to 9pm, six days a week. He earns around €700 a month in cash. May 2022.

Photo: Camille Millerand

Arif llegó a Francia en 2010 procedente de Sylhet, una ciudad del noreste de Bangladés, y su búsqueda de trabajo se vio frenada por el hecho de que no hablaba francés. Empezó trabajando como limpiador nocturno en una panadería de las afueras de París. A raíz de un problema de salud, se quedó sin recursos, y su única ayuda era el dinero que le enviaba su hermana que vive en Italia. Durante su largo periodo de convalecencia, empezó a aprender francés.

 

On this day, after three years of undeclared work, Makan finally had an appointment at the Paris Prefecture to collect his residence permit, valid for one year. The prefecture has been overwhelmed with applications since 2020, which has resulted in increasingly long waiting times for applicants. Paris. April 2022.

Photo: Camille Millerand

Makan llegó de Malí en 2018 y desde su llegada a Francia se ha dedicado a trabajar para ayudar a su familia en su país. “No tengo ninguna distracción. Nunca he ido al cine, nunca he ido al estadio, ni a una discoteca”. Rápidamente encontró trabajo como lavaplatos en la cocina de un gran restaurante parisiense, sin tener documentación. Al cabo de un tiempo, decidió afiliarse a un sindicato “a escondidas” tras una huelga. Su empleador acabó por darle las nóminas que necesitaba para obtener su primer permiso de residencia en abril de 2022, permiso que fue posteriormente renovado por otros 4 años.

Además de su trabajo en una elegante brasserie a dos pasos de los Campos Elíseos, es repartidor de Deliveroo. Ahora le gustaría formarse como cocinero para dejar su trabajo de lavaplatos, y conseguir un alojamiento más grande que la habitación de 14 m² que comparte con un compatriota maliense en un albergue.

 

Thirty-four undocumented workers enter the headquarters of a temporary employment company in Saint-Denis, Paris to request their regularisation. Accompanied by trade union activists, they display a CGT banner and promise to occupy the premises until their demands are met. 17 October 2023.

Photo: Camille Millerand

El 17 de octubre de 2023, unos 600 trabajadores sin papeles se declararon en huelga en 33 empresas de la región parisina. Muchos de estos trabajadores se desempeñan en el sector de la construcción y obras públicas, concretamente en las obras de los Juegos Olímpicos de París 2024 y el ‘Gran París’. Todos ellos reclaman una mayor protección y reconocimiento de sus derechos.

Dentro de unas semanas, los diputados franceses estudiarán un proyecto de ley sobre inmigración con vistas a crear un posible permiso de residencia para las ocupaciones de difícil cobertura. El tema ya divide a la clase política, y sindicatos como la CGT se oponen a este proyecto, ya que consideran que podría crear procedimientos de regulación a varias velocidades y dividir a los trabajadores invisibles.

This article has been translated from French by Patricia de la Cruz

Camille Millerand pasó 3 años trabajando en un documental con trabajadores y trabajadoras “invisibles” de la región de Île-de-France. Parte de su serie se produjo en el marco de la gran comisión nacional Radioscopie de la France: regards sur un pays traversé par la crise sanitaire (Radioscopia de Francia: imágenes de un país sumido en una crisis sanitaria) financiada por el Ministerio de Cultura y dirigida por el BNF.