¿Cómo impactan los desplazamientos forzados en el mercado laboral jordano y qué pueden hacer los sindicatos?

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En los últimos años se han registrado los niveles de desplazamiento forzado más altos de la historia moderna mundial. En casi un cuarto de siglo entre 1997 y 2021, el número de personas desplazadas aumentó de casi 34 millones a poco menos de 90 millones. El mayor aumento tuvo lugar entre 2012 y 2015, principalmente como consecuencia del conflicto sirio. Más de la mitad de la población siria se ha visto desplazada en el interior del país o fuera de este.

Más de 5,5 millones de sirios han huido de Siria desde 2011, y muchos de ellos han buscado la seguridad en países vecinos y otros países. Esta crisis humanitaria ha suscitado simpatía entre el público, pero también preocupación por las repercusiones de un flujo tan importante de personas.

Jordania ha experimentado una gran afluencia de sirios: según el censo de población de 2015 de Jordania, en el país vivían 1,3 millones de sirios.

En comparación con la población total de 6,6 millones de jordanos que había en 2015, la población de personas refugiadas representaba un incremento considerable del número de habitantes en Jordania.

El impacto de esta gran afluencia de refugiados en miembros de la comunidad de acogida ha sido significativo, en particular en todo lo relacionado al mercado de trabajo tanto de los trabajadores refugiados como de los autóctonos.

Si bien los estudios sobre el impacto de la inmigración en el empleo y los salarios en los países receptores han proliferado en los últimos años debido al aumento del interés académico y público, el número de publicaciones sobre el impacto de las personas refugiadas en el mercado de trabajo es limitado, aunque va en aumento. A diferencia de los migrantes económicos, los refugiados son migrantes forzosos que han tenido que huir de la violencia y el conflicto.

Además, dada la magnitud del flujo de refugiados, habitualmente se los considera un cambio exógeno en la oferta de mano de obra en el país de acogida. Cabría esperar que esta conmoción redujera el empleo y los salarios de los trabajadores autóctonos a corto plazo. Sin embargo, como ya han demostrado las publicaciones, este marco podría ser demasiado simplista. Las características y los niveles de competencias de las personas refugiadas importan. El hecho de que los refugiados tengan las mismas competencias que los trabajadores del país de acogida o competencias diferentes (es decir, si sus competencias sustituyen o complementan lo que ya existe) influirá en su impacto.

Otra cuestión importante es el contexto institucional que rige la participación de los refugiados en el mercado de trabajo. El hecho de que se les permita participar en el mercado de trabajo legalmente, y de ser así en qué sectores, influye de manera fundamental en si, y cómo, los refugiados tienen un impacto en los resultados en el mercado de trabajo de otros trabajadores.

Crisis relativa a la oferta de mano de obra en Jordania y función de los sindicatos

La capacidad de los refugiados (u organismos que les brindan asistencia) para generar demanda de bienes y servicios, y por tanto empleo, es otra causa importante de la conmoción causada por los refugiados en el mercado de trabajo, que puede tener efectos complejos a nivel local.

La teoría económica da a entender que una gran afluencia de refugiados daría lugar a una crisis relativa a la oferta de mano de obra en Jordania. En primer lugar, los refugiados desplazarían a los trabajadores autóctonos (sobre todo, inicialmente, en la economía informal), lo que reduciría el empleo entre los trabajadores locales y disminuiría los salarios. En segundo lugar, podría tener efectos complejos en el empleo formal y los salarios en función de la complementariedad entre los dos sectores y el acceso de los refugiados, una vez que estos hayan obtenido permisos de trabajo.

Una advertencia en relación con esta predicción teórica es que el acuerdo con la Unión Europea que llevó a Jordania a ofrecer permisos de trabajo también incluía ayuda adicional y concesiones comerciales. Estos aspectos del acuerdo podrían generar una demanda adicional de mano de obra entre los jordanos, así como el esfuerzo general para prestar asistencia a los refugiados, ya que más jordanos podrían dedicarse a la prestación de servicios para refugiados. El efecto neto de estos impactos en la oferta y demanda de mano de obra es, teóricamente, ambiguo.

Desde el punto de vista de los sindicatos, que desempeñan una función esencial en la defensa de los derechos y el bienestar de todos los trabajadores, incluidos los refugiados, la situación de las personas refugiadas en Jordania presenta retos y oportunidades únicos.

Dentro del marco de acceso al trabajo decente, los sindicatos otorgan prioridad a garantizar que los refugiados tengan acceso al trabajo decente, que incluye salarios justos, condiciones de trabajo seguras y protección social a través de políticas que promuevan la igualdad de trato y la no discriminación en el empleo, independientemente de la condición de refugiado.

Asimismo, los sindicatos consideran que la gran afluencia de refugiados puede convertirse en una oportunidad que lleve a la integración económica de los refugiados en el mercado de trabajo jordano y trabajan para garantizar que no están sometidos a la explotación o el trabajo informal.

Esto se logra mediante iniciativas que promueven la adquisición de competencias y el reconocimiento de cualificaciones previas para aumentar la empleabilidad de los refugiados.

Forjar alianzas eficaces

Desde un punto de vista práctico, los sindicatos en Jordania han tratado de proteger los derechos laborales forjando alianzas eficaces, tanto a nivel nacional, como los acuerdos concluidos con el Ministerio de Trabajo en 2017 (que ahora se renuevan anualmente) para expedir permisos de trabajo flexibles que permiten a los trabajadores refugiados trabajar en su ámbito de competencia, de ser posible, sin la necesidad de un patrocinador. Los sindicatos también han tratado, mediante la cooperación tanto con la Organización Internacional del Trabajo (OIT) como con la Confederación Sindical Árabe (ATUC, por sus siglas en inglés), de proteger los derechos de los trabajadores refugiados, como el derecho de sindicación, el derecho de negociación colectiva y la protección frente al trato injusto o el despido arbitrario mediante el establecimiento de comités sindicales que representan a estos trabajadores, en particular en la agricultura y los servicios públicos.

Los sindicatos y las partes interesadas también han tratado de asegurar el acceso a la protección social para los refugiados ampliando su cobertura, garantizando su acceso a la atención de salud, las prestaciones por desempleo y otros sistemas de asistencia social, en el entendimiento de que las políticas de protección social integrales no deberían discriminar por motivos de género, nacionalidad o condición del trabajador en el mercado de trabajo jordano, independientemente de si los trabajadores son autóctonos, migrantes o refugiados.

Los sindicatos jordanos tienen la posibilidad de ser firmes defensores de los derechos de los trabajadores refugiados y contribuir a su integración social y económica. Los sindicatos, mediante la colaboración con otras partes interesadas, como el Gobierno, los empleadores y organizaciones de la sociedad civil, pueden ayudar a crear un entorno propicio que protege los derechos y promueve el bienestar de los refugiados en el mercado de trabajo.