Selon l’Organisation mondiale de la santé, chaque jour, environ 830 femmes meurent de causes évitables liées à la grossesse et à l’accouchement. Le nombre élevé de décès maternels dans certaines régions du monde reflète les inégalités dans l’accès aux services de santé et souligne les disparités entre riches et pauvres. La quasi-totalité de la mortalité maternelle (99 %) a lieu dans les pays en développement. Et dans la moitié des cas, ces décès maternels se produisent dans des environnements fragiles et des contextes de crise humanitaire.
Selon les données de l’Institut national de statistiques et de géographie du Mexique (INEGI), l’État de Guerrero connaît le pire indice de mortalité maternelle, son taux s’élevant à 91 décès pour 100.000 naissances vivantes. L’organisation Kinal Antzetik Guerrero (« Terre de femmes » en langue maya tzeltal), composée de femmes œuvrant pour les femmes, est active dans les municipalités d’Ometepec et de Cochoapa el Grande, toutes deux situées dans l’État de Guerrero.
Hermelinda Tiburcio, indigène mixtèque, représentante légale de l’organisation, et sa compagne Paulina Baltazar, également indigène, parcourent les communautés les plus défavorisées de cet État afin de fournir des informations aux femmes (pour la plupart indigènes). Son objectif est d’éradiquer la mortalité maternelle et de mettre fin à la violence obstétrique (infligée par les centres de santé), toutes deux conséquences de la désinformation et de la méconnaissance de leurs droits pour les femmes.
Kinal Antzetik Guerrero, conforma por una red de parteras y promotoras comunitarias, organiza visitas y talleres para las mujeres de la zona. En éstos abordan temas sobre la violencia de género, la importancia de que la mujer se asuma como dueña de su cuerpo y que nadie más pueda decidir por ella. La organización atiende y da seguimiento a más de 600 mujeres cada año en las regiones de La Montaña y Costa Chica (ambas en Guerrero).
La majorité des femmes enceintes préfère que des sages-femmes s’occupent d’elles, toutefois, en cas de grossesses à risque, les femmes sont renvoyées vers les services de santé.
Ancelma Santiago, partera amuzga, proporciona cuidados y acompañamiento a las mujeres antes, durante y después del embarazo. Al mismo tiempo enseña a otras mujeres el trabajo de la partería para que éste no se pierda y lo retomen las nuevas generaciones.
Hermelinda Tiburcio imparte talleres de género relacionados con la salud sexual, reproductiva, violencia obstétrica, de género; talleres enfocados en el principio de que sea la mujer quien decida cuántos hijos tener y no en función de la presión ejercida por los servicios de salud o de la comunidad. Que tengan a mano y conozcan métodos anticonceptivos.
« Si nous le souhaitons, nous pouvons avoir des enfants, mais il est important de les séparer dans le temps afin d’être en meilleure santé lorsque l’on décide d’avoir l’enfant suivant. Ainsi, on aura aussi du temps à consacrer à d’autres choses et continuer à nous former », explique Hermelinda.
Kinal Antzetik Guerrero también trabaja “la cultura del buen trato” para evitar la violencia intrafamiliar. En estos talleres se invita a los hombres, esposos e hijos a estar presentes para que todos tomen conciencia de que la mujer no es un objeto; que no es normal ni correcto que la mujer sea violentada por el hombre.
Para la organización es fundamental que las mujeres tengan acceso a las nuevas tecnologías –para recibir servicios e información–, por ello las capacitan en las nuevas tecnologías y ponen a su disposición clases de computación. También hay un acompañamiento legal sobre sus derechos, o seguimiento a denuncias en su propio idioma –amuzgo y mixteco– con la traducción correspondiente al español.
Kinal Antzetik Guerrero apuesta por que la mujer se reconozca y se asuma dueña de su cuerpo, que se sepa un ser libre para decidir, pensar y actuar. De esta manera podrá saber identificar y denunciar los malos tratos, la negligencia, así como denunciar la colocación de dispositivos intrauterinos sin su consentimiento.
“Estoy consciente que cada día existe la posibilidad de morir, pero he decidido seguir soñando junto con los sueños de muchas de mis hermanas indígenas que viven esperando un México mejor, que las instituciones de gobierno ejerzan con transparencia los recursos públicos, que las instituciones de impartición de justicia sean parciales y justas, y que dan su vida, por sus hijos y por la generación futura.
« Parce qu’abandonner mon combat revient à abandonner mon rêve. À quoi est-ce que cela me servirait d’échapper à la pauvreté, la marginalisation, l’ignorance et le machisme si j’ignorais, en tant que femme, ce qui se passe dans ce pays ? », s’interroge Hermelinda, qui a été menacée en raison du travail qu’elle accomplit pour la défense des droits des femmes de sa communauté.
